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Casi un tercio de los puntanos muere por infartos y ACV

Por redacción
| 17 de abril de 2016

Más vale prevenir que curar”. Por más trillado que suene, adecuar el refrán a la rutina misma, salvaría miles de vida, en San Luis, Argentina y el mundo. Es que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los adultos, seguido por los tumores y las infecciones respiratorias; representan el 31,7%, 22,11% y 17% respectivamente. Y si bien son prevenibles con chequeos periódicos y buenos hábitos, representan poco más del 70 por ciento, según las estadísticas del Ministerio de Salud de la Provincia, de hace dos años. A la cabeza entonces, los infartos (técnicamente llamados enfermedad isquémica cardíaca) y los accidentes cerebrovascular (ACV).

 

Falta de conciencia, desinterés, exceso de confianza. De una u otra manera, el mundo atraviesa una etapa donde la población pasó de morir por enfermedades transmisibles (contagio de una persona a otra, como la gripe, diarrea o neumonía) a fallecer a causa de las no transmisibles. Por ello, tras los avances tecnológicos que permitieron realizar diagnósticos precoces para corregir rápidamente con cualquier batería de antibióticos y medicamentos, el principal desafío hace tiempo que lo tiene el propio ser humano: llevar una vida saludable y consultar al doctor habitualmente, con tiempo y de pie; y no de urgencia y ya en camilla.

 


“Los problemas cardiovasculares ocurren frecuentemente en los mayores de 65 años. Pero cuando es prematuro, es decir antes de esa edad, es porque hay muchas cosas que no se hicieron bien. Entonces, ahí es cuando hablamos de los factores de riesgo que se pueden identificar fácilmente”. Así, uno de los directores del Instituto Cardiovascular de San Luis, Juan Pablo Albisu, explicó que si bien existen 'agentes' genéticos que derivan en infartos, los que tienen mayor peso son los ambientales, que sí se pueden evitar y tratar con tiempo. Aquí es donde entra el tabaquismo y los altos niveles de presión y colesterol, alentados por el sedentarismo y la mala alimentación, principalmente.

 


“Por eso es más que importante hacerse los chequeos: los hombres mayores de 40 años; y las mujeres, cuando empiezan la menopausia. Pero bueno, es complicado que la gente entre en razón. Un dato: la mitad de la gente que tiene hipertensión y diabetes, no lo sabe; y si lo sabe, no se cuida o no lo hace adecuadamente”, criticó Albisu y agregó: “Otro punto a destacar es que tanto los hombres como las mujeres tienen como principal causa de muerte las fallas en el corazón. Es decir, las chicas tienen que saber que cuando empieza el período menopáusico, el riesgo cardiovascular aumenta incluso mucho más que en los hombres, porque pierden la protección de las hormonas", señaló.

 


En coincidencia, el cardiólogo, Gustavo Farez, contó que en el mundo occidental de los años ’20 y ’30, la mujer sí moría principalmente por problemas ginecológicos (cáncer de mama, ovarios o útero). Sin embargo, ahora la mitad lo hace por inconvenientes en el corazón, y sólo un 4% por distintos tumores. “Y esto, muchas de ellas no lo saben. Está muy bien que consulten periódicamente al ginecólogo, pero también tienen que hacerlo con el cardiólogo. Además, hay otro tema: cada vez hay más con sobrepeso y estrés, porque tienen más responsabilidades y preocupaciones. Entonces, trabajan el doble, y encima salen y tienen que ocuparse de las tareas del hogar, algo que los varones no manejan, generalmente”, sostuvo Farez, para luego indicar que el sexo femenino además creció en consumo de tabaco. “Como hay una disminución de fumadores, las tabacaleras, en busca de nuevos clientes, apuntaron a los adolescentes, que son más propensos, y después a estas mujeres cada vez más estresadas. De ahí vienen los cigarrillos saborizados, finitos, de color, etcétera", completó su análisis.

 

Más calle, menos PlayStation

 


Entre los videojuegos, las comidas cada vez más ricas en calorías y el exceso de confianza de dejar todo librado a los fármacos –o incluso a cirugías para eliminar la grasa-, San Luis, como Argentina y gran parte del mundo, empeoraron sus índices de sobrepeso. De la fruta real a la barra de cereal fortificada, con una fina capa de yogur y chips de chocolate; o del ‘picadito’ en el barrio a los campeonatos de PlayStation. La alimentación y las horas de deporte cambiaron drásticamente, entre tantas otras modificaciones culturales que también alientan a una muerte producida por causas muchas veces evitables.

 


Albisu advirtió que el sedentarismo es un riesgo similar al que causa el tabaquismo, por lo que hay que alentar a la sociedad a practicar algún deporte, pero no 20 minutos cada tres días, sino de manera permanente.

 


“Hace tiempo que atravesamos una etapa donde hay mayor obesidad, mala alimentación y grandes consumos de grasas trans. Obviamente tenemos que comer carne y podemos tomar gaseosas. Pero también hay que hacer ejercicio a diario y comer frutas, verduras y pescados”, recomendó.

 


Para Farez, la falta de actividad física cada vez se profundiza más entre las nuevas generaciones, que prefieren la computadora antes que la bici o ‘la calle’; y las hamburguesas y con papas fritas antes que las ensaladas o la sopa.

 


“Entonces, cuando llegan las estadísticas nacionales o internacionales, es lógico que veamos que en estos últimos diez años las cifras sean alarmantes: en Argentina, la mitad de la población  tiene sobrepeso o directamente es obesa. Mientras que uno de cada diez tiene diabetes. Claro, sólo el treinta por ciento realiza actividades físicas”, agregó el cardiólogo.

 


Estos indicadores, más la falta de consultas médicas, explican que los tumores sean la segunda causa de muerte en San Luis, el país y el mundo. “Acá aparece el cáncer de próstata para los hombres; el de mamas u ovarios para las mujeres; y el de colon, para ambos”, dijo Farez.

 


Ya la tercera ubicación queda en manos de las enfermedades del aparato respiratorio, como las neumonías, las gripes y distintas afecciones que terminan con un paro, como por ejemplo, un paciente que entra con una infección pulmonar o que tiene el 80 por ciento del cuerpo quemado.

 


La sal, un enemigo de buen gusto

 


Al sedentarismo y los malos hábitos se le agrega otro factor de riesgo que directamente aparece en frasco chico y en todas las mesas. La diabetóloga, Nancy Carreño, señaló que Argentina consume el doble de la cantidad de sal recomedada (11 gramos diarios en vez de 5), sin importar que derive en la hipertensión. “Además, hay una clara evidencia que se relaciona con el cáncer de estómago, los cálculos renales, la osteoporosis, la retención de líquidos, la obesidad y el asma”, avisó.

 


Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), bajar el consumo a tan sólo 3 gramos, evitaría, al año, 6 mil muertes, 13 mil cuadros de ACV y 14 mil infartos (en Argentina).

 


“Hay un estudio canadiense del 2007 que ya decía que todos vamos a ser hipertensos en algún momento de nuestra vida, y que la diferencia dependía de qué hacía cada uno para retrasar su aparición. Por eso, si no hago ningún tipo de actividad, probablemente voy a serlo a partir de los 30, 35, 40 años. En cambio, si me cuido, seguramente voy a superar los 50, 60, 70 años”, agregó el ministro de Salud, Marcelo Riera.

 


Hacia una sociedad más vieja

 


Pero más allá de este panorama, las sociedades cada vez son más viejas, es decir, que hay un aumento en la expectativa de vida.

 


“Antes te morías de infarto. Ahora te lo tratan rápido, corrigen algo y vivís un par de años más. En conclusión, comemos mal, hacemos poco ejercicio y encima no vamos casi nunca al médico. Pero así y todo, podemos vivir más años que nuestros antepasados, porque hay grandes avances en la ciencia. Lógicamente, quien se cuide más, podrá llegar más lejos, incluso sin demasiados medicamentos”, lanzó Albisu como reflexión final.

 


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