Leandro Paris no tiene límites. Corre tan rápido que lo hace a la par de su pasión, el atletismo. El actual campeón sudamericano intentará repetir el éxito en Cuenca, Ecuador, en el mes de abril. En caso de obtener la medalla de oro clasificará de forma directa al Mundial de Londres a disputarse en el mes de agosto. Gracias a la predisposición del atleta, El Diario, que lo premió como Destacado en 2016, ingresó en la intimidad de un deportista de elite. Solo el atleta sabe lo que se siente cuando gana una competencia.
"Estar en lo más alto del podio se disfruta. Es un momento de gloria en el que se te pasa toda la vida"
Su historia en el atletismo
La disciplina llegó a su vida casi de casualidad. Mientras practicaba fútbol no se imaginó jamás que podría tener un presente y futuro tan exitoso. “Nunca pensé en correr. Ni sabía que existían los Juegos Olímpicos, hasta enterarme en la secundaria. Jugaba al fútbol para Las Chacras de Juana Koslay. Trabajaba, estudiaba y después me iba desde El Volcán a entrenar fútbol. No seguí porque no me dieron un permiso especial. Tenía condiciones. En las clases de educación física descubrí que el atletismo podría gustarme gracias dos profesoras. Se dieron cuenta y me ayudaron. Desde ese momento me enteré todo lo que se podía alcanzar. Sin esas miradas no hubiera realizado ningún deporte. Hay que motivar a los chicos. Confié en ellas y empecé a correr en calle, pista y después no largué más. Un día me agarró Jorge Niño. Le dije que era resistente, me puso a correr y se dio cuenta enseguida que era corredor de 800 metros”. Jorge Niño hoy trabaja en la Secretaría de Deportes. Leandro Ghelfi tomó las riendas para entrenarlo en busca de más éxito. “Estar en lo más alto se disfruta. Se te pasa toda la vida por la cabeza. Te preguntás, ¿Por qué estás acá arriba? Es un momento de gloria en el que reflexionás sobre todo lo que te sacrificaste”. Frente a ese detalle fue sincero a la hora de explicar que la vida útil de un atleta de elite dura hasta los 27 años. “Nunca voy a ver un límite en mí. Cuando vea que haya uno sabré retirarme a tiempo”.
El sudamericano en Ecuador
En abril tendrá la primera gran prueba de fuego del 2017 cuando corra los 800 metros en el sudamericano, en Cuenca, Ecuador, a más de 2.500 metros de altura. En el Iberoamericano de Río de Janeiro logró la tercera mejor marca de Argentina (1''47''18/100) que le dio el pasaje. “Es una competencia importante porque sí consigo la medalla de oro clasificaré al Mundial de Londres, sin marca mínima (1'45''90/100)".
Paris comprendió la magnitud de la competencia. Se preparó durante un mes en Salta, donde planificó viajar a Estados Unidos para completar los trabajos en función de la altura. “La condición equipara a todos. Estoy bien preparado. Estuve trabajando un mes en Cachi, Salta. Nunca lo había experimentado pero fue un entrenamiento favorable para lograr más capacidad de oxígeno. El médico me explicó que iba a hacerme bien para la salud. A nivel biológico se produce un cambio. Mientras más altura, más glóbulos rojos que oxigenan mejor la sangre. Por eso hay que adaptarse. No es tan fuerte el impacto en mí porque tengo que hacer resistencia a la velocidad”.
Competir contra sí mismo
Muchas veces siente que corre contra sus propias marcas. “Sí estás atento a la carrera, se puede cambiar la planificación. Los de adelante le cortan el aire a los de atrás y los que vienen en el medio se ven beneficiados. Desde allí se puede explotar en los últimos metros. Pero lo más importante es ganar una competencia”, detalló. El trabajo mental de una atleta de elite es vital para poder fortificar sus condiciones físicas. ¿Qué sucede en la previa a una carrera? “Durante este tiempo se te pasa toda la vida. Antes de largar, hay miedo, adrenalina y coraje. Se acelera el corazón, pero cuando corrés, ya está. Saliste y tenés que continuar. Uno sufre todos los días su entrenamiento. Lo que influye en una persona lo transita también un deportista. Siempre va a ganar el que mejor esté entrenado”.
Enfrentar la frustración
Es otro aspecto a trabajar y más aún cuando se está muy cerca de lograr un sueño. “Estuve a un segundo de llegar a clasificar a Río 2016. No me deprimí porque siempre me preparo para llegar a las finales. Pienso en el presente, conseguir la medalla de oro o un podio en Cuenca. Y sí no, buscaré la marca para llegar al Mundial. Sé que si clasifico y compito contras otros atletas tengo muchas chances. Me tengo fe y voy a estar fuerte para ganar porque no habrá altura”. Además, explicó qué correcciones está buscando en el entrenamiento. “En la elite se juega con el cuerpo, llevándolo al límite. Es mucho el riesgo. Trato de dar lo mejor. Ahora deseo mejorar mi zancada y corregirla uno o dos centímetros”.
Los próximos objetivos
Paris conoce bien el camino recorrido que trazó a lo largo de sus 22 años, pero a la vez proyecta su destino deportivo y personal. “Tengo los objetivos bien claros. El más serio será clasificar al Mundial y si se da en este Sudamericano, mejor. Me gustaría ser entrenador, tener mi gimnasio y trabajar con atletas. Pero primero me quiero recibir de profesor de Educación Física. Estoy cursando el último año. En el 2018 me voy a dedicar de lleno a mi entrenamiento como atleta. Firmé un contrato de trabajo con el gobierno provincial y tengo una beca del Enard por haber sido campeón sudamericano. Sin apoyo sería muy difícil".


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