Lionel Messi pulverizó la tradicional rivalidad futbolística entre Argentina y Brasil, al recoger la admiración de los 6 mil "torcedores", que se acercaron al estadio Independencia de Belo Horizonte para observar una práctica abierta del seleccionado "albiceleste", a cuatro días de su debut en el Mundial Brasil 2014.
Algunos hinchas burlaron la seguridad e ingresaron a la cancha, mientras Di María pateaba una pelota contra la tribuna en señal de agradecimiento.
El primero de los "invasores" alcanzó a Messi, que le regaló su buzo, al igual que lo hicieron otros futbolistas (Agustín Orión, por caso), camino a los vestuarios.
Otro de los "torcedores" se paró frente de él y le hizo la reverencia, rodeado de agentes privados que buscaban controlar la situación.
Télam.
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