Jueves. Dos y media de la mañana. Como el jueves 12 de marzo, las patrullas de la Policía cortaron el tránsito por calle Paunero, entre Potosí y España. Fue durante casi dos horas pero, a diferencia de aquella madrugada, no fue para evitar el tumulto de la gente que quería ver lo que le había pasado a su vecino Juan Pablo Vara, sino para reconstruir con el juez e investigadores lo que pasó esa noche, en esa cuadra del barrio San Antonio de Villa Mercedes, cuando el hombre, por hacerle frente a un ladrón que se había metido en su camioneta, recibió un puntazo en el corazón que le puso fin a su vida en cuestión de segundos.
Cuando el juez de Instrucción Penal Nº 2, Leandro Estrada, acompañado por policías de las divisiones Homicidios y Criminalística, llegó hasta el portón de Paunero 216, la esposa de la víctima, Mónica, los recibió en el primer llamado. La viuda parecía que se había desvelado esperando a la comitiva de investigadores. Un matrimonio y otra mujer le hacían compañía.
La idea, en un principio, era llevar adelante la reconstrucción del hecho con la camioneta que Juan Pablo defendió hasta la muerte.
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