Bolsas rotas, desperdicios, cajas y botellas. Todo acompañado por un olor nauseabundo que hace que las personas caminen por la zona tapándose la nariz. La escena, que es digna de un basural o baldío, proviene de un contenedor ubicado en el bulevar de Illia, a pasos de calle Mitre y a tan sólo 500 metros del kilómetro cero de la ciudad. Hace más de una semana que el recolector no ingresa a la avenida, no puede hacerlo porque en la esquina contraria (Chacabuco e Illia) dos autos impiden su paso. El motivo: las obras de refuncionalización de la Comuna.
“Nosotros nos estamos mudando en este momento. Pero desde hace más de siete días que sentimos el olor. La mayoría de la basura proviene de los bares. Cuando se llenó el contenedor empezaron a poner la mugre y las bolsas afuera del cubículo. Los perros callejeros rompieron todo y ahora hay una nube de moscas. La verdad es que no entiendo por qué no dejan pasar al camión de la basura, hay espacio más que suficiente para que entre y haga lo que tiene que hacer”, dijo José de San Luis Feria.
El sector en el que está el container forma parte de una de las etapas de refuncionalización que la Comuna hace en la avenida. Los autos no ingresan por la arteria norte porque hay dos coches y una pila de baldosas que bloquean el tránsito en Chacabuco e Illia. No obstante los vecinos piden que la medida tenga flexibilidad con el servicio de recolección.
“Hay cinco bares y tres quioscos. Si en una semana llenaron el contenedor, ni me quiero imaginar lo que va a pasar en dos días más. Aparte no es algo que favorezca al comercio, nadie quiere sentarse a comer en la vereda con semejante tufo. Yo me hago cargo de la parte que me corresponde, ya llamé al Municipio para hacer mi descargo y eso que la basura que yo tiro no es ni es un cuarto de la de los locales”, dijo Pablo, que vive justo enfrente de la suciedad.
En diagonal a la casa de Pablo, en Mitre entre Illia y Pedernera hay un drugstore, Sebastián, uno de los empleados también protestó por la mugre. “El frío atenúa un poco el olor, pero al mediodía es insoportable. Nosotros no tiramos nada ahí. Los cartones y descartables los metemos al baúl y lo llevamos a otros contenedores. Por lo menos intentamos no empeorar la cosa”.


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