En el Shopping piden mantener la limitación al ingreso de menores

Volvió la tranquilidad al shopping, la libre circulación en los pasillos y la posibilidad de mirar vidrieras sin sufrir empujones o esquivar algún grupo de niños que pase corriendo. O al menos eso aseguran los comerciantes que tienen sus locales en el centro de compras. Los vendedores afirman que desde que el complejo regula la entrada de menores los sábados a la tarde pueden trabajar más cómodos e incluso reciben más cantidad de clientes que en los meses anteriores, cuando los fines de semana el edificio estaba copado por los más jóvenes y los adultos no se animaban a dar una vuelta o elegían otro momento. Por eso piden mantener la medida aplicada hace dos meses.
“Me parece que estuvo bien porque mejoró la calidad de atención. Está más ordenado y de nuevo se convirtió en un ambiente más familiar”, dijo Yamile, que tiene la zapatería Heyas en el San Luis Shopping Center. Lo mismo destacó Romina, encargada en la casa de lencería Bella Mora, y que si bien comentó que los niños no ingresaban a su local, se paraban a jugar cerca de la vidriera o en la puerta del negocio. Y no todos reaccionaban bien cuando les pedían que se trasladaran a otro lado.
Andrea, empleada del local de indumentaria Legacy, contó que desde que se implementó la medida tienen más movimiento de gente en el negocio los sábados y que notan que los clientes se acercan porque saben que no hay tantos chicos adentro del centro comercial. Y agregó que el horario más complicado es entre las 17 y las 21:30, que es cuando la seguridad del complejo controla el ingreso de niños.
Además, algunos negocios aseguraron que la restricción del número de jóvenes que circulan por los pasillos solucionó la “pérdida” de productos que sufrían. Es el caso del puesto Veo Veo, que vende accesorios y regalos, y está situado al lado del patio de comidas. Cecilia, responsable del local, dijo que cuando se juntaban muchos nenes en el corredor rompían mercadería y hasta a veces se la robaban, porque el negocio tiene los artículos a la vista. “Aunque estuviéramos dos empleadas controlando no dábamos abasto, no podíamos vigilar todo”, agregó. E incluso destacó que ahora tienen más ventas.
La modalidad de controlar la entrada de gente fue aplicada a mediados de abril, justo después de que dos bandos de chicos se pelearon en el ingreso al shopping que está por la calle 25 de Mayo. Clara Marinello, gerente de Operaciones del Shopping, explicó en ese momento a El Diario que la decisión también surgió por los reiterados reclamos de los comerciantes y porque les costaba mucho mantener la seguridad con un número ilimitado de niños que entraban y salían durante toda la tarde.
Casi dos meses después, la responsable del centro comercial ratificó la medida y adelantó que continuarán implementándola a pesar de que algunos padres se acerquen para quejarse. Cuando el complejo se llena, los niños deben esperar afuera hasta que salga algún grupo y hasta les piden ingresar con un adulto que los acompañe. La empleada de uno de los locales consultados contó que más de una vez cuando llega a trabajar, los chicos les piden que actúe como su madre para que los dejen pasar.