Motos clásicas, una pasión que no tiene descanso

La Asociación de Motos Clásicas y Antiguas (AMCA) de Villa Mercedes cada vez cuenta con más integrantes que se van convocando y uniendo al mundo en el que toman como máximo objetivo la distracción, el entretenimiento y la alegría por disfrutar de cada momento junto a sus “máquinas” que, en la mayoría de los casos, fueron heredadas de algún familiar, y en otros, cuentan con una historia especial que han vivido para conquistarlas. Los “fierreros” reconocen que formar parte de esta aventura no es nada fácil, teniendo que ordenar su tiempo entre el trabajo, la familia y los arreglos de los vehículos, además del gasto económico que les genera cada vez que deciden rodar por alguna de las rutas nacionales. Igualmente confiesan que la dificultad, el compromiso y una larga lista de situaciones que afrontan para llevar adelante esta pasión termina siendo parte de la diversión.

El grupo se formó hace casi ocho años, a partir de una exposición que presenciaron en un colegio de la ciudad, en donde afirman que desde ese día comenzaron a reunirse todas las semanas y actualmente participan entre veinte y cuarenta fanáticos de las motos que tienen una antigüedad que va desde 1946 hasta 1973.

Rubén Almada, uno de los pioneros fundadores de la asociación, recordó que desde el momento en que empezaron a presenciar los encuentros nacionales, el grupo se unió mucho más. “Haciendo esos viajes se empezó a despertar el entusiasmo por estas motos. Hoy cada uno tiene la suya, que la mayoría viene de los antepasados, de su padre o de su abuelo, y eso ya nos genera un sentimiento especial”, señaló.

Almada es tornero y comentó que él se encarga de realizar las piezas para alguna de las motos del grupo cuando no logran conseguirlas en el mercado y aclaró que todos aportan su vocación para llevar adelante esta locura entre ruedas, “algunos son mecánicos, otros se dan mañas con la pintura y así nos vamos ayudando entre todos”, soltó.

Los apasionados realizan dos viajes largos por año, a los que denominan “Rally Nacional”, que los reúne a todos en un solo lugar para intercambiar ideas, historias y compartir la pasión durante un fin de semana. Además forman parte de los encuentros regionales y aclaran que todos los sábados o domingos se reúnen y recorren alguna parte de la ciudad para “afilar el vicio y ver en qué estado se encuentran las motos”.

La mayoría de los integrantes asume que la familia es “el punto más delicado” que tienen todos. “A veces se nos hace difícil de contenerlos, este gusto nos lleva mucho tiempo, sobre todo cuando preparamos algún viaje, y en alguna oportunidad la familia reniega un poco”, relató Eduardo Dechecco, otro integrante del equipo. El motero afirmó que es difícil de acoplar todo ya que no se puede dar toda la atención necesaria a las dos cosas juntas. “En algunas oportunidades realizamos viajes con toda la familia o compartimos todos algún asado de fin de año”, sostuvo Dechecco, quien agregó que “dentro de todo nos entienden en la mayoría de los casos y nos apoyan mucho, reconocen que esta es nuestra pasión y que formamos un grupo muy unido”.

La asociación lleva recorriendo varias provincias, entre ellas La Pampa, Mendoza, San Juan, Tucumán, Buenos Aires, Santiago del Estero en varias oportunidades, Mar del Plata fue el último viaje que realizaron hace dos semanas y ya tienen fecha para el próximo encuentro nacional que será nuevamente en Tucumán, en octubre. Cristian Poletto, otro de los fundadores del AMCA, recordó que los tucumanos organizaron la bienvenida del evento adentro de la histórica casa de Tucumán. “Fue algo muy lindo, fuera de lo común”, remarcó el motero.

Poletto reconoció que los encuentros grandes son los días que la pasión alcanza su máxima felicidad y que en cada ocasión tratan de buscar la forma de que la mayoría pueda asistir. “El tema económico no es una preocupación, pero hay que saber organizarse. En cada viaje necesitamos contar con seis mil o siete mil pesos y siempre tratamos de ahorrar con tiempo para no tener complicaciones después”.

Los miembros de la asociación aseguraron que en la ciudad hay cerca de ochenta motos antiguas, pero solo la mitad forma parte del grupo. El AMCA participa de todos los eventos y encuentros locales, con el objetivo de colaborar y de mostrarle a la gente el trabajo que ellos realizan con estas motos.