17°SAN LUIS - Sabado 20 de Abril de 2024

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¿Cuáles son las galletitas dulces preferidas de los puntanos?

Obleas, de chocolate, rellenas, de miel. La variedad y el surtido del tercer producto más vendido de la canasta básica familiar hace que su consumo sea un tema en sí mismo.

Por Miguel Garro
| 18 de febrero de 2019

Según un informe de consumo, el año pasado, los argentinos compraron tantas galletitas dulces que alzaron el producto al tercer lugar de la canasta alimenticia, después del pan y la leche. De hecho, los cálculos de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales indican que cada argentino come 10 kilos de galletitas por año, una cantidad inalcanzable en el resto del continente.

 

Las razones son varias: se pueden comer en cualquier momento del día, los chicos las pueden llevar a la escuela, son –dentro de una economía en permanente estado de inflación- económicas, y se con - vierten en las compañeras ideales del mate, una de las debilidades nacionales.

 

En San Luis, la presencia de la fábrica Bagley, en Villa Mercedes, le da al consumo otro color, u otro sabor, para ser más específicos. La planta es visitada constantemente por escuelas y puntanos que conocen de cerca los métodos de confección del alimento que llevan a sus mesas. Tal vez por eso, y por ser una de las marcas líderes en el mercado, en la encuesta que Cooltura hizo en busca de la galletita dulce preferida de los puntanos, cinco de las diez primeras fueron de esa empresa.

 

Terrabusi, también fuerte en el rubro, fabrica tres de las que votaron los lectores en el top ten.

 

No es errado indicar que las galletitas acompañaron el ritmo de diversas generaciones y que marcaron una época para cada uno de los votantes, como también lo hicieron las redes sociales, los vehículos en los que se materializó la encuesta.

 

Esa es la razón por la que entre los participantes de Facebook la galletita que quedó en primer lugar ya no se fabrica más y cuando se cruzan los datos con los usuarios de Instagram tomen relevancia aquellas más actuales, todavía con fuerte presencia en las góndolas y los paladares.

 

Otros resultados que brindó la votación permiten establecer la prevalencia de las obleas y el valor de los productos clásicos.

 

 

Opera, de Bagley
Un clásico del siglo

 

Para algunos será sorpresa, pero la oblea que el año pasado cumplió 110 años fue la más votada por los puntanos. Liviana, rica, preferida de los niños, su permanencia en el mercado puede ser la clave de la elección.

 

Antiguamente se llamaban “Obleas Bagley”, pero en 1908, como homenaje a la reapertura del Teatro Colón, la fábrica les cambió el nombre. Ese día, en la sala teatral más importante del país, se mostró la ópera Aida, de Verdi, y de allí el nombre de la galletita.

 

En la actualidad se consiguen en paquetes de 55, 92 y el pack de 220 gramos; además demostró innovación ya que tiene una variedad con relleno de Bon o bon y la versión “Remix”, que consta de dos capas con pasta de distintos sabores: naranja, frutilla y chocolate.

 

 

Merengadas, de Bagley
Las pegajosas de siempre

 

Es cierto que el merengue actual no es tan esponjoso como el de años anteriores. Es cierto que el coco rallado puede ser una molestia para las gargantas sensibles. Pero también es cierto que el sabor y la permanencia de las Merengadas trascienden el tiempo.

 

La galletita fue parte de una camada gloriosa de Bagley que lanzó, en la década del 60, las Rumba, Amor, Mellizas y Sonrisas, todos productos que aún permanecen en el mercado y que están más abajo en esta encuesta.

 

El paquete estándar de merengada cuesta alrededor de 30 pesos y contiene 8 unidades.

 

 

Champagne, de Terrabusi
Salud, Champagne

 

Una galletita que volvió del pasado. Su primera versión –muy votada por los usuarios de Facebook, donde había grupos que exigían su regreso- tenía relleno de frutilla y limón en una oblea cuádruple que las ponía por encima de sus competidoras directas: las Opera.

 

Terrabusi dejó de fabricarlas y el año pasado retomó su presencia en los estantes con una nueva versión, un packaging dorado –que presenta muchas dificultades para la apertura- y una oblea triple con sabor a frutilla y vainilla, que la hace inferior a su antecesora.

 

Son económicas, pero un paquete puede durar apenas unos minutos en la mesa del ansioso.

 

 

Sonrisas, Bagley
La galleta de la alegría

 

El ejemplo de la galletita que se renovó con poco pero que sigue siendo una de las favoritas. Cambió el paquete, la frambuesa viene cada vez más dura y la masa de la galleta en sí mantuvo su sabor consistente.

 

A modo de estrategia comercial, las “Sonrisas” cambiaron también su diseño para convertir las típicas caritas sonrientes en emoticones, algunas con un guiño de ojo, otras con caras de sorpresa, otras con bigotes y otras con corazones en los ojos.

 

 


Pepas, de Trío
Un estilo repetido


Una de las dos del top ten que no pertenece a las fábricas que monopolizan el mercado. Su sabor casero, su membrillo contundente y su irregularidad en los bordes la convierten un bocado irresistible.

 

Puede que el paquete sea tosco y que el envoltorio de medio kilo –que ronda los 53 pesos y la convierte en una de las más caras- sea mucho para una ronda de mate, pero su compañía nunca será mal vista.

 

Un lugar tan alto en la votación de los puntanos tiene aún más mérito, pues compite con otras pepas de otras marcas (Recetas de la abuela, Tía Maruca, Terepín) que no consiguieron tanta aceptación.

 

 

Lincoln, de Terrabusi
Secas o molidas

 

Otro clásico que se coló entre las más votadas. Su carácter seco hace que para la merienda sea una de las buscadas pero también la ubica como una buena materia prima para postres caseros. Molidas y un poco remojadas son un manjar.

 

El nombre deriva del producto de Estados Unidos donde hay una versión redonda, con los clásicos puntitos en su cara exterior, que hace tiempo dejaron de fabricarse. Cuando Terrabusi tomó ese modelo e hizo su propia versión res petó el nombre original.

 

Los intentos por extender el estilo a galletas de chocolate y de coco han fracasado estrepitosamente. Como la mayoría de los productos de su estilo, ronda los 30 pesos.

 

 

Rumba, de Bagley
La reina del chocolate

 

La primera de las galletas de chocolate del ranking y las líderes en el mercado en ese rubro, muy por encima de las Chocolinas. Forma parte de la camada gloriosa de Bagley que reinó durante años en los kioscos y de la trilogía junto a “Amor” y “Mellizas”. El molde rectangular con ondulaciones en los bordes es un clásico para los fanáticos, tanto como su relleno de crema de coco. Hoy por hoy son las ideales para despegar las tapas y pasar la lengua por la pasta para luego comer las galletitas solas.

 

La versión “Chocolatosa” –de relleno de leche chocolatada- se extraña más que la versión “Banana Split”.

 

 

Oreo, de Nabisco
La extranjera del ranking

 

La preferida de los más jóvenes, la más moderna del ranking, la que presentó más opciones en el mercado y la segunda de chocolate. Cuando irrumpieron en el mercado de las galletitas dulces, las Oreo fueron una sensación por su nuevo sabor, producto de una fábrica estadounidense.

 

Su fuerte sabor a chocolate en dos capas que recubren la pasta de vainilla es el modelo típico de Oreo, pero bajo la misma denominación hay una gran cantidad variables que van de sabor a vainilla, bañadas en chocolate, doble relleno y su más reciente: fusionada con el chocolate Milka.

 

 

Boca de dama, de Terrabusi.
Salidas del surtido

 

Fue tal la aceptación del pequeño bocado de forma irregular (alguien alguna vez tendrá que explicar por qué lleva ese nombre) que tuvo entre las “Variedad”, que a Terrabusi no le quedó más opción que venderlas de forma separada. Así, creó una presentación más bien pequeña, tipo bolsita, en un lanzamiento junto a las Rococó y los anillos glaseados.

 

“Boca de dama” –de ellas se trata- es una galletita ideal para sopar con el té que, pese al elevado puesto en el ranking, por muchos son dejadas para el final en el paquete de “Variedad”. Su sabor de almendras y vainillas le dan un tinte particular que muchos aman y otros no tanto.

 

Así y todo fueron las únicas de las elegidas por los puntanos que se escindieron de una entrega de variedades surtidas.

 

 

Melitas, de Bagley
Las mieles del recuerdo

 

El reñidísimo décimo puesto quedó en manos de las redondas galletitas de miel con espolvoreado de azúcar en su lomo. Muy vendidas años atrás, muy votadas por los que rondan los 40, prácticamente desconocidas por los más jóvenes, “Melitas” es el ejemplo claro de que una galletita puede remitir a recuerdos familiares.

 

La nueva versión lanzada por Bagley hace poco –por ahora no se consiguen en todos lados- tienen una presentación más coqueta y la misma dureza de siempre. Una galletita crocante que esparce sus restos por el mantel para que los más chicos junten sus miguitas.

 

Las abuelas las siguen haciendo de manera casera.

 

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