Se acerca la época de inscribir a los chicos para 2019 y hay que optar. A las 37 escuelas públicas digitales se les sumaron 17 generativas y 30 secundarias en los parajes. Apuntan a la educación personalizada, la enseñanza por niveles en vez de grados y ejes como el deporte, el arte y el medio ambiente.
Una computadora como vía para elaborar, completar y corregir prácticos. Un aula que a su vez es una cancha de básquet. Seguimiento personalizado del alumno y educación no graduada. Hace más de 5 años, San Luis se animó a cambiar la forma de enseñarles a chicos de la Provincia. Las escuelas públicas digitales (EPD), cuyo primer establecimiento, la "Albert Einstein", fue inaugurado hace 6 años; las generativas (EG), con la "Corazón Victoria" que cumplió su segundo Aniversario y las secundarias en los parajes, que inauguraron sus primeros circuitos hace una semana. En octubre, los padres ya buscan a dónde enviarán a sus hijos el año que viene y, en este contexto, las alternativas educativas públicas crecen en San Luis.
La primera imagen que viene a la cabeza con las digitales es la de pizarrones virtuales, robots y celulares. En realidad, esta modalidad, con 37 espacios en el territorio, es un poco más simple, pero no por ello menos novedosa. La herramienta principal de la que se valen es una computadora, que asignan tanto a alumnos como a docentes, explicó Manuela Ferreyra, jefa del Programa de las EPD, dependiente de la Universidad de La Punta (ULP). “Los chicos trabajan con una plataforma, llamada Moodle, donde los docentes vuelcan las planificaciones y nosotros desde la administración central las controlamos. Además permite actividades para que los chicos puedan hacer en sus casas, acompañados por sus papás”, resumió.
Ferreyra aclaró que el sistema es presencial, solamente que trabajan con la computadora. Las evaluaciones son de carácter mixto, ya sea a través de la plataforma, adjuntando un práctico, por poner un ejemplo, o escrita u oral, como sucede en el resto de las escuelas.
Como segunda característica, la enseñanza en las digitales no es gradual, sino que es modular, depende del nivel de cada alumno. “Va avanzando a su propio ritmo. No se pasa de año a año, sino que avanza por módulos y se fomenta la potencialidad de cada alumno”, explicó. A su vez esto implica un seguimiento personalizado de cada estudiante. Así, aseguró la funcionaria, se potencian sus habilidades, al punto que ha ocurrido que algunos alumnos concluyen con los contenidos antes de que termine el año y “refuerzan” lo aprendido, al llegar al nivel máximo de aprendizaje de esa asignatura. Esto no quiere decir que se descuide el resto de las materias. “Cada estudiante puede ir avanzando sin límite en algún espacio curricular y en el otro ir más o menos al ritmo normal que iría en cualquier otro establecimiento”, aseguró. Cada chico, de todas maneras, debe cumplir con los conocimientos básicos especificados por la Ley Federal y conocidos como los “Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP)”.
Tampoco se puntúa, no hay notas a la hora de aprender en cada nivel. “El título que recibe el alumno es igual a cualquier otro de la provincia. Tiene el mismo nivel de legalidad. Lo que realizamos es una adecuación o puente pertinente para que pueda ser comparable. Hacemos una adaptación para que sea visibilizado también como gradual, con el fin de que esto no genere inconvenientes cuando el alumno requiera un pase”, detalló.
El otro punto importante de las EPD son los ciclos secundarios o de nivel superior que establecieron en 32 parajes de la provincia. Con la excepción de la escuela Feliciana Saá Pueblo Nación Ranquel, Xumucpe del Pueblo Huarpe, Florentino Carreño y La Maroma, en las que dictan clases en los tres niveles, el resto generó la terminalidad del secundario en lugares como Alto Pencoso, Las Vertientes, Batavia y Lavaisse, entre otros. Allí se organizan en siete circuitos de 3 a 6 escuelas, definidas geográficamente. Los mismos se crean con el fin de determinar a los “docentes itinerantes” que visitarán cada localidad del circuito, para enseñar a los estudiantes, sin necesidad de que tengan que viajar a otro lugar para recibirse, como ocurría anteriormente. En total, son 137 docentes, la mayoría de San Luis y La Punta, para 1.038 alumnos de toda la provincia, y que son seleccionados por la ULP. “Esto hace que los docentes puedan visibilizar algunas problemáticas de la comunidad, porque al no pertenecer a ella logran poner cierta distancia y ayudar a los alumnos en cuestiones que a veces no son detectadas como problemas", afirmó.
Vale la pena aclarar que hay 3 EPDs “urbanas” con docentes fijos y que fueron las primeras del sistema: la "Albert Einstein", de 6 años y la de mayor antigüedad, con dos sedes en San Luis capital; la "Isaac Newton", que solo tiene ciclo orientado superior, también en la capital y la Nº 2 de Estancia Grande.
“Fue una decisión del Gobernador que estas escuelas tuvieran esta impronta diferente en cuanto a lo digital, entendiendo que los chicos son todos nativos digitales, y trabajar con esta herramienta permite que la calidad educativa pueda ser mucho mejor al trabajar de forma personalizada”, recordó la funcionaria. El año pasado egresaron 104 chicos de las escuelas en los parajes y cerca de 50 en las urbanas.
Las generativas
Una de las iniciativas más resonantes del gobernador, Alberto Rodríguez Saá, en su tercer período fue el de las escuelas generativas (EG). Anunciadas por el entonces ministro Marcelo Amitrano, en setiembre de 2016 tuvieron su primer ejemplo: la "Corazón Victoria". Con el tiempo y sobre todo en 2018 aumentó la cantidad de EG inauguradas y hoy ya son 17, en vistas de inaugurar la primera con modalidad técnica para antes de fin de año en Buena Esperanza y 20 proyectadas para el año que viene, detalló Victoria Vega, jefa del Programa de Innovación Educativa.
Son varias las características que definen a las EG, resumió Vega. “Uno de los ejes es tener al alumno como centro. Se intenta detectar cuáles son sus gustos y motivaciones. Y a partir de ahí trabajar la enseñanza de los distintos contenidos”, dijo en primer lugar. Acá se repite la enseñanza personalizada y organizada por módulos y el nivel de cada chico, ya vista en las EPD. “Lo bueno de la nivelación y de que el alumno vaya a su ritmo es que permite que pueda ir avanzando, respetando sus tiempos y necesidades”, justificó. Por otro lado, cada institución define cómo presentar esos avances. “Hay algunas escuelas donde se realiza por medio de informes y portfolios de capacidades y competencias, y se trata de conocer el proceso que atravesó el chico, no solamente el resultado. En otras, implementan metodologías más clásicas, con calificación, pero sin dejar ese contenido cualitativo”, apuntó. En otros casos, los mismos padres pueden dar su punto de vista de cómo quieren la evaluación. “En muchos casos los papás decían 'yo quiero tener la nota'. Hay muchas instancias consensuadas entre los docentes y la comunidad educativa”, dio como ejemplo. Al igual que en otras escuelas cualquiera que estudie debe alcanzar los núcleos de aprendizaje prioritarios.
En segundo lugar, a pesar de que se trata de escuelas públicas y gratuitas, son de “gestión social”. “Hay una persona jurídica que las administra y es la responsable de la implementación de los proyectos educativos”. En este caso se puede enumerar a clubes deportivos como GEPU, Juventud y Estudiantes, pero también sindicatos como Smata y comisiones de fomento, como la del barrio San Martín de la capital. “Esto le da una característica bastante particular, porque se articula una institución que tenía una función, como era un club, con una institución educativa, que implica otro tipo de responsabilidad. Es muy interesante la convivencia entre las instituciones porque se ha generado un sentido de pertenencia de los alumnos”, detalló. A su vez, el espacio físico se ve modificado. “Es mucho más flexible, abierto, luminoso. Y los chicos tienen la posibilidad de elegir y colaborar en la construcción del mobiliario”, describió.
En cuanto a la enseñanza, otro punto interesante es que siempre tienen un eje transversal. Es decir, todas las asignaturas principales se dictan: matemáticas, lengua, geografía, ciencias naturales, pero todas ellas integran contenidos de alguna temática central. En un club, serán los deportes, en una escuela de danza, artes. En otras, medio ambiente. Tienen en carpeta orientaciones en música, informática y turismo. Quienes se reciben de estos centros educativos obtienen títulos de bachiller en esas orientaciones.
Y para integrar estos contenidos, se trabaja con un equipo docente único de seis profesores, uno por cada materia central y uno que coordina a todo el grupo, y que oficia como directivo de la escuela. “El equipo docente trabaja constantemente de manera conjunta, dado que no solo comparten su horario y espacio, sino que comparten la jornada escolar completa. No es que un docente da matemáticas y se va a otra escuela. Eso implica que hay muchas horas de trabajo y planificación entre ellos. Se trabaja con proyectos, con disparadores”, describió. Este equipo docente es propuesto por la propia asociación o club que presenta el proyecto para la escuela generativa. Hay una condición excluyente: todos deben tener título para poder formar parte de una EG, y los cargos son designados previo análisis de la ULP.
Al ser una plantilla reducida de docentes, la matrícula de los centros educativos también se ve contraída. Ninguna escuela supera los 150 alumnos, con un promedio de 20 alumnos por docente. “No podemos perder la esencia de la escuela generativa, sin poder tener seguimiento de los chicos desde otro lugar”, justificó. Actualmente, hay listas de espera para incluir a nuevos estudiantes una vez que se registren las primeras cortes de egresados. También se proyecta incluirlos para el próximo año, con la inauguración de 20 nuevas escuelas en toda la provincia.
Las generativas rurales
La iniciativa más reciente es la de las secundarias generativas rurales, que combinan experiencias de ambos modelos previos. Toma los circuitos geográficos de las digitales (de hecho, todas las generativas proyectadas son justamente en los parajes donde las digitales no están) y el plantel docente compacto de las generativas. La diferencia en este segundo punto es que el coordinador es el nexo con el director de cada escuela que se visita. Y que cada circuito decide su eje transversal, en base a lo que elijan los directivos para su comunidad educativa. “Este año han elegido en mayor medida la orientación agro y ambiente e informática”, detalló. Cada circuito va de las 3 a las 5 escuelas. Este año inaugurarán 7 circuitos, que abarcarán 30 escuelas. Para el año que viene tienen proyectado llegar a 119 centros educativos más.
Vale aclarar que en el caso de las rurales, no se crea una generativa nueva, sino que se crea el nivel secundario dentro de una escuela ya existente. Los docentes son seleccionados también por la ULP y se toma en cuenta el título habilitante con el que cuentan y si su localización es cercana a los parajes, para poder garantizar el dictado de clases. “La lógica de las generativas es aportar a lo que los chicos quieren para su proyecto de vida, a la construcción de lo que ellos quieran ser. La escuela rural ya es generativa desde antes porque ya era personalizada. Así que la articulación ha sido positiva desde ambos espacios”, reflexionó Vega.


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