En un párrafo de la resolución que emitió el viernes, el juez Penal Nº 1 de San Luis, Sebastián Cadelago Filippi, expresó que “no debe perderse de vista que el vínculo paterno-filial genera, en la mayoría de los casos, lazos muy fuertes de respeto, amor, comprensión y protección”. Lejos estuvo de experimentar esos sentimientos una adolescente que, tras la denuncia hecha por la directora de la escuela a la que iba, confesó que su padre adoptivo la violaba desde que tenía 8 años.
Ayer, el magistrado procesó a Guillermo Luis Moyano, de 59 años, por los abusos sistemáticos, que consideró aún más graves porque él se aprovechaba de la convivencia con la víctima para perpetrarlos.
Al momento de la revelación, en octubre de 2013, la chica tenía unos 16 años. Ella tenía dos años y su hermana menor uno cuando la Justicia resolvió darlas en adopción a Moyano y su esposa, en Mendoza. Quedaron al cuidado de este matrimonio porque su mamá biológica no tenía recursos, y, según quedó registrado en el expediente, estaban desnutridas y sufrían un abandono extremo. Pero el nuevo hogar no sería un sitio que permitiera dejar atrás esa historia de sufrimiento temprano.
La mayor de las hermanitas tenía 7 años cuando toda la familia se vino a San Luis. Contó que un año después de la mudanza, comenzaron los ataques.
LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casaMás Noticias
