SAN LUIS - Jueves 02 de Mayo de 2024

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El desafío de las mujeres ante la desigualdad de género

Por redacción
| 03 de abril de 2016

En Argentina, sólo dos de cada diez puestos directivos son ocupados por mujeres. Y según la AFIP, en el 2015, la diferencia salarial entre ambos sexos fue de un 25%, a favor del grupo masculino, claro. La desigualdad de género es una realidad que nace desde el seno de la sociedad y atraviesa todos los sectores y espacios. No está definida por cuestiones económicas ni culturales, y se absorbe desde generaciones pasadas. Si bien hay muchos estudios y estadísticas, basta con mirar la realidad de cada uno para comprobarlo: ¿Cuántas mujeres participaron en la última reunión diaria en el trabajo? ¿Quiénes fueron las que levantaron la mesa y lavaron los platos en el asado del domingo pasado? ¿Quién trasnochó para medirle la fiebre y darle los antibióticos al nene la última vez que estuvo enfermo? Las respuestas, previsibles.

 

 “Socialmente estamos acostumbrados a pensar que la mujer pertenece al hogar, a lo doméstico, que lo emocional es su lugar, está asociada a la naturaleza; y el hombre a lo racional, al trabajo”, explicó la psicóloga Miriam Bottino, miembro del cuerpo de Psicología Forense del Poder Judicial.  “El ejercicio de ‘una buena mujer’ está identificado con la sumisión, el altruismo, en la entrega de los recursos personales hacia el otro. Hay un sistema social que educa para eso. Hay una prehistoria donde se incorporó la exigencia de ser para otros, en el género femenino. Ese valor es un ideal. Cuanto más altruista es una mujer, más valorada es por el contexto social, sus padres, su familia, su pareja, las otras mujeres”, agregó. Así, la especialista asegura que esto viene de generaciones pasadas, claramente, es algo histórico. “Los atributos sociales están distribuidos entre la competitividad para los varones y el altruismo para las mujeres.  La mujer siempre al servicio de otros. Eso está instalado”, indicó.

 


En la cotidianeidad la mujer es quien trabaja en el hogar, y afuera. Es ella quien se carga al hombro la responsabilidadades de la casa, los chicos, la comida, entre muchas más. “En esa educación coinciden hombres y mujeres, en general todos nosotros tenemos esa división de roles. Un varón asume que la mujer se tiene que ocupar de la casa, y la mujer también lo asume. A la hora de conjugar exigencias en el rol de mamá, esposa, profesional, en el mercado laboral, se encuentran que en todas partes lo tiene que hacer con una entrada altruista”, explicó.

 


“Las diferencias de género se dan en la distribución de los beneficios laborales y también en la vida privada. Esto produce mucha tensión internamente”, contó. Es que la mujer, en realidad, se encuentra con varios conflictos internos. “Quiere trabajar, aportar, tener su independencia, pero a su  vez quiere cumplirle al mundo tradicional con todas las otras funciones. La mujer cuando se va a trabajar siente culpa por dejar los chicos; y el varón no se va con culpa a trabajar, se va tranquilo, para proveer a su familia; porque pareciera que ser un buen padre es salir a trabajar, y ser buena madre es atender los chicos”, destacó Bottino.

 


Según la psicóloga, esto se traslada al ámbito laboral y se refleja en que en el país no haya cargos jerárquicos para mujeres. “La realidad es que los cargos más rentados  están pensados para varones, porque la sociedad les facilita, al librarlos de todas las otras tareas, la posibilidad para que los puedan ocupar”, dijo. Eso explica por qué muchas empresas prefieren hombres para ocupar los cargos altos, por su "disponibilidad", ya que no tienen toda esa carga extra de trabajo doméstico. 

 


Mariana Aguilar es ingeniera industrial y miembro del Foro de Mujeres Profesionales y Empresarias, que organiza la Fisal. A pesar de tener una Especialización en Nuevas Tecnologías adquirida en Corea del Norte, de haber trabajado en una empresa de Alemania, y de haber participado en el Foro Económico Mundial, más de una vez la miraron con incredulidad cuando se presentó para estar al frente de una reunión. Es que además tiene otro “agravante”, es muy joven (apenas 27) y la sociedad no está preparada para ver que una mujer de esa edad llegue tan lejos. “En general depende de la persona, no todos los hombres son iguales, ni las mujeres. No todos nos comportamos de igual manera. Me pasó muchas veces de sufrir la discriminación, pero otras veces no, y trabajé muy bien”, relató. “Hasta la forma en la que te vestís influye. Yo siento que mientras más femenina sos, es una limitación. Las mujeres tenemos muchas auto limitaciones, con prejuicios propios. Y también está el tema de que está instaurado que tenés que dejar cosas de lado, si vas a tener familia o no, elegir una u otra, o cómo hacer para balancearlo; creo que las mujeres tenemos muchas ataduras desde antes, que no las hablamos y no las podemos superar”, reflexionó. Actualmente, se desempeña en el Ejecutivo provincial, donde asegura que la cantidad de hombres y mujeres está equiparada, y que los sueldos son idénticos para dos personas que ocupan el mismo cargo, a pesar de ser de diferente sexo.

 


Por eso, los pocos cargos de mandos que son ocupados por mujeres, pertenecen en su mayoría a solteras sin hijos. De hecho, según la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del último trimestre de 2014, en el país, la tasa de empleo en hombres es del 50,2%, contra un 34,5% para las mujeres. Un 88% de los hombres unido de hecho trabaja, mientras que en los casados el número baja a 76% . En los separados o divorciados, la tasa es de 70% y un 26% los solteros. En cambio, la tasa de empleo en mujeres es mayoría para las separadas o divorciadas (69%), mientras que para las casadas es del 44% y del 49% para quienes están unidas de hecho. La tasa en mujeres solteras es del 23%.  En San Luis, la tasa de empleo en hombres en pareja es del 97%, mientras que para las mujeres en la misma condición es del 50%. Entre quienes están divorciadas o separadas, la cifra de empleo es de 88% para hombres y de 69,8% para las mujeres.

 


“Si la mujer no cede ese espacio que le asignan va a seguir sobrecargada, y deberá continuar haciendo lo que hacen varias personas al mismo tiempo”, explicó Bottino. Sí es cierto que hay una cuestión biológica, las mujeres tienen el enorme privilegio de gestar una vida, que dependerá al 100% de ella durante los primeros años. “Lo biológico termina en el momento en que los niños pueden caminar, jugar, comunicarse. Hay una gestación que marca una dependencia del cuerpo de la mujer como lugar para una nueva vida, va a necesitar que lo amamante y lo cuide, pero a cierta edad es autónomo. Dar una mamadera, cambiar pañales, bañar, llevar a la escuela, a gimnasia, o al médico, lo puede hacer un varón o una mujer, no hay nada que desde la  biología que diga uno sí y el otro no: está en la  cultura”, indicó.

 


Aguilar explicó que la idea del foro de mujeres de la Fisal es sesionar bimestralmente y contar con la presencia de hombres. “Hay eventos sobre estos temas pero son de mujeres para mujeres, no hay relación entre las charlas y el contexto laboral real. Surgió un poco la necesidad para abrir la conversación y generar espacio de diálogo con los hombres y trabajar en conjunto. Hay muchos hombres que están a favor de esto, pero no son sensibles cuando hay una discriminación. Hay un estudio que indica que las mujeres participan muy poco de las reuniones en las empresas. Entonces la idea es que, por ejemplo, los hombres pueden llevarse ese compromiso, de invitar también a las mujeres de las empresas a las reuniones. Hacer la diferencia con esas pequeñas cosas”, explicó la joven.

 


Hay buenas noticias. Aunque sea un trabajo de hormiga, esta realidad está cambiando. “Con las generaciones nuevas y los padres jóvenes hay un nuevo panorama. Pero es fundamental que la mujer aprenda a relegar tareas. Hay hombres que quieren aportar, quieren lavar la ropa, planchar y hacer otras tareas. Muchas veces se equivocan y ellas están ahí para criticar. Hay que dejarlos que prueben, y que lo hagan mal, lo más importante es que lo hagan”, concluyó la psicóloga. Mientras que Aguilar resaltó que la igualdad debe ser para ambos lados. "Hay que equiparar las licencias de paternidad, que son de muy pocos días para ellos, y eso también es una diferencia de género", manifestó.

 


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