Averiguan si una camioneta abandonada está en regla

Durante varias semanas, una camioneta estuvo estacionada cerca de una estación de servicio, soportando los rayos del sol, los azotes del viento, el fresco de las noches. Ahí permaneció, solitaria, hasta que el miércoles a la mañana, la Policía ubicó a una persona que tenía las llaves que permitían abrirla, encontró adentro unos documentos del presunto dueño y la sacó de la calle, para averiguar cómo y por qué vino de Paraguay a San Luis y si tiene algún pedido de secuestro. “Esperamos los informes pedidos al vecino país respecto al estado de dominio y los de las pericias practicadas sobre chasis y motor”, contó la oficial Johana Quiroga, jefa del área Inteligencia Criminal, que depende del Departamento Informaciones de la Policía.

El rodado en cuestión es una Nissan Mistral. La patente que indica que está registrada en el vecino país no es la única singularidad que se advierte a simple vista. El modelo no es de los que se ve circular de modo habitual en las calles de la ciudad y, además, tiene unos ploteados que la hacen aún más llamativa. Sobre el fondo negro tiene franjas blancas y rojas y dos inscripciones, “Thule” y “Scott”.

“En moneda paraguaya, cuesta alrededor de unos 23 millones. Según los convertidores, son unos 65 ó 70 mil pesos en peso argentinos”, precisó la oficial.

El martes, en un recorrido, los agentes de Inteligencia Criminal vieron el vehículo parado frente a la estación de servicio “La Estrella”, en la avenida José Santos Ortiz y Falucho, casi frente a la parrilla “La Gaviota”.

Les llamó la atención la chapa patente y le preguntaron a los vecinos si sabían de quién era. Eran aproximadamente a las 8:30. “Nadie supo decirnos por qué estaba ahí. Pero nos dijeron que hace meses que estaba ahí, que el dueño es de Paraguay, que la había dejado porque había que hacerle unos arreglos y ya la iba a venir a buscar”, resumió la oficial.

Después, los investigadores establecerían que quien hizo las reparaciones fue un mecánico que tiene su taller en otro sector de la ciudad. Lo ubicaron, y hablaron con él. Al parecer, el propietario le habría dejado una seña para que la pusiera en condiciones y, como no volvió a buscarla, “para no tener problemas, la dejó donde había estado en un comienzo”, refirió.

El mecánico indicó que tenía un teléfono del cliente, y que llamó en reiteradas oportunidades. Aseguró que al principio al menos sonaba, indicio de que la línea estaba habilitada. Después, ya no. Manifestó “que iba a llamar a la Policía, porque empezó a parecerle extraña la circunstancia”, acotó. Pero no lo hizo.

“Comentó que le hizo un arreglo importante, que ha perdido dinero y que confió en el cliente, porque le pareció respetable, una persona de bien”, agregó la policía. Dijo también que no lo conocía, que era la primera vez que lo veía.

Lo llamativo es que, pese a que habría puesto mano de obra en la camioneta, la sacó de su taller, aun cuando tenerla en su poder era una garantía de que en algún momento le pagarían por sus servicios.

El mecánico tenía una llave, que le dio a la Policía. Sucede que la Nissan “tiene un sistema de alarma importante”, dijo. La abrieron y, al hacer la requisa, encontraron documentación a nombre del hombre que dejó el rodado, el supuesto propietario. “Es como un derecho de posesión”, explicó Quiroga.

Al mecánico le hicieron firmar el acta de secuestro. “Hemos hablado ya con la Policía de Paraguay, pero lleva su tiempo que remitan los informes”, refirió. Hasta ayer, no habían llegado novedades de la fuerza del vecino país.