Pasaron más de siete meses, pero como la imagen de un rompecabezas que está muy pronta a completarse y develarle el misterio a la persona que con paciencia ensambló sus piezas, la investigación por la desaparición de Abel Ortiz estaría muy próxima a aclararla. Y, por eso, el juez Correccional y Contravencional, Santiago Ortiz, calcula que abril podría ser decisivo para la causa, que mantiene en vilo a la familia, los amigos y los conocidos del hombre de 31 años que la noche del 16 de setiembre salió de su casa del barrio La Ribera y jamás regresó.
La información, los datos que guían la investigación provienen de distintos canales. Una de las pruebas que el magistrado agregó al expediente la última semana son los resultados de los registros telefónicos que llegaron de La Pampa. Entre los celulares examinados están los de la ex de Abel, Alejandra Espinosa, y el círculo íntimo que la rodea, como sus amigas y hasta una ex pareja.
El juez no quiso detallar qué develaron esos informes, sólo se limitó a comentar que “habían venido con abundante información de los teléfonos”. Esos registros fueron adjuntados a los otros, también de telefonía, que arribaron de La Plata en febrero y fueron solicitados por los Ortiz.
Otras pruebas incorporadas fueron los análisis de ADN realizados a las muestras de sangre que los peritos hallaron en la camioneta blanca, Volkswagen Amarok, del comisario Marcelo Acevedo y el Gol Country azul de Alberto “El Mechudo” o “Yerbita” Espinosa, un primo de Alejandra. Sobre esos resultados “no puedo adelantar nada. Estamos en un momento crítico del expediente, pero está pendiente la explicación, en una audiencia, por parte de la genetista”, dijo el magistrado.
En los últimos días declararon por segunda vez, además, algunas amigas de la ex de Abel. Entre ellas, María Vázquez, Nancy Calderón y la oficial de Policía Marcela Rodríguez. Las mujeres fueron a ampliar sus testimonios, más que nada, sobre lo que pasó el 16 de setiembre, la noche que tenían planeado juntarse en lo de Alejandra a comer unas pizzas y después ir al casino.
De hecho, las contradicciones entre lo que sostenían Vázquez y Calderón motivaron, antes del comienzo de la feria judicial, la realización de un careo entre ambas. Las amigas se mantuvieron firmes en sus versiones, aunque entre sí eran incongruentes.
Ortiz aclaró que, en base a toda esa información que han recolectado, ya no es necesario hacer ese posible careo que podían requerir entre el ex jefe de la Comisaría 9ª, Marcelo Acevedo, y Espinosa. “Hoy, con los elementos que tenemos, no hace falta. Pensaba realizarlo en el caso que de que lo necesitara”, comentó.
La investigación cuenta, además, con la colaboración de Gendarmería Nacional, brindada por el Ministerio de Seguridad de la Nación. El juez no quiso anticipar en qué consiste puntualmente esa ayuda, sólo adelantó que es “para un fin muy específico” que se sabrá a su tiempo. “Seguimos avanzando y creo que habrá novedades en la causa en los próximos días”, expresó optimista.
Imágenes que no aportan
Uno de los elementos que la ex de Abel insistía fuera examinado con mucho detenimiento, como la prueba contundente que daría cuenta de su historia, eran las filmaciones de las cámaras de seguridad. Pero lo que lo que los aparatos captaron la noche que desapareció Abel ya fue desestimado en la investigación.
“Declararon los policías que hicieron el cotejo de las imágenes. Los videos no son muy claros y, de lo que en ellos pudieron ver, no surgió nada relevante”, sostuvo.


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