Refaccionarán todo el edificio del viejo Templo Santo Domingo

La semana que viene se definirá el proyecto de puesta en valor del Antiguo Templo Santo Domingo y la restauración del muro, ubicado sobre calle 25 de Mayo, que sufrió el derrumbe a causa de las lluvias en febrero. Así lo informó Martín Baca, jefe del Área de Patrimonio Histórico Cultural, quien anticipó  que el proceso de licitación está marcha. La idea ahora es refaccionar todo el edificio (no sólo la pared) debido a que los especialistas encontraron un deterioro generalizado.

"Originalmente ese techo era a dos aguas con caída libre, sin retención, ni cañería de agua. Y por falta de mantenimiento, reventó"

“Entre miércoles o jueves nos juntaremos con la ministra de Turismo y las Culturas, Celeste Sosa, sus asesores entre los que se cuentan Alfredo Pérez Camargo y Mirta Mobellán, más la gente del Programa Arquitectura, para definirlo. Lo que está a consideración es qué hacer con el frente que da a calle San Martín: una opción sería poner un vidriado, pero eso le generaría más humedad. Otra puede ser taparlo, porque se llena de basura, o quizás reconstruir la fachada, aunque no sé si será posible”, señaló el funcionario.

La puesta en valor de esa construcción tenía un expediente que iba a gestionarse este año. Pero el 15 de febrero sufrió el derrumbe sobre el muro de la 25 de Mayo, luego de las intensas lluvias, y se frenó. Un mes después fue convocado el arquitecto riojano Arnaldo Vaca, especialista en técnicas de restauración con adobe, quien presentó un informe luego de la inspección. 

“Una de las observaciones que hizo sobre el estado del edificio fue que existe una sobrecarga en el techo. Eso sí es serio, por eso el pliego no se puede armar tan rápidamente, sin atender la carga de esos techos”, aclaró Baca. Y recordó que “originalmente esa azotea era a dos aguas con caída libre: sin retención, ni cañería del agua. Cuando se le hizo esa marquesina de estilo italiano quedó muy lejos de ser la arquitectura dominica. Además, le instalaron caños de desagüe, que es una zinguería moderna casi de finales de 1800 o principios de 1900. Eso terminó reventando por falta de mantenimiento y por las alteraciones que sufrió el edificio”.

En cuanto a la parte funcional, el jefe del Área Patrimonio Histórico Cultural señaló que “se puede armar algo parecido a lo que existe hoy en el Muhsal, para revivir en una maqueta, lo que era la vida de la Plaza Mayor en el 1800. Que todos vean dónde estaba el Cabildo (hoy Casa de la Culturas), la Iglesia Matriz (en el bar El Foro) o la Compañía de Jesús (donde se ubica el Archivo Histórico)”.

Anticipó que todavía no está definido si allí volverá a funcionar San Luis Libro: “Quizás con poco personal, podría ser. Lo que seguro no será más es un lugar de oficinas públicas. Tiene que ser un espacio cultural serio, donde se puedan dar conferencias, charlas o presentaciones de jerarquía. No muy amplio y que contenga una capacidad máxima de 50 personas”. Insistió en que ese “es un edificio de gran seriedad para todos los puntanos porque es como la raíz de la puntanidad. Y es lo que queda realmente de antiguo y original en lo que fue la Plaza Mayor, antes de que se instalara el monumento a San Martín. Es lo único que nos está quedando y por eso hay que preservarlo lo más fielmente posible”.

Baca destacó que desde hace un mes mantienen reuniones con los arquitectos del Ministerio de Obras Públicas y también sumaron a las integrantes de la Fundación Pircas, Ana Cecilia Tula, Leticia Maqueda y Rita Vacca, quienes les hicieron saber sus inquietudes y presentaron algunas ideas que también están en estudio.

Para reconstruir el muro de adobe que sufrió el derrumbe, consideró que “la tierra necesaria para producirlo y cubrir el hueco que hoy tiene esa pared, se puede obtener excavando en la plaza o a orillas del río San Luis. No es necesario traerla de otra ciudad o provincia, porque el sentido común nos indica que cuando los Dominicos levantaron ese templo usaron la tierra del lugar. No la trajeron en carretas desde Buenos Aires o Santa Fe ni de Uruguay”.

El edificio, que cumplirá el bicentenario en 24 años, tuvo varias modificaciones, por eso Martín Baca señaló en sus informes a la ministra que "no resiste más intervenciones, porque lo estaremos alejando de su estado original".