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“La maternidad me ayudó a entender lo que quería para las mujeres”

Madre de dos hijos, esposa de una las caras más famosas del país y realizadora de un espectáculo con una década de vigencia, la escritor y humorista se pone seria para hablar de política, feminismo y otras "cosas de minas".

Por María Florencia Baccello
| 25 de noviembre de 2019

Si se busca el nombre de Dalia Gutmann en los portales de internet los primeros datos que se encuentran están referidos a su relación con el humorista Sebastián Wainraich. Pero si se indaga un poco más sobre su vida y se tiene la posibilidad de hablar con ella, la comediante saca a relucir su amplia trayectoria que es más intensa e interesante. Mucho más importante que ser "la mujer de…".

 

Dalia además de humorista es locutora y periodista, comenzó como movilera, pasó por el ingrato e incomprensible oficio de panelista, fue monologuista y luego se dedicó a escribir sobre lo que le gustaba: las miles de coincidencias, estados, emociones y actitudes que florecen a diario en las mujeres y con las cuales se siente identificada. Ahora, y desde hace once años, se planta en un escenario con su stand up "Cosas de minas", que retrata a las mujeres en base a lo que ella misma piensa o se topa en cada espacio donde se encuentra con una mujer.

 

Televisión, teatro y radio son las plataformas que recorre la artista desde que era una jovencita periodista en los 90. A medida que el tiempo pasó, se interiorizó por otros lugares de expresión. Sus estudios son amplios y la cantidad de personas que la conocen y la siguen es proporcional a los años que tiene de carrera.
 

 

 


"Me interesa mucho que las mujeres se sientan poderosas y se vayan de mi show con ganas de hacer lo que quieran"

 

 

 

Las redes sociales también son un lugar de reflexión para la comediante que se transformó en una figura ejemplar para sus seguidoras. Nada que envidiarle a las nuevas "influencers" de los medios.

 

—¿Cómo te llevás con el humor en tu vida personal? ¿Lo aplicás o preferís la seriedad?

 

—Me río de todo. Muchas cosas que pasan por mi cuerpo o por mi mente trato de desdramatizarlas y exprimirlas hasta sacarles todo el humor. Las mujeres tenemos esa capacidad de pensar tres cosas o siete cosas al mismo tiempo. Como también me gusta reírme de los estados anímicos que no están aprobados socialmente. Aquellos que no nos permiten ser sentidos frente a la sociedad.

 

 

—¿Cómo cuáles?

 

—La soledad o el mal humor. La tristeza, el enojo o la rabia. El sentimiento de culpa o la gracia. Son emociones que siento a diario o en algunas ocasiones y utilizo la risa para darle una vuelta de rosca y sentirme diferente. Ya es parte de mi forma de ser.

 

 

—Muchos te siguen presentando como la mujer de Sebastián pero demostraste con los años que sos mucho más que eso, ¿te agrada que lo sigan haciendo o te plantás y demostrás lo que sabés más que relacionarte con tu marido?

 

—No es molesto pero sé también que mi paso por la televisión, la radio y el teatro demostró que mi relación sentimental pasó a segundo plano. Me lo demuestran mis lectores, la audiencia, el público. Hay un reconocimiento que me gané con el paso del tiempo y eso me anima a seguir los pasos de mi carrera de ahora en más. Mi situación sentimental muchas veces la uso como ejemplo, chiste o anécdotas y le saco su jugo para que la gente no piense que me olvidé de mi marido (risas).

 

 

—Tenés dos hijos, una que está pisando la adolescencia, ¿cómo vivís las "Cosas de minas" con Kiara?

 

—Estamos en un proceso de aprendizaje las dos y la maternidad me ayudó a entender un poco más lo que quería para las mujeres. Ella creció a la par de mi stand up y más allá de que hablo de todo un poco en el show muchas cosas fueron inspiradas en lo que podría pasarle en un futuro. Es un papel muy noble el que llevo desde hace un tiempo y me alegro que sea ella la que se puso en el rol de hija. Es una locura llevar en tu vientre por nueve meses a una personita nueva. Hay que procesarlo muy bien y luego comprenderlo.

 

 

—Kiara y Federico tienen padres humoristas, ¿cómo lo viven a diario como familia?

 

—Kiara es muy graciosa, le gusta la actuación y nos hace reír con sus ocurrencias. Quizás en algún momento se vuelque para la actuación. Mientras que Fede es más bien ruidoso y autodidacta, un poco más serio. Quisiera que sea músico. Los dos nos bancan y hay momentos serios y otros más divertidos. Como me imagino que son en todos los hogares.

 

 

—Ahora que el feminismo está en auge, ¿lo tenés en cuenta para tus shows?

 

—Desde los inicios de "Cosas de minas" el show cambió mucho porque empecé a rearmarlo sin los cánones de lo que se espera de una mujer sino de las vivencias reales que tenemos. Precisamente y más allá de todo es un show de humor, lo que me interesa es que las mujeres se sientan poderosas y se vayan con ganas de hacer lo que quieran, riéndose de las cosas que en algún momento las preocuparon y no fueron tan graves como se esperaban. No es un show combativo ni tampoco soy así en mi vida, entonces no me paro en el lugar de ir contra los varones, por ejemplo. Desde hace varios años me considero feminista y apoyo el movimiento.

 

 

—¿Hubo chistes que tuviste que dejar de lado en tu espectáculo?

 

—Sí, muchos sobre violencia verbal por ejemplo que en la actualidad no tocaría ni loca. Pero no solo por el qué dirán sino también por mí porque comprendo que no van a la par de lo que pienso o siento. Siempre me puse en el lugar de la mujer que molestaba a su marido pero con el tiempo me di cuenta y dije: '¿Por qué tenemos que ser las insoportables?', si cada uno cuenta con sus defectos y virtudes. No somos pesadas, o quizás sí pero ellos también. Compartimos cosas y actitudes por igual con los hombres que quizás en otros tiempos pensábamos que eran diferentes.

 

 

—¿Te interesa la política? ¿La implementás en tu trabajo como parte del humor?

 

—Sé lo que quiero y cuál es mi ideología pero no siento que eso tenga que imponerse en otras personas por eso en mi show no cuento con humoradas de ese tipo. Muchas veces me tildaron de "tibia" por no hablar de lo que pienso pero no lo soy. Me resulta importante que se dialogue y se cuestione. Que la gente viva dignamente y los que gobiernen tengan la capacidad de decidir e implementar las políticas que sean mejores para todos por igual.

 

 

—"Cosas de minas" también es un libro, ¿te gusta escribir? ¿Volverías a publicar?

 

—Saqué dos libros y estoy escribiendo un tercero que se llamará "Tengo algo para decir". El primero salió en 2011 y se llama "Entregada al ridículo", el segundo fue el que le dio nombre a mi stand up pero es muy diferente a lo que se ve en el espectáculo y en este momento preparo uno nuevo que tiene más que ver con el primero, es más confesional. Siento que me vinculé con la autoayuda y debo confesar que me gusta. A medida que pasó el tiempo evolucioné con la escritura. Siempre escribí y con el paso de los años encontré mi estilo personal, las voces y los tonos desde donde hablo. Es lo más complejo porque encontrar un tiempo para escribir es complicado pero siempre se puede.

 

 

—También te animaste al "podcast" y sos una "influencer" de las redes sociales para tu público femenino, ¿cómo observás los nuevos medios digitales de comunicación?

 

— Me encantan. Me siento plena y me gusta innovar, no quedarme alejada de lo que se viene, de lo que se vive en estos tiempos modernos. En las redes sociales hablo de mi vida al desnudo, sin demasiado maquillaje ni filtros. Me gusta mostrarme tal cual soy, mi vida en familia, mi profesión y también me sirve para promocionar mi trabajo. Es un recurso muy amplio que en otros años no teníamos. En cuanto al mundo del podcast me dieron ganas de charlar con gente diferente a mí. Se llama "Tengo algo para decir", como mi último libro, y me dedico a entrevistar gente cercana a mi entorno que me gustaría conocer un poco más.

 

 

 


Actriz, periodista y madre. Gutmann tiene dos libros editados.

 

 

 

—¿Cómo fue la despedida de "Cosas de minas"?

 

—Siento que cumplí una etapa, un círculo que se debe cerrar y tengo que darle rienda suelta a lo que viene. No es que estoy reconvencida pero ya pasaron diez años de su estreno y me parece que en la vida está bueno animarse a hacer cosas nuevas. Si bien el stand up siempre se renueva, la base es la misma, solo cambia el contenido.

 

 

—Cuando comenzaste con la comedia no tenías muchas colegas mujeres, ¿cómo sentís que creció el colectivo de humoristas femeninas durante estos años?

 

—Éramos tan pocas y ahora todo cambió. Fue un cambio muy positivo. Tuve la oportunidad de trabajar con un seleccionado grupo de colegas en "La culpa es de Colón", un programa que se emitió por Comedia Central y me empapé de conocimientos nuevos pero también de amigas entrañables. A las mujeres nos pasa que si estamos bien rodeadas de mujeres inteligentes nos potenciamos y nos animamos a más. Entendemos que funciona un equipo con buena onda, en vez de "pisar cabezas". Somos más compañeras que tiempo atrás. Compartimos vínculos, nos relacionamos y nos ayudamos a crecer en el ambiente. Creció de forma muy positiva.

 

 

—¿Conocés San Luis? ¿Qué es lo que más te gusta de la provincia?

 

—Cuando actué con mi stand up fue la primera vez que la visité. Me quedé encantada con lo que viví. No pude pasear mucho, soy una madre culposa entonces, al ir sin mis hijos, actué y volví al instante. La idea es regresar con más tiempo porque me encanta conocer mi país de punta a punta.

 

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