Ahora denuncian el robo de una moto en el Corralón Municipal

Para Rosa Quiroga, recuperar la moto que le secuestró la Intendencia, se convirtió en una odisea. Y es que los inspectores municipales retuvieron el rodado el año pasado porque no tenía todos los papeles y no pudo pagar la multa ni los trámites en ese momento. Hace unas semanas retomó la gestión, pagó la deuda y cuando fue a buscarla al Corralón Municipal se dio cuenta que por fuera era la misma, pero tenía otro motor y otro chasis, así que no pudo retirarla. Ya fue varias veces a la sede de la Comuna para pedir que le tomen el reclamo e hizo la denuncia en la Fiscalía N° 3, pero todavía no le dieron una solución.

No es la primera queja de los vecinos a la dependencia local. A Pablo Domínguez le secuestraron la moto en un control de tránsito y cuando fue a buscarla, un mes y medio después, se enteró de que uno de los inspectores era el nuevo dueño de su vehículo.

"El juez de Paz me dijo que solo cobra las sanciones. Quise hablar con el intendente Ponce y sus secretarias me pidieron copias de las denuncias, me hicieron ir a la semana siguiente y recién entonces me dijeron que inicie un expediente, que cuando saliera el documento me iba a atender. Fui con mis tres niños de 10, 6 y 4 años y me tuvieron cuatro o cinco horas esperando, pero nunca me atendieron”, explicó Rosa, quien destacó que también presentó la queja en la Justicia hace un mes y medio y aún no la llamaron para ratificarla, pese a que fue cuatro veces a consultar.

Además, aclaró que la Motomel modelo 2009 está a nombre de su marido, Jorge Ortiz, pero que ella decidió tramitar todos los papeles. Aunque después de dieciséis meses de estadía en la dependencia municipal, el vehículo había sufrido algunos cambios. “La reconocí por los plásticos, que son azules, y por las calcomanías que le había puesto mi marido”, dijo. Y destacó que el número del motor y del chasis que tiene ahora la moto no coinciden con los del boleto de compra-venta ni con el que aparece en el acta que labraron los inspectores cuando se la secuestraron.

Todo empezó el 10 de mayo del año pasado, cuando los empleados de la Comuna retuvieron la moto por el barrio Eva Perón. Los dueños del rodado viven en La Punta, pero habían llevado el vehículo al taller mecánico cerca de ese vecindario. Al sacarlo, Jorge decidió dejarlo en la casa de su hermana, para no usarlo, porque no tenía casco y aún no había gestionado la patente. Pero su cuñado lo utilizó sin permiso, sin carnet de conducir ni los papeles de la Motomel. “Lo único que tenía la moto en ese momento abajo del asiento era el seguro que estaba vencido y un papel de compra y venta de la moto a nombre de mi marido”, explicó Rosa.

El 5 de junio fue con el técnico hasta el Corralón para hacer la verificación y después tramitar la patente. Según la mujer, constataron que el motor y el chasis coincidían con su comprobante de compra. Pero después su esposo se quedó sin trabajo y debieron suspender la gestión porque no tenían dinero para saldar la deuda. Y recién pudieron pagarla a fines de agosto de este año. El monto de la multa era de quinientos pesos, más la estadía del rodado en el predio. 

"Cuando voy a retirarla, me atendió un inspector, Marcos Ibarra, que la revisó y entonces descubrimos que adentro era distinta. Yo tenía el duplicado de la llave, así que abrí la baulera y vi que la batería, que en su momento era nueva, la habían cambiado, porque mi marido las marcaba con esmalte verde cuando las compraba y no estaba esa marca”, contó Rosa, quien agregó que los cables también estaban cortados y que no pudo llevársela porque la identificación de la moto, no correspondía a la que aparecía en los papeles que llevó.

Pero la historia no terminó en el Corralón. El área de Tránsito de la Intendencia constató que el acta que le labraron a su cuñado cuando le retuvieron la moto tenía solo dos firmas y no especificaba el nombre de los oficiales. Y tampoco le habían dado al conductor la copia del documento y en el papel aparecía otro número de chasis y de motor diferente al que establece el boleto de compra-venta del vehículo y al que posee la moto que todavía permanece en la dependencia comunal. “Es como si fueran tres distintas", aseguró.