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Una mujer volverá a oír por una operación en el Hospital San Luis

Médicos activarán el implante coclear que hace menos de un mes colocaron a una paciente de 56 años. Ya van más de 30 intervenciones desde diciembre de 2014. 

Por redacción
| 07 de noviembre de 2017
Volver a escuchar. Los especialistas esperaron un mes para dejar cicatrizar bien la cirugía.

Silvia Pavone tiene 56 años y vive en Villa de Praga. Desde que tenía 20, comenzó a perder la audición progresivamente producto de una otosclerosis. Los audífonos ya no la ayudaban. No podía escuchar. Esta semana le activarán el implante coclear que el equipo de otorrinolaringología del Hospital San Luis le implantó en su oído izquierdo. Volverá a escuchar a su familia y más cercanos, a sentir la música y los pájaros, gracias a una operación totalmente gratuita ordenada por el Ministerio de Salud de la provincia.

 

Sebastián Picciafuoco, que lidera el área de otorrinolaringología que consta de 12 especialistas del hospital, sin contar a anestesistas y enfermeros, indicó a El Diario de la República que debieron esperar un mes desde la instalación del implante a su activación ya que debían aguardar a que cicatricen los tejidos del oído interno.

 

Básicamente, un implante coclear consiste en dos partes: una interna, que se instala dentro del oído y uno externo, que se acciona, una vez que cicatrice la herida. "En el caracol coclear colocamos una guía de electrodos, que miden de uno a 22 milímetros", detalló el especialista, quien agregó que por esto se trata de una operación de gran precisión, que lleva de dos a tres horas, dependiendo del padecimiento de la persona y su edad.

 

La pieza externa, que si la herida de la cirugía curó apropiadamente será activada esta semana sin intervención quirúrgica extra, consta de un micrófono, un procesador de lenguaje y una antena,  que se posa por fuera del cráneo. Este dispositivo capta las ondas sonoras, que los electrodos reciben y convierten en impulsos eléctricos que llegan al cerebro y éste los interpreta como sonidos, explicó Picciafuoco. "Va tener una sensación sonora, va a empezar a escuchar", expresó. Si funciona bien este primer aparato, le instalarán próximamente el segundo.

 

La paciente había tenido una intervención previa en Buenos Aires, pero que no había tenido buenos resultados. Y se valía de audífonos para escuchar, pero llegó un momento en que ya no le servían. Picciafuoco explicó que dado que hubo un período de su vida en la que escuchaba plenamente, es muy probable que responda bien a los implantes. "Es mucho más fácil, ya que el cerebro puede interpretar sonidos y sabe escuchar. Si nació sordo y es implantado, muchos años después el implante puede no ser beneficioso", detalló.

 

Ésta sería la intervención 34 del equipo médico que lidera Picciafuoco. El otorrinolaringólogo llegó de Córdoba en diciembre de 2014 y desde entonces realizó intervenciones a pacientes desde 7 meses a los 72 años. Este año los más pequeños fueron los beneficiados. Sofía Frías, de 10 años, pudo escuchar por primera vez en su vida, en julio. A ella se sumaron Daiana Aguilar, de 15 años, Joaquín Garro, de 10 años y Lucas Olguín, de 3, fueron intervenidos en setiembre. Para antes de fin de año planean cuatro más, llegando casi a las 38 operaciones de implante coclear.

 

Niños y jóvenes afectados

 

Según datos aportados por el Ministerio de Salud de la Nación, entre 700 y 2.100 niños nacen por año con problemas auditivos y actualmente 500.000 personas viven con dificultades sonoras en la Argentina. En 2011, la cartera creó un programa de detección temprana de la sordera y proveyó 180 implantes cocleares a los más pequeños.

 

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), 360 millones de personas en todo el mundo, que representan al 5% de la población del planeta, padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 328 millones son adultos y 32 millones niños. Y en el 60% de los chicos, se deben a causas prevenibles, como dificultades provocadas por infecciones como el sarampión, meningitis y la otitis media crónica (31%), asfixia en el parto o bajo peso al nacer (17%) y uso de medicamentos ototóxicos en embarazadas y lactantes (4%). Vacunar contra enfermedades, prevenir infecciones y evitar la exposición de ruidos fuertes pueden reducir el riesgo a perder capacidades auditivas.

 

Además, la posibilidad de padecer pérdida de audición por “el ruido en contextos creativos”, como expresa la OMS, es algo que afecta a cerca de 1.100 millones de jóvenes, de entre 12 y 35 años de edad. En Argentina la situación no cambia: según un relevamiento de GAES Centros Auditivos, una multinacional que fábrica audífonos médicos alrededor del mundo, ocho de cada 10 argentinos consultados expresaron molestias auditivas,  y en su mayoría se trataba de jóvenes, que admitieron que escuchaban música a alto volumen.

 

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