14°SAN LUIS - Viernes 26 de Abril de 2024

14°SAN LUIS - Viernes 26 de Abril de 2024

EN VIVO

Ligadura de trompas: “Tuvo que autorizarla mi marido”

La mayoría advierte que para hacerles la cirugía las tienen a las vueltas, no respetan su decisión y terminan utilizando otros métodos anticonceptivos.

Por redacción
| 05 de mayo de 2019
Obstáculos. Las mujeres sienten que les ponen trabas.

La mayoría de las veces, los cuidados al tener relaciones sexuales están a cargo de las mujeres, cuando debería ser una responsabilidad compartida. El mayor obstáculo para aquellas que eligen ligarse las trompas son los médicos. 

 

“Tengo 4 hijos, tuve que hacer  un tratamiento de fertilidad para el primero, pero después lloraba pidiendo la intervención tubaria. Mi médico no quería hacerla”, contó Susana Alaniz, y siguió: “Cuando tuve mi tercera nena me quise ligar las trompas, pero el médico dijo que no, que corría muchos riesgos. Un tiempo después quedé embarazada de un varón y me pasé ocho meses en cama porque tenía la placenta previa baja”.

 

Luego de tener a su último bebé, Susana decidió exigirle al médico que después de la cesárea le hiciera la ligadura. “Lo convencí, pero para consentirla tuvo que firmar mi marido. Le pregunté por qué tuvo que firmar él, me explicaron que era por una cuestión de seguridad”, afirmó y añadió: “Era yo la que estaba pidiéndola, era yo la que necesitaba hacerlo, era yo la que tenía que llevar mis niños adentro. Para mí, era una excusa”.

 

La mujer agregó que se sintió cuestionada cuando logró convencer a su médico. “Me decía '¿estás segura?' Sos joven, por ahí mañana te peleás con tu marido, conocés otra persona y querés tener hijos, no vas a poder'. Esas son cuestiones que son mías. Yo no quería tener más chicos y, sin embargo, dependía de otra persona”.

 

Además, contó que una prima suya, cuya familia es muy humilde, quería ligarse las trompas en el hospital. “Tuvo una hija de su primera pareja; de la segunda tuvo trillizos. Pidió un montón de veces la cirugía, se la negaron rotundamente. A los dos años quedó embarazada de otro niño. Se tuvo que poner el DIU. Juntó plata de donde no tenía y se las hizo ligar porque nadie quería hacerlo”.

 

 

Un recorrido largo y difícil
 

 

“Tenía 23 años cuando decidí que no quería parir hijos, sí adoptar. Me dijeron que no podía hacerme la ligadura de trompas porque no había parido, que era imposible hacerla y mi cuerpo no estaba preparado para eso. Me hicieron creer que era una cuestión de maduración”, dijo Wanda Tozzi, quien actualmente tiene 26 y conserva la misma postura.

 

“Fui a una médica que atendía en el hospital del sur, me mandó a ver un doctor que me recomendó que, si estaba con una pareja estable, era más fácil que a él le hicieran la vasectomía, porque era menos invasivo y que se recuperaba rápido, que salía caminando. En cambio, a mí me iba a costar más y me tenían que internar”, explicó y añadió que también fue hasta el hospital de Juana Koslay. “Me trataron muy bien, pero me dijeron que era muy joven para decidir no tener hijos, me dijeron que me iba a arrepentir y que ellos directamente no me la iban a hacer. Ahora me cuido con pastillas anticonceptivas. Me llenaron de miedo, tengo ganas, pero tengo miedo. Me dijeron que la iba a pasar muy mal”, aseveró.

 

 

Vueltas y vueltas
 

 

A Marina Balbo, de 29 años, también le negaron la ligadura tubaria. “Después de tener a mi segundo hijo, a los 25, pedí que me ligaran las trompas con la cesárea, que fue de urgencia, y me dijeron que no había tiempo para hablar de eso, de hacer ese tipo de cosas. En el momento no lo pensé porque estaba pariendo. Todo fue en una clínica privada. No me dijeron que no, pero me daban vueltas”, explicó la joven y agregó que después fue a su ginecóloga, y que ella sí le dijo directamente que no, le pidió que lo piense. 

 

“Trataba de convencerme de que no lo hiciera, me insistía con que me iba a arrepentir. Me contaba que otras chicas lo hicieron y se arrepintieron", aseguró y afirmó que ante la negativa decidió consultar con otra médica en una clínica privada. “Me dijeron lo mismo, siempre tratando de convencerme con los mismos argumentos. Además, aseveró que quizás mis hijos querían otro hermano, es decir que si ellos me piden un niño, yo tenía la obligación de dárselos. Nunca hubo empatía de su parte y eso que todas las médicas eran mujeres”, expresó enojada. 

 

“Recuerdo literalmente lo que me propuso: 'Lo que vamos a hacer ahora es poner un DIU, así tenés unos 2 o 3 años para pensarlo. Si seguís pensando igual, te lo hago'. Esto fue hace dos años, hoy sigo pensando igual. A pesar de que tengo una buena obra social siempre tengo que terminar utilizando el servicio público para urgencias y para lo que sea, porque funciona muy bien. Así que voy a pedir un turno en la Maternidad, porque ahí sí hacen las cirugías”, concluyó. 

 

 

Un método gratuito, seguro y definitivo 

 

 

En el sistema de salud público, la situación es totalmente diferente a la realidad del sistema privado, donde con una ley con 13 años de vigencia aún muchas mujeres —sobre todo las más jóvenes— reciben la negativa de sus ginecólogos, quienes vulneran su derecho a elegir e incluso buscan modificarlo. Lo cierto es que, a partir de 2006, Argentina cuenta con la Ley 26.130 de Anticoncepción Quirúrgica, que garantiza el acceso a la ligadura tubaria como un derecho de todas las mujeres; en San Luis se realiza de manera gratuita y segura en las Maternidades de la capital puntana y de Villa Mercedes, y en el nuevo hospital de la Villa de Merlo. 

 

“En la Maternidad Teresita Baigorria le realizamos la ligadura tubaria a toda mujer que la solicite, mayor de 18 años, con o sin hijos, como lo establece la ley y sin ningún tipo de oposición ni trabas, porque justamente es un derecho”, expresó la directora de la Maternidad, Claudia Oviedo. 

 

De acuerdo a lo que estipula la normativa nacional, cuando una paciente lo solicita, se aplican los protocolos de “orientación y consejería” para brindarles información adecuada, completa y clara, ya que es un método irreversible.

 

“Siempre tenemos en cuenta la realidad social de la paciente, porque por un lado está la ley y el derecho a acceder a realizársela y, por otro, el contexto social de esta mujer, la escasa información a la que ha accedido o los mitos que hay en relación a este tema. A estos contextos los trabajamos de una forma muy particular, caso por caso, con seguimiento y dándoles prioridad sobre todo cuando son pacientes que llegan del interior o si ya son madres de muchos hijos”, agregó Oviedo.

 

El médico Carlos Cabrera, encargado del servicio de anticoncepción de la Maternidad Teresita Baigorria, comentó que en la actualidad realizan un promedio de dos intervenciones por día, cifra que puede llegar hasta cuatro en algunas jornadas. “Es un método anticonceptivo definitivo, permanente y 100% eficaz”.

 

Lo recomendable de esta práctica de contracepción, además de ser la más segura, es que es ideal para quien decide no tener más hijos ya que no tiene que tomar más pastillas anticonceptivas, sobrellevar las molestias del DIU o aplicarse inyecciones y, de hecho, le da una vida sexual más tranquila, se olvida de la posibilidad remota de quedar embarazada”.

 

Las edades promedio de las mujeres que optan por este método en la Maternidad puntana son de la franja de los 30 años, mayoritariamente madres de varios hijos, aunque este es un dato relativo —expresó Cabrera— porque muchas pacientes tienen información falsa o mitos sobre la ligadura tubaria y, a raíz de esto, buscan usar otros métodos que muchas veces no cumplen o son ineficientes.

 

“Incluso pasa mucho que de forma errónea creen que deben atravesar una cesárea para poder hacerse la intervención y eso no es lo correcto”, explicó el ginecólogo. Detalló que, cuando la parturienta llega a la Maternidad para internarse, se la informa sobre todos los aspectos de la ligadura de trompas. Si está de acuerdo, firma el consentimiento; una vez realizado el parto, al día siguiente, generalmente, se hace la intervención así tiene el alta a las 48 horas del parto.

 

En el caso de las mujeres que eligen este método sin haber dado a luz solo tienen que ser mayores de edad y solicitar un turno. “Van a la consulta ginecológica y se les informan los requisitos, que son los mismos de cualquier intervención quirúrgica: un laboratorio completo, un control cardiológico y anestesiológico y dos dadores de sangre. Luego se pacta el día de internación, que suele ser a partir de las 18, y a la mañana siguiente se hace la cirugía para que al otro día ya tenga el alta”.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo