Kapanga puso a Villa Mercedes de fiesta

Pareció coherente que la segunda noche de la Fiesta de la Música cerrara con "Kapanga". Si el objetivo de las reuniones del fin de semana fue aglomerar estilos y canciones, la banda liderada por Martín "El Mono" Fabio no conoce de encasillamientos y puede caminar con comodidad por diversos ritmos, todos ramificaciones del rock.

Si tiene un vector común el quintento es el baile: nacidos al calor del cuarteto, cercanos al ska, amigos del reggae, apóstoles sin religión del punk, en el grupo se engloba el precepto general de alejar los marcos.

Muestras hay de sobra. Pueden hacer versiones de "Agujita de oro" y "Amor secreto" -que integran el reporterio de Carlos "La Mona" Jiménez- o recordar a "De música ligera", sobre el final de "Ramón", uno de sus éxitos mayores. Y también pueden meterse al público villamercedino con un poquito, a guitarra y voz, de "Calle angosta". "Si me lo encuentro a mi tocayo Gatica por Villa Mercedes, lo invito a quemar uno", dijo en broma "El Mono".

El frontman acaparó buena parte de la atención del recital con mímicas, bailes, gestos y palabras que casi siempre buscaron el golpe de efecto humorístico.

Antes del recital de cierre, "Daltónicos" brindó un set sencillamente brillante, como hace mucho tiempo no sucedía. Con todo lo prolijo que su desprolijidad genética les permitió, el trío liderado por Marcelo "Pompón" Parosky -quien hasta se animó a cantar a capella- dio una clase de punk clásico. 

Distinto recibimiento le dio el público a Rodi Risatti, quien con canciones de su nuevo disco, "Causalidades", fue escuchado atentamente por algunos e ignorado amablemente por otros. En el medio, su versión de "Quedándote o yéndote", de Luis Alberto Spinetta, fue un gran momento en la noche.

A diferencia de la jornada anterior, la grilla y el público era mayormente rockero, por eso propuestas como "Singulars" -una banda llamativa en Villa Mercedes por su look producido y el respeto con el que hacen "Persiana americana", el clásico de Soda Stereo-; los encendidos "Unión Zion", con una dupla de frontman muy carismáticos; y los respetados "La manija de don Níspero" -que mostró la incorporación de Domingo Beltramone como segunda voz- se movieron a sus anchas en el escenario. La alegría desbordante de "Los changos" (la banda que quedó de "Mr Chango") mereció un horario más central y "Phlox" hizo su debut en grandes recitales con la difícil faena de abrir la grilla.

De ritmos más autóctonos, en la noche final pasaron "Tierra criolla", que sorprendió gratamente a una buena cantidad de público que había llegado temprano y dedicó "Volver a cero" a los inundados del norte de la provincia;  "Fulanos", que ya no son una sorpresa pero que tuvieron lugar para mostrar en Villa Mercedes su folclore a cuatro voces y los movimientos del gran Alejandro Grassano en los teclados; y Américo Moroso, adelantado en el horario porque el pianista de su banda tenía que tocar en el casino de Justo Daract.