El Municipio cobrará una tasa adicional por las mejoras en el centro

El cambio en la estética del microcentro de San Luis trajo aires de renovación que los vecinos celebraron, pero un nuevo impuesto municipal no estaba en los planes. El intendente Enrique Ponce decidió aplicar el concepto de “Contribución por mejoras” a las propiedades ubicadas en la nueva peatonal de calle Rivadavia, del Paseo del Padre, y en los tramos de Junín entre San Martín y Rivadavia y San Martín entre Belgrano y Pringles y desde Junín a Pedernera en que ensancharon las veredas. El decreto fue publicado en el Boletín Oficial de la Municipalidad capitalina y justifica el canon en la “plusvalía o el aumento de valor de las propiedades” comprendidas por esas obras.

"La vereda está muy linda pero la gente no tiene plata y las ventas están cada vez peor"

En la Secretaría de Hacienda hubo reticencia a dar explicaciones a El Diario. La directora de Ingresos Públicos municipal, Alejandra Pina, sólo atinó a expresar que aún está por definirse cuándo comenzará a pagarse, qué porcentajes y si se implementará a perpetuidad en las boletas.

Sin embargo, la ordenanza tarifaria 2014 establece que el gravamen, que eleva el valor de una propiedad privada, se calcula en relación a la cantidad de metros de frente de las parcelas involucradas. La ordenanza fija diferentes valores a cobrar mensualmente por los conceptos "peatonalización y semipeatonalización", "pavimento", "cordón cuneta", "desagüe" y "acera".

A los comerciantes les sorprendió la noticia que recibieron a través de un cronista de este matutino. Para el encargado de la boutique “Koke” y de la regalería “Tendencia total”, negocios emplazados a la par en el Paseo del Padre, agregar una tasa en medio de una crisis como la actual no es bienvenido. “Las ventas siguen para abajo. Están todos los negocios vacíos”, dijo Carlos. Hizo notar que durante los veinte minutos que El Diario dialogó con él, no ingresaron clientes en ninguno de los dos comercios. Con cuatro años de antigüedad en el rubro recuerda bien el proceso en que se puso en valor la zona. “Nos rompieron las entradas a los negocios y nunca volvieron a arreglarlas. Estuvimos casi dos años con todo roto y con los accesos cortados, y nadie nos reconoció las pérdidas que tuvimos”, manifestó.

Si bien, Carlos no culpa por la falta de ventas a la peatonalización, sino que la atribuye a la inflación y a la crisis económica que aqueja al país, sí subraya que la obra no trajo mejoras para los negocios, por lo que hacer frente a un nuevo impuesto  sólo complica más el panorama. “Estamos en la peor etapa y si no vendemos, no vamos a conservar el trabajo”, lamentó. 

Mary, encargada de la boutique Kiona, ubicada en la peatonal Rivadavia entre Junín y Pedernera señaló que con el nuevo canon “lo único que van a lograr es cerrar más negocios”. Contó que los alquileres en la zona no bajan de los veinte mil pesos y coincidió en que “la peatonalización no mejoró las ventas”. “Yo voté por este intendente y estoy muy desilusionada. Hizo muchas promesas que nunca cumplió”, confesó.

José, propietario de un comercio de vestimenta, agregó que hacer frente a los alquileres, a las tasas municipales, que incluyen el dos por mil de la facturación, y ahora una nueva contribución, “seguramente dejará vacíos varios locales”. 

En Junín entre San Martín y Rivadavia se encuentra “Capri Calzados”. Néstor, encargado del local, mencionó que “la vereda está muy linda pero la gente no tiene plata y las ventas están cada vez peor”. Señaló que en la cuadra el alquiler ronda los veinte mil pesos y que suben cada seis meses. “Cubrimos gastos y no mucho más con las ventas. Pero estamos acostumbrados. Ya nos aumentaron los servicios municipales: pagábamos ochenta y tres pesos y ahora pagamos trescientos, y nunca avisaron que los remarcarían. Cobran lo que les da la gana. Después andá a quejarte, no queda otra que pagar”, relató resignado.

Liliana tiene la boutique “Bendita” en Belgrano entre Rivadavia y San Martín. Coincidió en el panorama de bajas ventas y precisó que el año pasado comercializaba veinte prendas por día, y ahora sólo dos. Reveló que paga seiscientos pesos de luz, trece mil de alquiler, a lo que hay que agregar sueldos de empleados y servicios municipales. “La Municipalidad cobra hasta setenta pesos por los carteles. Ya pago demasiado, un nuevo impuesto es una muy mala noticia”, se quejó.