“Comencé a estudiar por mi cuenta porque quería aprender más. Es muy bueno que valoren nuestro esfuerzo”, dijo Juan Ignacio Soto de Arizona, el flamante ganador de las Olimpíadas del Conocimiento en Geografía. Participó cinco años seguidos del certamen, logró más de una vez quedar entre los primeros puestos y en la décima edición del torneo se dio el gusto de subir de nuevo al podio. Juan Ignacio es uno de los ciento noventa y tres chicos que obtuvieron los puntajes más altos en la competencia que organiza la Universidad de La Punta (ULP) y ayer al mediodía volvió a su casa con una medalla, una tablet y estampillas que equivalen a seiscientos dólares.
Si bien a la final llegaron casi doscientos alumnos, durante el año compitieron unos nueve mil trescientos chicos, que debieron rendir un examen virtual en la plataforma web de las Olimpíadas, después concursaron con los chicos de su departamento y al final, viajaron hasta la ULP para completar la última prueba. De esa evaluación, surgieron los tres mejores de las catorce disciplinas del certamen, quienes se acercaron hasta el edificio rojo del campus, pero no sabían el puesto exacto que habían conseguido.
“Es la cuarta vez que me inscribo y es una experiencia hermosa. Me interesan las estrellas y los astros”, contó con una gran sonrisa Agostina Cortez, quien venció en Astronomía. Aunque no fue la primera vez, ya que es el cuarto año que se anota en el torneo y siempre logró buenos puntajes. Y aseguró que le resultó más divertido que ir a clase, porque estudió sobre el tema que más le gusta. Lo mismo le ocurrió a Cecilia Ochoa Munafó, quien contó que participó en Biología porque el año que viene quiere empezar una carrera que esté relacionada con esa rama de la ciencia, pero todavía no se decide entre Medicina o Biología Molecular.
Quienes alcanzaron el primer puesto se llevaron un viaje a las Cataratas del Iguazú y una tablet, mientras que aquéllos que quedaron segundos se ganaban el equipo y estampillas por cien dólares y los terceros obtenían ejemplares por cincuenta dólares y una cámara digital. Aunque los galardones para los chicos que están en los últimos años del secundario eran distintos: en vez del pasaje les daban una beca de veinticuatro mil pesos y el monto en estampillas que oscilaba entre doscientos cincuenta y setecientos, de acuerdo al puesto.


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