Entrevista con Carlos Vives: "Quería ser médico"

Como todos los artistas que actúan con el tiempo justo, Carlos Vives sólo conoció de San Luis lo que vio por la ventanilla del auto, y eso le gustó: “Es muy lindo, el río, la montaña, tanta tierra generosa”, dijo en una charla exclusiva con ETC. El cierre del carnaval fue su único show en Argentina, dijo mientras tomaba un té tibio que se enfrió de a poco. Vives es de hablar tranquilo, piensa sus respuestas pero no tiene un discurso.

"En Colombia, la cumbia es como el blues"

—El vallenato es festivo, ideal para un carnaval
—Sí. El vallenato es música de carnaval, al igual que la cumbia, que es como nuestro blues. El vallenato es un folclore más joven.

—¿Empezaste como actor?
—Es que me tenía que dedicar a hacer algo en la vida porque quería ser médico como mi padre pero no me daba. Entonces fui al Conservatorio de Arte, cantaba en bares y fiestas. Hice de todo, estudié comunicación social, publicidad, 15 años como actor en novelas, y encontré en la música una razón para exportar y asumir una identidad.

—Como un embajador musical, del país y después para afuera
—Soy de una generación que empezó a aburrirse y que para triunfar había que irse. Si hacíamos música no tenía que ser local. Entonces quise rebelarme de esa vaina, quedarme en casa.

—¿Qué escuchabas en tu casa?
—Todo lo de Gardel porque mi mamá es de Medellín, que es nuestra capital del tango. Mi abuelo era súper gardeliano y ella creció escuchándolo. Mi papá es del Caribe y me educó con el bolero. Yo era el único que tocaba el piano de mi abuela que antes de fallecer dijo: “Éste piano es pa’ Carlos Alberto”. 

—¿Y del rock argentino?
—Todo lo que sonaba en los 80 y que fueron a Colombia, Charly García, Miguel Mateos, los Enanitos Verdes, Luis Alberto Spinetta…

—¿Los viste?
—¿Qué si los vi!?. Charly apareció en mi novela LP, Loca Pasión, y tocaba al piano “No soy un extraño”. Mateos también hizo un cameo. Soda Stereo durmió en mi casa. A Spinetta le prestamos un teclado que necesitaba para un show en Rock al Parque. Ese man salió a cantar y era verlo y largarme a llorar. Mi mujer me miraba y no entendía.  A Cachorro López también lo conocí porque fue a producir unas bandas allá. A Nito Mestre lo invité a comer en mi restorán y me regaló un afiche de Sui Generis que ahora está colgado en la pared. Nuestra relación con el rock argentino es muy fuerte: motivó el nacimiento de bandas que queremos mucho. Toda mi juventud se fue ahí. ¡Y no hemos hablado de las chicas! Celeste Carballo, Fabiana Cantilo, pero Hilda Lizarazu era mi favorita: estábamos bobos de amor por ella.