Asaltó una farmacia, pero los vecinos le hicieron frente y lo detuvieron

Le había ido bien, pero terminó mal. Según una investigación de dos comisarías de San Luis, un joven que fue atrapado cuando asaltó una farmacia de la zona este de la ciudad había robado a mano armada, un rato antes y junto a un cómplice, en un supermercado chino y en una estación de servicio. Fue golpeado por los vecinos del negocio donde lo apresaron y denuncia que también le pegaron los policías, lo que motivó una intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Gobierno.

Martín Joel Barroso tiene 22 años, es soltero y vive en Mestre y España, del barrio Militar, en Villa Mercedes. A la Policía le dijo que es changarín.

Cuando lo identificaron, los oficiales de la Comisaría 7ª de San Luis se dieron cuenta en seguida de que lo conocían.

“Lo tuvimos detenido hace una semana por un hurto y quedó en libertad por falta de mérito”, informó el jefe de la seccional, comisario Juan Carlos Leyes. En esa ocasión, a Barroso lo acusaban de sustraer bebidas alcohólicas “de una casa cercana a la terminal”, agregó.

Cuando le dieron la libertad, su padre, José Barroso, se lo llevó a Villa Mercedes. El miércoles volvió para ir al juzgado a preguntar cuándo le devolverían la vestimenta que le habían secuestrado. Le contestaron que se la restituirían ayer. Martín decidió quedarse. Y volver a las andadas, según las pruebas que reunió la Policía después.

A las 21:10 del miércoles, el móvil 1-707 de la Comisaría 7ª, que andaba de recorrida, recibió un alerta de la seccional. El dueño de la farmacia “Cortez”, de la avenida Cristo Rey, había llamado para pedirles ayuda, porque lo estaban asaltando, y había cortado de golpe.

Cuando la patrulla iba hacia el negocio, recibió un llamado del Centro de Atención de Emergencias (el 911), que le advertía que del negocio asaltado había escapado un delincuente en una moto 110 oscura. Y que en la farmacia tenían reducido al otro ladrón, por lo cual pedían la intervención urgente de la Policía.

Cuando los dos policías del móvil entraron, encontraron a tres hombres que sujetaban en el piso a un joven vestido con una bermuda clara y un buzo rojo. Era, supieron después, Martín Joel Barroso.

“Esta persona presentaba heridas en el rostro, como así también en las piernas, producto de que minutos antes de que llegara el móvil, según manifestó el dueño del local, forcejearon y golpearon al delincuente", reza el acta del procedimiento policial. Una prueba de la lucha era la mercadería tirada en el piso de la farmacia.

Los vecinos que estaban en el negocio y le habían ayudado al comerciante a dominar al asaltante les advertían a los policías que el ladrón estaba armado.

Daniel, el dueño de la farmacia, que tenía su chaqueta blanca rasgada y manchada con sangre, les indicó que el arma que había utilizado el asaltante estaba tirada en el piso, en el pasillo, del lado del mostrador. Allí la encontraron. Era un revólver calibre 32 largo, con un tambor para seis balas, que tenía la carga completa.

A la imputación por el atraco fallido en la farmacia “Cortez”, a Barroso le sumaron otras dos. “Hicieron tres asaltos continuos. En un supermercado chino de avenida Presidente Perón, cerca de avenida España, a las nueve menos cuarto, en la estación de servicio de Héroes de Malvinas y Sarmiento, poco después de las 9, y el de la farmacia”, dijo el comisario Leyes.

En el primer comercio sustrajeron 280 pesos de la línea de cajas. En el segundo, alrededor de 1.500 pesos.

Aseguró que en los bolsillos le hallaron a Barroso algunas tarjetas y tickets robados en los negocios asaltados minutos antes que “Cortez”. “Además, la vestimenta que describían en cada denuncia coincide con la que él tenía. Hay identikits en la Comisaría 2ª, donde las víctimas reconocieron el arma y las prendas de vestir”, señaló el jefe de la 7ª. Su comisaría unificó los sumarios por los tres atracos.