Las relaciones entre padres e hijos por la web

Las nuevas generaciones, las que contiene a chicos menores de 19 años, necesitan estar conectados permanentemente y con sus dispositivos cargados. Ësa es la primera conclusión a la que arribó Lorena Amarante, una conferencista internacional especialista en Marketing Digital con foco en las redes sociales, en base a su propia experencia. "Mi hija de 12 años me pide para las reuniones con sus amigos que esté disponible la clave de wifi y que hayan zapatillas para que todos tengan dónde enchufar el cargador, son dos requisitos además de las papas fritas  y las gaseosas", contó.

Sobre eso y otras costumbres digitales habló con El Diario de la República.

—¿Cómo se las ingenia el marketing para llegar a las distintas generaciones?

—Desde el punto de vista del marketing digital, si querés apuntar a un público más joven utilizás Instagram. Y para los un poco más grandes, Facebook. Igual los encontrás en varios lugares. Hoy las plataformas, los medios sociales, te permiten segmentar de tal manera que podés impactar en el público y en el tipo de audiencia a la que querés llegar. Por supuesto hay restricciones para llegar a los menores, pero a la hora de segmentar podés elegir a qué edades querés llegar dentro de las opciones que te da la plataforma. 

—¿Se pueden demarcar características propias?

—Hoy los millennials y los Z usan plataformas microformatos como Snapchat. El consumo es mucho más breve y efímero, mientras que los más grandes buscan algo que perdure, recordar después de 5 años lo que hiciste en una fecha determinada. Los niños no tienen esa necesidad. Igual con la extensión de los formatos, los más chicos consumen contenidos más breves y con los videos aprenden y conocen diferentes cosas.

—¿Hay una tendencia generalizada a abandonar la lectura?

—Las generaciones más jóvenes son seres muy visuales, lo que les llame la atención los tiene que impactar altamente y mayormente tiene que ver con lo visual. Tengo la certeza de que, aún las generaciones más grandes, la gente no lee. Está esa tendencia de no reflexionar, se comparten cosas sin  leer, sólo se lee el título que les genera un impacto entonces comparten y comentan sin leer el artículo completo.

—Con respecto a la privacidad con los más chicos. ¿cómo se los puede preservar? 

—Está en el compromiso de los padres de guiarlos. El problema es que por primera vez, desde el desarrollo de la humanidad, los chicos conocen más de algo que sus padres, específicamente en el uso de la tecnología. Y el adulto tiene que estar aconsejando de algo que a veces tiene desconocimiento o está por debajo del que tiene el hijo. Entonces se invirtieron los roles en algún punto y asusta. Algunos padres se resguardan y dicen "con esto no me siento tan cómodo", mientras que precisamente deberían ocuparse de entender para guiar.

—¿Cómo se hace entonces?

—Debemos ejercer nuestra ciudadanía digital con responsabilidad. Es importante entender cuáles son los alcances de las distintas configuraciones que pueden estar comprometiendo nuestra privacidad. Escudarse en no entender no es un justificativo para no comprometernos con todo lo que puede implicar nuestra privacidad. Me parece que es muy importante desarrollar un vínculo con nuestros hijos y la tecnología puede ser un acercamiento, para que ellos nos expliquen y debamos entender un poco más y tener un motivo de conversación. También para saber ponerle límites y aconsejar en el uso.