La muerte digna, la eutanasia y el "suicidio asistido" son usados, generalmente, como sinónimos, pero tienen diferentes significados, más allá que los tres forman parte de la elección de muerte que decide cada paciente.
La muerte digna es el derecho que ostenta el paciente (o sus familiares, si el enfermo está imposibilitado), que padece una enfermedad irreversible y cuyo estado de salud es terminal, de decidir y manifestar su deseo de rechazar procedimientos invasivos a su cuerpo.
El caso más conocido en el país fue el de Camila, la bebé que nació muerta tras mala praxis médica y que luego de 20 minutos su corazón volvió a latir, en la que fue su única reacción.
Luego de tres años de lucha y tras ser revisada por tres comités de bioética que dictaminaron que su estado vegetativo era irreversible, Selva, la mamá de la nena pudo conseguir que la desconectaran.
En cambio, la eutanasia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la "acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente".
La semana pasada hubo un caso de un colombiano de 79 años que padecía un más que invasivo cáncer que le causaba muchos dolores y que fue sometido a la primera eutanasia legal que se realiza en Colombia y en América Latina.
El hombre en cuestión era Ovidio González y se le aplicó una potente sedación en un centro oncológico de la ciudad de Pereira, todo bajo un protocolo que se le sigue a un enfermo que cumple con los requisitos para ello.
El "suicidio asistido" es la asistencia a otra persona, que desea terminar con su vida, para que lo consiga.
Un caso conocido fue el de Brittany Maynard, de 29 años, quien sufría un cáncer terminal en el cerebro y eligió esa forma de morir antes que padecer el deterioro que le produciría su enfermedad.
El caso se produjo el año pasado y fue muy mediático a nivel mundial.
Tanto la eutanasia como el "suicidio asistido" están prohibidos en la Argentina y ambos se castigan como homicidios.
Fuente: NA.
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