La samba brasileña regaló todo su calor a los puntanos

Quince grados, cielo gris y la gente por el microcentro puntano caminaba con camperas. Ayer llegó el frío a la ciudad de San Luis, pero una  brisa de calor partía desde el monumento Juan Pascual Pringles en la plaza central: eran representantes de “Unidos do Viracuso” de Brasil, una de las escolas que participará en el Carnaval de Potrero y que alentaban a propios y ajenos a danzar con las bellas  morenas.
Los turistas y locales apuraron las grabaciones de sus celulares y cámaras de fotos para no perderse un paso cerca de las 13, cuando los comercios comenzaban a cerrar sus puertas. Aunque algunos vendedores permanecieron por la gran demanda de los brasileros,  que compraron perfumes, vinos y alfajores.
Los pasistas Tamaris (24 años) y Gilberto (19) tenían seis bolsas repletas de distintos productos.  Iban junto a Rodrigo, un chico puntano que les oficia de traductor. El chico de San Luis sabe cuatro idiomas y se hizo amigo de Gilberto hace ya tres años. “Ahora vienen a casa a comer un asado. Para mi familia ya es uno más”, dijo sobre el hincha del Vasco da Gama y que estudia administración.
En la Plaza Pringles, Lucas (20) vende remeras y viene por segunda vez a la provincia. En Río de Janeiro, donde nació, es músico. “Acá los chicos aprenden a tocar la guitarra y allá la percusión”, sostuvo. Comentó que  los artículos que comercializa no tienen valor fijo y que depende de lo que quiera gastar el comprador. El regateo está a la orden del día.  “Lo que gano lo utilizo para comprarme comida o cosas para llevarme a Brasil”, comentó el músico,  quién arrancó a los 3 años con su maestro Wesley.
“Compramos alfajores porque en nuestro país no se consiguen”, explicó Tamiris con una gran sonrisa. La estudiante de ingeniería dijo que le encantan los fabricados por Havanna. 
Las perfumerías colapsaron con la cantidad de compradores extranjeros. “El precio de los perfumes son similares en Brasil pero nos favorece el cambio de dinero y nos ahorramos entre 15 y 20 reales (seis dolares)”, precisó Gilberto.