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Motos clásicas, una pasión que revive historias familiares

Cada vez son más los que apuestan a restaurarlas para mantener vivo el recuerdo de un ser querido.

Por redacción
| 20 de agosto de 2019
Una expo que recorrió el tiempo. Hubo más de treinta ejemplares de diversas marcas, los modelos iban del '52 hasta la década del '70. Foto: Juan Andrés Galli.

La 5ª exposición de motos clásicas que organizan los Amigos de las Motos Clásicas y Antiguas (AMCA) pasó por el Parque La Pedrera y reunió a cientos de grandes y chicos que se arrimaron para ver de cerca a las joyas que rondan los sesenta años. El encuentro reflejó que cada vez son más los apasionados que se unen al movimiento de la restauración para mantener viva la historia de cada vehículo.

 

Este año la exposición fue en el sector de Digitalia y duró tres días: del sábado al lunes. El domingo fue la jornada con más convocatoria ya que las familias que visitaron el parque para celebrar del Día del Niño, también aprovecharon para admirar a las motos. Los integrantes de AMCA destacaron que sienten que la comunidad los acompaña cada vez más en los encuentros que realizan. "La verdad que hemos tenido una gran convocatoria. El año pasado estuvimos en otro sector del parque, un poco menos vistoso, pero de todas maneras vino muchísima gente y este año igual", destacó Eduardo Dechecco, integrante de AMCA.

 

 

Un recuerdo vivo. Hernán Ricca junto a su ISO del año '57, perteneció a su abuelo. 

 

 

Dechecco señaló que para la 5ª  edición buscaron que las motos, que fueron más de treinta, mantuvieran el estilo original y no tantas modificaciones como las que participaron el año pasado. "Queremos que se vean más como cuando salieron de fábrica. Afortunadamente hay muchos que optan por esa modalidad. De hecho tenemos una Puma de la década del '50 que fue una de las primeras que se hicieron", resaltó.

 

Además contó que gran parte de los que participan en AMCA se unieron para mantener vivo el espíritu del ciclomotor. "Hay un muchacho que entró con una Puma segunda serie, la compró porque era la misma que usaba su padre para llevarlo al colegio. Todos tenemos un lazo sentimental. En mi caso, restauré una de la misma marca pero del año '73 que pertenecía a mi suegro. Tiene 18 mil kilómetros y se encuentra en muy buen estado. Estaba impecable, solo tuvimos que limpiarle el tanque y arrancó. Para mí y mi familia significa mucho porque la usaba él", recordó.

 

 

Homenaje. Rubén Almada junto a "La colorada", una moto similar a la de su papá.

 

 

La historia de Hernán Ricca, otro apasionado, es similar, pero tiene como protagonista a una ISO (una marca italiana) de color plateada con negro que supo ser de su abuelo Carlos. Después de estar varios años parada en un galpón, decidió que era hora de "resucitarla". "Esta moto es del '57, se la compró mi abuelo cuando trabajaba en la Base. Él la llevó por todos lados, hasta Mar del Plata. En el '74 se rompió y ahí quedó. Cuando era joven siempre quise armarla pero fue recién en el 2003 que empecé a ponerla en marcha y unos seis años después la usé 'formalmente'. Cada vez que me subo, pienso que voy acompañado de mi abuelo y también de uno de mis tíos, que a veces se la robaba para usarla", dijo entre risas.

 

 

 

Para Rubén Almada, miembro de la asociación, los lazos que tiene con su moto son únicos, pero también le recuerdan a un ser querido, en este caso a su padre, Juan. "Él tenía una NSU de origen alemán y de 250 centímetros cúbicos. Era del '59 y a mí me encantaba. En el año '85 cuando yo tenía 21, lo atropellaron mientras iba en la moto y falleció. Una semana después de su muerte quise restaurarla, pero mi mamá se negó. Al cabo de unos años me mudé a Mercedes, soy de Córdoba, y siempre que volvía a mis pagos la veía hasta que un día la vendieron. Me quedé con ganas de conseguir una similar para homenajear a mi papá y así lo hice. En el 2009 conseguí una de la misma marca y características, pero era una bola de óxido debajo de un sauce, al motor me lo entregaron en un cajón de manzanas. Me llevó 4 años restaurarla", dijo emocionado y agregó: "Andar en la moto es mi cable a tierra y un hobby que amo hacer y compartir con los demás que están en la misma. Últimamente se han sumado varios chicos jóvenes cada uno tiene una historia así, que los une a sus padres, a tíos o amigos. Son sentimientos muy bonitos", expresó.

 

 

 

 

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