Hallaron una bomba en un descampado, apta para detonar

Alexander Gil cortaba la gramilla de un baldío cuando se topó con algo que no había visto nunca. Tenía la forma de un cohete, pero podía agarrarse con una mano. Sin saber lo que era, lo llevó a su casa. Al día siguiente, su cuñado le dijo lo que era. Lo que había llevado a su domicilio del barrio Jardín del Sur era una bomba, y estaba en óptimas condiciones para detonar.

El joven de 25 años encontró el artefacto el viernes, cuando desmalezaba un baldío de Ardiles y Chile, para la Municipalidad de Villa Mercedes.

Estaba en una bolsa de nylon. En un primer momento, pensó que podía tratarse de una bomba, pero no estaba seguro. Y, sólo por curiosidad, se llevó el aparato a su vivienda: la casa 23 de la manzana 6005, les contó a los policías de la Comisaría 31ª.

Al día siguiente, José, su cuñado, que fue de visita a su domicilio, le despejó las dudas. El artefacto que había dejado en el piso de su cochera era un proyectil de mortero.

Gil no dejó pasar un minuto y llamó al Centro de Operaciones de la Regional. Los policías llegaron a la vivienda y constataron que se trataba de un aparato explosivo. El subjefe de la seccional de jurisdicción, el subcomisario Walter Sosa, y el jefe de turno de la Regional, oficial principal Juan Zabala, entonces, se contactaron con el personal especializado en explosivos “para verificar la peligrosidad del elemento y su posible desactivación”, informó la oficial Anahí Becerra, de Relaciones Policiales.

No obstante y ante la posibilidad de que la bomba estallara, evacuaron las casas vecinas y cerraron el paso en la calle de esa cuadra. A la medianoche, llegó a lo de Gil el personal de la brigada de Explosivos de los bomberos de la Policía de la Provincia.

Se llevaron el proyectil a un descampado, frente al barrio, y lo destruyeron. Fue luego de dos detonaciones.