Por los robos, prohíben ingresar con mochilas a la biblioteca de la UNSL

Al comienzo de las actividades en la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) a mediados de este mes, los alumnos que volvieron a la biblioteca "Antonio Esteban Agüero" de la casa de estudios, se encontraron con una sorpresiva noticia: ya no se podía ingresar a las salas de lectura con mochilas y bolsos. En cambio, ahora deben dejar sus pertenencias en uno de los 64 casilleros o en los estantes de los que dispone el lugar. La medida se debe a que hubo una gran cantidad de "faltantes en libros, que no fueron prestados, simplemente no están", expresó quien está a cargo de la dirección de la sala, Beatriz Pérez Morcón.

Si bien el reglamento del sistema de bibliotecas no especifica la prohibición del ingreso a las salas con mochilas, dice que se puede entrar con objetos personales. Por eso las autoridades decidieron crear una resolución hasta tanto se modifique y se amplíe el reglamento. "La verdad que en ninguna biblioteca del país te dejan entrar con un bolso, tampoco se puede tomar mate porque se ensucian los libros. Pero eso nosotros no lo prohibimos, porque entendemos que es importante para los chicos tomar mate mientras estudian", manifestó Pérez Morcón.

Otra prohibición, pero que viene de larga data, es la de merendar o comer en la biblioteca. "No queremos que se arruinen los libros porque son para todos. Si te armás el sánguche podés engrasar las páginas. Creo que hay un momento para cada cosa, y a la biblioteca se viene a estudiar", agregó.

Con respecto al control de los libros explicó que pueden retirarlos de la sala o bien consultarlos en la biblioteca. "Ellos pueden sacarlos libremente de los estantes, y utilizarlos, luego les pedimos que no los guarden por una cuestión de orden, porque un libro mal ubicado, es un libro perdido. A veces los guardan y si los mancharon no tenemos a quién reclamar ese daño", señaló la encargada.

Uno de los problemas que los alumnos plantean con respecto a esta nueva medida, es que el espacio tiene capacidad para 500 personas y sólo hay lugar para guardar unas 100 mochilas. "La sala está llena durante la mañana y la tarde, sobre todo en época de clases. Si querés guardar tu mochila tenés que venir a las 8 cuando abre para tener un lugar en alguno de los casilleros. Si no, tenés que sacar todas tus cosas de la mochila y llevarlas con vos a la mesa y dejar el bolso donde puedas con el riesgo de perderlo", dijo Sebastián Flores, un estudiante de Ingeniería Informática que frecuenta la biblioteca.

"Si bien no estoy de acuerdo con este sistema, porque no le encuentro sentido, he visto varias veces como algunos chicos entran comida por las ventanas de la sala sin que el guardia los vea. Creo que un sólo guardia para todo el salón es poco, no podría encargarse de cuidar la entrada, el interior y encima cuidar las mochilas de los estudiantes", manifestó Mariela Sosa, estudiante de Psicología.

Rodrigo Nieto, opinó diferente. "Me parece bien que se controle más, porque cuando empiezan las clases viene mucha gente y es difícil para el guardia controlar todo el lugar. No me parece mal que tomen mate adentro de la sala, pero estoy de acuerdo en que no se coma, a veces se pierde el sentido de para qué es el lugar", dijo el estudiante de Bioquímica.

Un sistema que no funciona

Los alumnos aseguran que la alarma anti robo que tiene la biblioteca desde el año 1995, no funciona. Las autoridades afirmaron que en más de una oportunidad llamaron al técnico para arreglarla. "Dicen que funcionó un día, pero después se volvió a romper y el servicio técnico no volvió", contó Flores.

"Casi toda la universidad sabe que no anda la alarma anti robo, por eso está bien que se controlen las mochilas. Sé que han mutilado libros para sacar el dispositivo que hace que suene la alarma, me parece horrible", agregó Sosa.