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El Cristo de la Quebrada recorrió el pueblo y renovó la fe de la gente

La procesión fue la coronación de un amor que crece cada año.

Por redacción
| 03 de mayo de 2019
Fotos: Nicolás Varvara.

Ni el cielo nublado, ni la crisis económica que azota el país, ni el cuestionamiento a la Iglesia Católica en tiempos de debate por la legalización del aborto parecen importarle a los fieles del Santo Cristo de Villa de la Quebrada, cuya imagen recorrió, como todos los años, las calles de la localidad acompañada de miles de personas. Allí también hubo, como principal novedad, un reconocimiento a la familia de Wenceslao Pedernera, el puntano  que fue recientemente beatificado.

 

La misa central ocurrió pasadas las 15:30 y estuvo a cargo del padre Ignacio Daminato, vicario episcopal del Decanato Sur, en representación del obispo Daniel Martínez, quien también asistió. "Estamos muy contentos de recibir al Señor de la Quebrada aquí ¿Verdad que sí? Avisémosle a la cara entonces", dijo en tono jocoso, para descomprimir el cielo nublado que parecía opacar la presencia de los fieles. La plaza estaba colmada y frente a la iglesia del pueblo, sobre la calle, habían apostado unas sillas cubiertas por vallas para las autoridades provinciales, que incluyeron al vicegobernador Carlos Ponce, diputados y senadores provinciales y nacionales, intendentes y ministros. 

 

En la entrada de la iglesia habían colocado un pequeño toldo azul y blanco, y debajo habló Daminato. Su discurso pasó por "la importancia de la fe" y no estuvo exento de humor ni críticas al contexto social actual. Era acompañado a sus costados por hermanas que entonaron los coros de todas las canciones religiosas y por las agrupaciones gauchas "Santo Cristo de la Quebrada", "Tomás Alcaraz" y "Peregrinos" de Mendoza. 

 

"Valoremos la fe como un verdadero tesoro que hay que cuidar", comenzó el sacerdote. "Hay una fe que no sirve, que es muerta, la que no tiene obras. No solo debemos creer en el Señor de la Quebrada, sino en lo que me enseña y debemos vivir de acuerdo a lo que vivimos y creemos", remarcó. 

 

"La fe tiene muchos enemigos, el primero es el relativismo, que da todo igual, que da lo mismo creer en una cosa u otra; la soberbia y el orgullo", enumeró.

 

"Y hoy se atenta contra la fe y la infectamos a través de las supersticiones, falsas espiritualidades, el reiki, el yoga, la ciencia metafísica. Veo trenzas de ajo contra la envidia, la tirita roja, el gatito que hace  así (haciendo un gesto con la mano), que no se le vaya a terminar la pila porque se acaba la suerte. Eso no es fe, es superstición", aseguró. 

 

"Hoy celebremos nuestra fe, para que podamos crecer en ella. Otra cosa que destruye la fe es la herejía y hay muchos católicos herejes. El que dice que es católico a su manera, que elige de acuerdo a sus simpatías. No se cree a su manera, se cree a la manera de Jesús. No puedo decirme cristiano y decir 'estoy a favor del aborto'. No eres católico, no eres cristiano", criticó. 
Tras el discurso, hubo una oración, el saludo de la paz entre los  presentes y la comunión. El toque moderno fue que se ofreció la sangre de Cristo a los celíacos, para que no se vieran afectados por las hostias. Un sacerdote más joven anunció la salida del Cristo y el orden en que comenzaría la procesión. Motos de la Policía iniciaron el recorrido pasadas las 16:30; detrás acompañó una camioneta tipo traffic con altoparlantes y luego era el lugar del Cristo, llevado en andas por las agrupaciones gauchas que asistieron. Detrás seguían las autoridades, con el agregado especial de la familia de Wenceslao Pedernera, el beato puntano. Atrás, los fieles y familias se apilaron y fueron sumándose. Un cordón policial y de integrantes de San Luis Solidario rodearon al contingente. 

 

Dos curas jóvenes fueron los encargados de detallar las consignas al público. Pedían aplausos al Cristo, se expresaron a favor del "matrimonio entre un hombre y una mujer", en contra de la despenalización del aborto y una educación sin "ideologías". Solo fueron interrumpidos por algunas fallas técnicas en los altoparlantes. Durante su recorrido por el pueblo no hubo más que aplausos y silencios, tanto de los creyentes que iban por la calle, como de los comerciantes que, en señal de respeto, habían cesado sus actividades. "Viva el Santo Cristo de la Quebrada, viva", entonó el joven padre y el público respondió en consecuencia. 

 

El cierre además de la tradicional bendición, incluyó el reconocimiento al beato Pedernera. Allí apareció el obispo Pedro Daniel Martínez. Ya eran las 17:30. "Nos deja el ejemplo de una entrega, una convicción y una vida de hacer el bien y evitar el mal. Cuando agonizando, le dijo a su señora que perdonara a quienes lo habían asesinado y que no guardaran rencor (N. de R. el beato fue asesinado durante la última dictadura Cívico Militar), ese ejemplo es para nosotros", afirmó Martínez, quien luego entregó una réplica del Cristo a los familiares, acompañada de una carta para la viuda del beato, Marta Ramona Cornejo. 

 

"Es una alegría para mí y mi familia. Es una bendición que Dios le ha dado a él", dijo Mariano, su hermano, quien dijo que llevará la réplica a Sañogasta, La Rioja, donde vive su cuñada junto a su familia. Lo acompañaban sus hijos Mario y Viviana, que se mostraron orgullosos de su tío, quien, aseguraron, visitó al Cristo de la Villa en vida.  

 

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