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Un hábito riesgoso: casi la mitad de la población se automedica

Señalan que en San Luis los remedios más demandados sin prescripción médica son analgésicos y antiinflamatorios. 

Por Matías García Elorrio
| 03 de febrero de 2019
Foto: Internet.

La encuesta sobre consumo de medicamentos realizada   por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y la consultora Voices mostró que el 47 por ciento de los encuestados en todo el país respondió que durante el último año consumió algún medicamento sin prescripción médica, es decir que se automedicó. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la automedicación consiste en la selección y uso de medicamentos (alternativos o tradicionales), por parte de las personas, con el propósito de tratar enfermedades o síntomas que ellos mismos creen poder identificar.

 

Esta práctica, que en todo el país es cada vez más notoria, se nota en mayor medida entre hombres (55%) jóvenes de 16 y 29 años (57%) y adultos entre 30 y 49 (54%). Ese universo además pertenece a niveles socioeconómicos altos (52%) y medios (53%), que viven en su mayoría en el Gran Buenos Aires (51%) mientras que el resto (47%) reside en el interior de la Argentina.

 

Otros resultados relevantes que muestra el informe es que los medicamentos de mayor demanda, en el último año son los analgésicos y antiinflamatorios, consumidos por 6 de cada 10 argentinos. En segundo lugar (43%) están los que declararon haber consumido antibióticos y tercero (35%) fueron los que respondieron antigripales.

 

De los más consumidos, dijeron que los adquieren en buena medida sin receta médica: solamente la mitad, en el último año, utilizó prescripción de un profesional de la salud (53%). “Si bien el uso de antibióticos presenta una mayor tasa de recetas (74%), es notable que un cuarto de los argentinos los consuma sin indicación de un profesional”, destaca el informe realizado por la UADE.

 

La médica clínica Mónica Vallejos, con 25 años de experiencia en su consultorio de San Luis, admitió que “desgraciadamente es normal que la gente tome por su cuenta algunos remedios, y lo más peligroso es cuando consume antibióticos sin receta, porque cuando son infecciones virales esos antibióticos no sirven para controlarlas, ya que son para las bacterias. Muchas veces sucede que la persona está resfriada y toma amoxicilina cuando no es necesario porque es de tipo viral”.

 

También señaló que “cuando se trata de los antigripales, que parece un remedio sin mayor importancia, hay que tener cuidado porque a veces tienen componentes que a una persona hipertensa le pueden producir una crisis”. Y contó que a varios de sus pacientes debió suspenderle o cambiarles alguna medicación “porque habían empezado a tomarla por indicación de algún familiar o vecino que le dijo que le hacía bien para determinada dolencia”.

 

Vallejos señaló que cada profesional, antes de recetar algún medicamento, “debe fijarse si el paciente tiene alguna alergia y conocer sus antecedentes”. A la población le recomendó que “nunca los tomen por su cuenta y siempre consulten con un médico, porque estamos para indicarles qué es lo más correcto y adecuado para cada patología. Además, un mismo medicamento no es siempre apto para todas las personas”.

 

Respecto de los remedios de venta libre, dijo que “la única forma de que la gente no abuse de ellos es con campañas de prevención y educando en el consultorio. En el caso de los antibióticos, lo que yo hago, es concientizar a mis pacientes de que si no los toman de manera adecuada después van generando resistencia, porque las bacterias tienen una suerte de inteligencia. Finalmente, no tienen ningún efecto y se debe recurrir a otros más fuertes, que además son más caros”.   

 

La presidenta del Colegio Farmacéutico de San Luis, Claudia Arnaudo, coincidió con los datos de la encuesta de la UADE y dijo que tanto analgésicos como antiinflamatorios son los que más se demandan en las farmacias locales: “Lamentablemente hay mucha automedicación, porque no se consulta ni al médico, ni al farmacéutico. Lo ideal es primero hacer la consulta médica y luego, con la receta, buscar la medicación”. Y aclaró que “incluso los medicamentos de venta libre no son tan inocuos como parece”.

 

Arnaudo explicó que para el caso de los que son de venta libre “hay que consultarlo con el farmacéutico primero para que les brinde una información adecuada sobre el uso correcto de ese medicamento. Porque de lo contrario pueden sufrir muchas reacciones adversas si está con otro tratamiento y el antibiótico se vuelve resistente”.

 

Por ética profesional, los farmacéuticos están obligados a consultar a cada persona cuando solicita algún medicamento de venta libre. “Debemos preguntarle por qué lo va a consumir, qué síntomas tiene y si coincide con el cuadro que nos presenta. Recién entonces se lo dispensamos. Caso contrario le aconsejamos que visite a un médico”, explicó Arnaudo. Y también señaló que “sin receta yo no vendo ningún antibiótico, porque así estoy cumpliendo con la protección de ese paciente. Cuando se trata de analgésicos hay que ser cuidadoso y ver hasta qué punto es necesario que lo tome. Igual que los antigripales o antialérgicos”.     

 

Al observar los resultados de la encuesta (Ver gráfico), los medicamentos que registran el menor consumo en el año y en el mes son las pastillas para dormir, los tranquilizantes, ansiolíticos y antidepresivos, que presentan un uso personal que oscila entre el 7% y 3% en el año y entre 4% y 2% para los últimos 30 días.

 

Los laxantes figuran últimos en la lista de consumo, con solamente con un 2% en el último año y 1% en el último mes.

 

Los medicamentos relacionados con el sistema nervioso –que son de menor consumo- y aquellos destinados a combatir patologías específicas, como la hipertensión o el colesterol, son por lo general recomendados por un médico.

 

Los tranquilizantes, las pastillas para dormir y los ansiolíticos presentan un mayor uso entre los argentinos mayores a 50 años (12%, 9% y 5% respectivamente), al igual que los medicamentos para la hipertensión arterial y para el colesterol (33% y 18%).

 

Arnaudo opinó que en caso de los psicotrópicos “el consumo es muy alto en estos momentos y  es preocupante. Solo se venden con receta archivada que además incluye un diagnóstico. Yo no conozco ninguna farmacia que lo venda sin receta, pero también sabemos que esas se consiguen o se prestan las pastillas entre conocidos. El farmacéutico debe ser muy meticuloso ante estos casos y dar un buen consejo. Porque hoy existen muchas más patologías que requieran de esta medicación”. Y reiteró que “consulten a los farmacéuticos porque estamos para darles la mejor información”. 

 

El informe indicó, además, que el 99% de los argentinos que toma pastillas para el colesterol declara consumirlas por recomendación médica. En el caso de los antidepresivos, el 98% de los ciudadanos los toma por indicación de un profesional de la salud y las drogas para la hipertensión son prescriptas por médicos en el 97% de los casos. Mientras que el 91% de los argentinos que consumen tranquilizantes también lo hacen bajo receta médica. 

 

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