Juzgan a camionero que derribó un poste y causó la muerte a un nene

Graciela González y Eduardo Alfredo Rodríguez revivieron ayer, ante la Cámara del Crimen Nº 1 de San Luis, los momentos dramáticos de aquella tarde del martes 27 de octubre de 2009, cuando su hijo Agustín, de diez años, murió aplastado por un poste en el centro de San Luis.

"Espero que haya justicia. Y que sirva para otras familias que todavía esperan".

El testimonio de los padres conmovió de tal modo a quienes habían asistido a escuchar la audiencia que muchos lloraban de modo ostensible. Tanto que la fiscal de Cámara Diana Bernal solicitó que el tribunal hiciera salir de la sala a quien no pudiera contenerse. Argumentó que no correspondía que el ambiente generalizado de congoja influyera en los jueces que deben dictar sentencia contra el camionero que provocó la caída de la columna, Modesto Daniel Villarreal, de 39 años. Algunos debieron salir.

Los padres de Agustín evocaron su preocupación inicial del día de la tragedia porque el nene no había vuelto a su casa, la noticia inquietante de que un chico había sufrido un accidente en el centro y el ruego desesperado de que no fuera Agustín, cuando supieron que había muerto.

Graciela y Eduardo fueron los dos únicos testigos que declararon ayer, en la audiencia inicial del juicio oral contra Villarreal, que se abstuvo de declarar ante los jueces Silvia Aizpeolea, José Luis Flores y Domingo Flores.

La apertura del debate fue la segunda ocasión en que Graciela González, fundadora y presidenta de la asociación Madres del Dolor de San Luis, se encontró cara a cara con el hombre que provocó la muerte de su hijo. La anterior había sido en 2009.

“Esperaba encontrarme con un hombre arrepentido, por lo menos dolido por lo que hizo. Pero su persona me da a entender que no le importa nada”, afirmó la madre de Agustín tras la audiencia.

La defensora oficial de Villarreal, Claudia Ibáñez, dijo en cambio que el imputado “está muy afectado por el hecho”.

“Yo sé que él no era un asesino, pero se convirtió en un asesino al volante cuando fue negligente al violar las normas de tránsito y no respetar el carné de conducir profesional que tenía”, afirmó la madre de Agustín.

Villarreal conducía un camión de los que remolcan contenedores y llevaba elevada la “percha” usada para levantarlos. Con eso enganchó unos cables de electricidad que iban de vereda a vereda en la calle 9 de Julio, entre Colón y Rivadavia. El tirón en los conductores quebró el poste de madera de palmera que los sostenía en la vereda sur. El palo, con un canasto de basura adosado en la base, cayó sobre Agustín, que iba en bicicleta. Acababa de salir de un ciber ubicado enfrente.

Los primeros abogados que contrató la madre del nene intentaron demostrar que el chofer violó una ordenanza municipal que prohibía la circulación de ese camión, a esa hora, por el centro.

Ayer, la defensora oficial Ibáñez le pidió al tribunal que solicite a la Municipalidad de San Luis “todas las ordenanzas y reglamentaciones sobre tendido de cables e instalación de canastos de basura”. Los jueces accedieron.

Al camionero le van a iniciar hoy una pericia psicológica pedida ayer por Ibáñez, quien anoche le reveló a este medio que el acusado va a declarar en el juicio.

Villarreal enfrenta un pedido de la fiscal de instrucción Elizabeth Giménez de que lo condenen a cuatro años y nueve meses de prisión, por homicidio culposo.

Además, la fiscal solicitó que lo inhabiliten por diez años para conducir, destacó ayer la abogada Karina Mantelli, del estudio jurídico Dopazo, representante de la familia de la víctima.

Hoy, aunque está en libertad, Villarreal no puede manejar. Cuando lo procesó, la jueza Penal Nº 3, Virginia Palacios, le retiró el carné de conducir. “Fue la primera vez en la provincia que un juez adoptó esta medida establecida por el Código de procedimiento”, destacó José Luis Dopazo, abogado de la madre de Agustín.