El viernes, después de casi un año y medio de ser denunciados de llevar a la fuerza a tres adolescentes a un descampado y molerlos a palos, en las afueras de Justo Daract, dos policías que trabajaban en la comisaría de esa ciudad fueron puestos ante el juez de Instrucción Penal N° 2, Leandro Estrada, y relataron lo que, según ellos, en verdad ocurrió ese día. Los dos, cada uno por su lado, contaron lo mismo. Dijeron que jamás atacaron a los menores, que fue precisamente al revés. Ellos quisieron controlarlos, porque varios vecinos se quejaban de que provocaban disturbios en la calle, y los chicos les respondieron con piedras e insultos.
Los nombres de los uniformados no trascendieron. Más que nada por el hecho de que la causa está en plena investigación, es decir, aún la Justicia debe determinar si lo que denunciaron los padres de uno de los jóvenes fue, en realidad, como lo relataron. Por eso, los efectivos no fueron separados de la fuerza de seguridad.


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