Los agroquímicos y la eterna polémica

El Molino Fénix se llenó, por dos días, de charlas sobre plaguicidas, aerofumigación, malezas y química aplicada al campo porque fue la sede del Primer Congreso Regional de Buenas Prácticas Fitosanitarias, una buena idea del Ministerio del Campo para avanzar sobre una de las preocupaciones de los productores, como el avance de las malezas y la mejor manera de combatirlas sin agredir el medio ambiente y perjudicar la salud

El interés quedó claro en la buena cantidad de expositores, alumnos, docentes y público en general, que se fueron de Villa Mercedes con varias certezas y, sobre todo, con la posibilidad de desmitificar algunas ideas planteadas desde hace tiempo sobre la aplicación de agroquímicos sobre los cultivos y sus efectos en la población rural.

Llamó la atención gratamente ver muchos adolescentes prendidos en los debates, tomando apuntes e intercambiando ideas. "Me da muchísimo gusto que hayan venido los alumnos de las escuelas agrotécnicas porque son la generación que va a hacer el cambio en el futuro. Todos sabemos que los agroquímicos generan problemas, al ser compuestos químicos generan daños, lo sabe la gente y lo sabe el ministerio, por eso San Luis tiene una ley que regula su uso y además enseña acerca de la correcta colocación y utilización de las sustancias”, dijo María Rodríguez, quien forma parte del Programa Agroquímicos del Ministerio del Campo.

Organizar  el congreso llevó aproximadamente un año para una comisión que se reunió invariablemente el tercer sábado de cada mes. El panel de invitados trató de abarcar todas las áreas involucradas, por eso hubo ingenieros agrónomos, docentes de química, abogados, pilotos fumigadores y especialistas en suelos y malezas.

El encargado de abrir las exposiciones fue el bioquímico Fernando Manera, un cordobés  que se ha encargado de estudiar en los últimos años los químicos y la exposición diaria a la que estamos sometidos todos, porque no es sólo cuestión de posar la mira en el campo, a veces nos llegan ocultos en algo tan sencillo como el líquido para piojos de nuestros hijos.

“Muchos de los productos, como el lindano, los usamos en la cabeza de los chicos, es un muy parecido al viejo DDT, prohibido durante tres décadas en el campo agronómico. En la Argentina hay doce leyes que prohíben  su uso agronómico y veterinario desde hace diez años y sin embargo algunos lo usaban multilplicado por diez, lo que me llevó a presentar una denuncia ante la Defensoría del Pueblo de la Nación. Además inicié un trabajo como  director de Bromatología de la Municipalidad de Colonia Caroya (Córdoba) en  2011 a partir del cual quedó prohibido en todo el país”, indicó Manera, quien remarcó que otro de los productos peligrosos es el melation mercatation, que tiene restricciones en el campo y hasta agosto de 2012 lo vendían para matar piojos en la cabeza de nuestros hijos”.

Los productos que no lo usan recurren a  la permetrina  o la kaotrina. “Todas las ‘trinas’ en el campo se aplican al 0,1%, mientras que en la farmacia llegan hasta el 5%, es decir 50 veces más concentrado. A veces cuando doy charlas en congresos médicos la gente queda sorprendida, pero estos químicos están aprobados por el ANMAT, es decir que los médicos no están violando ninguna ley. También fui viendo todos los productos que usamos en nuestra casa, como los matamoscas y mosquitos, los utilizados en nuestras huertas y jardines. En el campo siempre existen métodos y protocolos para la aplicación y en la casa, por desconocimiento, los usamos como nos parece”, agregó el bioquímico cordobés.

En el final, Manera dijo que “el mensaje que le quiero dejar a la gente es que yo me ubico como abuelo y como papá con respecto a este mundo químico que existe y del que nadie nos habla, y con esto quiero decir que a los agroquímicos no los tenemos que dejar aplicar como cada uno quiera, tiene que haber un marco legal que diga cómo y cuándo, y un Estado que controle lo que se está haciendo. Si esto se cumple y quien usa los químicos es un profesional, los riesgos disminuyen. Es bueno asistir a estas jornadas porque sin educación no somos nada como país”.

En San Luis rige la Ley Nº IX-0320-2004 que regula el uso de agroquímicos. “Un nuevo decreto reglamentario incluye a los ministerios de Salud, Medio Ambiente y del Campo, más los profesionales en ciencia y técnica y las entidades agropecuarias para realizar un trabajo en  conjunto”, destacó en la apertura el vicegobernador Jorge Díaz, quien es ingeniero agrónomo.

Buenas prácticas fitosanitarias

Otro de los expositores fue Ricardo Weiss, ingeniero agrónomo y asesor de diferentes proyectos relacionados con el campo. “Vivimos rodeados de cosas peligrosas, la electricidad, el gas, los autos, hasta un cuchillo guardado en la cajonera de una casa es peligroso porque un chico con eso se corta, pero eso siempre lo manejamos bajo diferentes pautas para que no representen un peligro diario.  Por ejemplo en los autos están los frenos y las revisiones técnicas. Con las sustancias químicas se debería proceder igual, hay formas de manejarlas para que no representen riesgos para las personas, para el ambiente ni para la actividad agropecuaria”, explicó.

“Creo que el principal problema es que la mayoría no sabe cómo funcionan los agroquímicos y no tienen por qué saberlo, por eso es nuestra obligación explicarle a toda esa gente cómo funciona esto”, agregó Weiss, quien agregó que es vital aprender para toda esa gente que vive del campo aún sin saberlo, porque el que arregla bicicletas en Purmamarca vive del campo, ya que los repuestos de la bicicleta que importa se compran con los dólares  que genera el sector agropecuario.

Para este ingeniero, “hay un imaginario popular que no está basado en un argumento científico. Hace unos días se publicó una nota que hablaba de los enfermos de cáncer a causa del maíz, si consultamos la estadística de toda la provincia de Córdoba es casi la misma cantidad de gente que se muere por otras enfermedades. También le echan la culpa a los silos, pero son cerrados, no entra el aire, y salen sustancias. Las encuestas las realizaron un viernes y salieron un sábado, sería importante que hagan toda una cadena científica y un espacio de debate para refutar, pero esta gente no suele ir a los debates”.

Manejo integrado de plagas

Nora Martínez, docente de la Facultad de Agronomía de la UNSL, habló acerca del control de plagas. “Como docente me pareció importante poner a disposición de los asistentes herramientas útiles que le permitan después manejarse en el mundo de los agroquímicos con seguridad y solvencia”. Y destacó la presencia juvenil en el congreso: “Siempre para un estudiantes es importante participar de estos eventos, independientemente del año en el que esté cursando, aún si nos referimos a chicos de la escuela secundaria. Es clave que vean que hay mucho puntos de vista sobre un tema, que hay distintas maneras de abordarlos y que a las problemáticas complejas deberán buscarle soluciones en el futuro”.

En cuanto a la responsabilidad en el uso de químicos dijo que “todos somos responsables de aquello que tenemos entre manos, los docentes somos responsables de nuestros alumnos, los alumnos del conocimiento que reciben  y cómo lo usan. Y quienes debemos usar químicos debemos hacerlo con la responsabilidad que amerita el tratamiento, pero sin miedos. Si la finalidad última es la producción de alimentos no debe haber temor”.