A Alicia y Carlos, sus hijos los esperaban en San Luis, con la cena lista el martes por la noche, querían conocer con lujo de detalles como se había sentido la viajera en su vuelo de bautismo. Se fueron hace dos semanas a Buenos Aires y tenían avión para llegar al aeropuerto de San Luis, a las 20:20, pero este jueves a las 11 esperaban en el aeropuerto internacional de Ezeiza, que un avión los traslade a Mendoza y de ahí deberán buscar en que volver a la provincia.
Lo que vivieron en las últimas 36 horas fue toda una odisea para esta pareja de jubilados. El martes a la noche les cancelaron el vuelo por problemas en el sistema. Les pagaron un hotel, pero las taxis corrieron por cuenta de ellos. El miércoles por fin volaron a San Luis, “fue un viaje excelente hasta que empezamos a descender cerca de llegar. Comenzó una turbulencia muy grande y las nubes estaban bravas según nos explicaron, y el piloto decidió regresar a Buenos Aires”, relató Carlos.
“Durante el vuelo le pedimos que nos lleven a Rio Cuarto o Mendoza, pero desde la tripulación nos aseguraron que las condiciones eran las mismas. Otra vez a Buenos Aires”, dijo cansado Carlos.
“No sólo viajaba yo, anoche además nos mandaron al mismo hotel con empresarios del rubro supermercados y otro de una Óptica de San Luis. A los que hoy ya no volví a ver”, cerró Carlos
Hoy en la mañana, si bien el avión venía a San Luis, no había butacas libres y le ofrecieron reprogramar el vuelo para el 31 de marzo. La segunda opción que la pareja terminó tomando fue un avión a Mendoza y desde allí pagarse los pasajes a San Luis.
Si todo va bien, Alicia y Carlos llegaran a merendar o a cenar con sus hijos, pero dos días después.
Algo similar sufrió Alberto Cherman, un puntano de 73 años que viajó a hacerse estudios, pasó dos días intentando volver y fue reprogramado para el viernes.
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