La soja y el maíz crecen a buen ritmo en San Luis

Falta alrededor de un mes para que comience la cosecha gruesa en los campos de San Luis, por lo que es un buen momento para conocer un panorama de cómo vienen los cultivos en las distintas zonas. Hace 30 días atrás, la revista El Campo había consultado a algunos asesores y las primeras conclusiones habían sido satisfactorias, ya que las plantas estaban en general en buen estado y había agua en los perfiles, aunque de manera despareja. Pero los ingenieros a cargo del monitoreo advertían que no había que confiarse debido a la acechanza de malezas y chinches, que siempre están latentes.

El maíz de primera sembrado temprano está en R4 (grano pastoso), mientras que el tardío transita por el período R3 (grano lechoso).

Pasó febrero y la realidad no cambió demasiado en cuanto a calidad, ya que tanto en soja como en maíz las condiciones de crecimiento siguieron siendo buenas. Incluso hubo lluvias abundantes, aún en zonas donde los promedios son bajos, como el noroeste, que recibió desde octubre a la fecha 400 milímetros, cuando el promedio anual no suele superar los 350. El problema lo planteó el granizo, que castigó fuerte en algunos lotes del Valle del Conlara, sobre todo en La Toma, hizo su habitual aparición en cercanías de Fraga, e incluso en la zona serrana cayeron algunas piedras aunque de tamaño menor, por lo que el daño en los cultivos fue relativo y más bien concentrado.

Para tener un registro amplio de lo que está sucediendo en el sector agrícola, este cronista consultó a dos asesores agronómicos que abarcan con su trabajo sectores productivos agrícolas muy importantes de la provincia. Ramiro Goncálvez se encarga de la marcha de los cultivos de productores en la zona serrana de El Amparo, Cuatro Esquinas y La Petra (él la denomina Zona 1), también tiene clientes en La Toma y Juan Llerena (Zona 2) y por último en Justo Daract (Zona 3). En tanto que Marcelo Bongiovanni es productor y asesor en la zona del Valle del Conlara, una franja que abarca desde La Toma hasta Santa Rosa, en una ancha franja a ambos costados de la autopista Nº 55, que también se conoce como la vieja ruta nacional Nº 148.

Centro y este

El maíz de primera, sembrado antes del 15 de octubre, se encuentra en R4 (grano pastoso) y muy buen estado en la zona de El Amparo, Cuatro Esquinas y La Petra, donde los cultivos tardíos no suelen dar los mismos resultados porque los acechan las heladas tempranas. “Están muy avanzados en sus estados fenológicos, al punto que se están picando los primeros lotes con destino ganadero. Con resultado de bueno a muy bueno, teniendo en cuenta que en las últimas dos semanas hemos tenido granizos considerables en todas las zonas, los cuales impactaron directamente en el rinde.

Si bien es un poco temprano para conocer las cifras definitivas, podemos estimar los rindes de materia verde entre 35.000 y 45.000 kilos por hectárea, lo que se traduce a rindes generales de 6.600 a 8.600 kilos en el caso que se destinen a grano”, contó Goncálvez.

En la que denomina como Zona 2, llegó “con lo justo” a las lluvias de fin de enero y principio de febrero, lo que ayudó al llenado de grano. “En cuanto a picado del forrajero, está oscilando entre 30.000 y 40.000 kilos de materia verde, lo que llevado a grano arroja un rinde de 5.700 a 7.600 kg/ha en una región que abarca La Toma y Juan Llerena, donde el granizo fue muy intenso y hubo lotes con pérdidas totales”, completó.

En Justo Daract (Zona 3), si bien el agua caída fue escasa respecto a las anteriores, “gracias a sus buenos suelos han podido seguir adelante. El picado está arrojando valores aproximados de 32.000 a 42.000 kg/ha de materia verde, lo que implica entre 6.000 y 8.000 kilos de rinde por hectárea en grano”, dijo el asesor agronómico.

En cuanto al maíz tardío, plantado luego del 15 de noviembre, está en R3 (grano lechoso), calificado de bueno a muy bueno por el especialista gracias a las excelentes perspectivas climáticas. “Se están terminando de llenar en buenas condiciones gracias a las lluvias de fin de enero y principios de febrero. En cuanto al destino, los que van a picado se estiman que están próximo al tercio de línea de leche (momento para picar), lo cual se producirá en los próximos 10 días”, explicó Goncálvez, quien pidió “tener en cuenta el nivel de hojas, ya que por esperar este momento hay veces que se dejan ‘secar’ demasiado, lo que va en detrimento de la materia verde. Se estima que estarán entre 40.000 y 50.000 kg/ha, dependiendo de cuánto haya impactado el granizo, lo que llevado a grano estaría en un rinde de alrededor de 7.600 a 9.500 kg/ha en el caso de que sea grano”.

En la Zona 2 está en el mismo estado (R3), en pleno llenado de grano con perfiles en muy buenas condiciones, mientras que en la Zona 3 serán cruciales los próximos 20 días para que pueda expresar todo su potencial.

En cuanto a soja, en la Zona 1 está en el período R5 (comienzo de llenado de semilla en nudo) con un estado general muy bueno. “Es una calificación que hago en general, porque depende mucho del nivel de granizo que hayan recibido. En cuanto a insectos nos encontramos con el complejo de chinches, especialmente chinche de los cuernitos, chinche de la alfalfa y chinche verde, que están por debajo de los umbrales de tratamiento”, aseguró Goncálvez, que informó que las defoliaciones por isocas están entre el 4% y el 7%, sin llegar aún a niveles críticos. En esta región se detectó presencia de medidora, bolillera y anticarsia.

En la Zona 2 la oleaginosa se encuentra desde R4 (vainas de 2 centímetros) a R5 (comienzo de llenado de semilla), con un estado de los cultivos de bueno a muy bueno.

“Los muestreos de chinches arrojan bajos umbrales, a los que hay que seguir de cerca ya que estamos en plena época de ataque de este insecto, sobre todo en sus variedades de los cuernitos, de la alfalfa y verde”, dijo el asesor, quien también se refirió a las isocas: “Es bajísimo el nivel de población, y además se acompañan con poblaciones benéficas de arácnidos (parásitos de Loxostege sp), orugas medidoras parasitadas por mosca (Voria sp) y orugas momificadas por avispa parásita (Copidosoma sp). Hay que tener en cuenta esta fauna benéfica al momento de elegir insecticidas”.

La Zona 3 presenta el mismo panorama  que las otras dos, salvo porque se siguen acrecentando los lotes con yuyo colorado, al punto de ver algunos en estado muy avanzado de malezas.

Valle del Conlara

“El estado general de los cultivos, en la zona, es bueno a muy bueno, con algunos sectores que se presentan en estado excelente. Durante febrero, las condiciones climáticas, sobre todo las precipitaciones, han acompañado al crecimiento y desarrollo de los lotes. Los registros acumulados durante el mes oscilaron entre 50 y 100 milímetros. En lo que va de la campaña, las precipitaciones van desde los 380 a los 500 milímetros entre La Toma y Naschel; y de 400 a 55 desde Tilisarao hasta el límite con Córdoba”, contó Marcelo Bongiovanni, quien agregó que “hubo registro de caída de granizo (2 a 3 episodios) en distintos sectores de La Toma y Naschel, con daños en los cultivos que van del 40% al 80%”.

Con la mayoría de los lotes transitando la etapa de llenado de granos, los porcentajes de la superficie sembrada por cultivo grano, son los siguientes: soja 50%, maíz: 45%, sorgo granífero 2% y el resto para cultivos menores.

En maíz, los lotes implantados en octubre se encuentran en pleno llenado de granos, con algo de impacto por la sequía ocurrida en diciembre y enero, y las granizadas de enero y febrero (en algunas zonas). Las pérdidas de rendimiento van del 20 al 50%, aunque los lotes bajo riego presentan una condición de muy buena a excelente.

Los cultivos sembrados en diciembre están entre V8-V9 a R2 y presentan buenas condiciones en general. Van a depender de precipitaciones normales en marzo (cercanas a los 100 milímetros) y de la no ocurrencia de heladas tempranas para culminar con rendimientos buenos a muy buenos.

“Para la mayor parte de la zona, en lotes de secano se estiman los siguientes rendimientos promedios: los sembrados en octubre de 40 a 50 quintales por hectárea, con un máximo de 70; mientras que los de diciembre estarán un poco por arriba, de 50 a 60, con máximos de 90”, aseguró Bongiovanni.

Por supuesto, en lotes bajo riego y en siembras tempranas se esperan rendimientos de 100 a 120 quintales por hectárea. “Estos valores estimados son para lotes con aplicación de tecnología (híbridos, fertilizantes, agroquímicos, etc.)”, aclaró el ingeniero agrónomo, haciendo referencia a que “hay en la zona un porcentaje importante (30-35%), de lotes de maíz con escaso o nulo uso de tecnología, donde los rendimientos esperados no van a superar los 35-40 qq/ha”.

En el Valle del Conlara se ha observado presencia de Roya, pero con baja incidencia, y apenas en el 20% de los lotes. En cuanto a plagas, hubo ataques de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el 15% de los lotes y presencia (20%) de Isoca de la Espiga (Heliotis=Helicoverpa zea), pero con daños leves.

“En soja, los pocos lotes sembrados en octubre están en estadios que van de R5 a R6. Estos lotes sufrieron las consecuencias de la falta de precipitaciones y las altas temperaturas registradas en diciembre y enero,  por lo que desarrollaron una menor altura y cantidad de vainas fijadas, pero el llenado ha sido favorecido en su etapa final por las lluvias de febrero y van a presentar rendimientos buenos”, amplió Bongiovanni.

En cuanto a los lotes sembrados en noviembre, según el asesor “están de R4 a R5, y los de diciembre, transitando de R1 a R3. Las siembras tardías son las que presentan mejor condición y han logrado un mejor desarrollo vegetativo y una mayor cantidad de vainas”.

En las zonas afectadas por el granizo, los daños han sido variables, pero con una disminución importante del rendimiento esperado. Para la mayor parte del valle, en lotes de secano se estiman los siguientes rendimientos promedios: 15 a 25 quintales por hectárea los sembrados en octubre (10% del total), 25 a 30 los de noviembre (80%) y 18 a 25 los de diciembre (10%). “En algunos lotes puntuales, que se desarrollaron con buenas condiciones hídricas durante todo el ciclo, se esperan rendimientos máximos de 35 a 40 qq/ha”, agregó.

Hasta el momento, no se han registrado ataques importantes de orugas defoliadoras (Rachiplusia, Anticarsia, Helicoverpa,), y tampoco se ha observado la presencia de chinches en niveles que puedan producir daño económico.

Las enfermedades foliares por ahora han tenido una incidencia escasa o nula en los lotes.