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El sistema PRV, una buena opción para cuidar el suelo

Echanis practica un pastoreo racional y rotativo, con altas cargas durante poco tiempo. Así, sin insumos ni herbicidas, regenera la tierra y logra una rentabilidad muy importante.

Por redacción
| 18 de agosto de 2019
Apuesta. Juan Echanis muestra sus lotes. Los más verdes aún no están pastoreados.

El PRV no es simplemente un pastoreo intensivo, se trata de una tecnología agroecológica completa que se caracteriza por ser totalmente respetuosa con el ambiente, regenerar suelos sin insumos ni venenos y haber demostrado ser más rentable que los demás métodos de producción a pasto. En los últimos 50 años, el mejor discípulo de Voisin fue el brasileño Luiz Carlos Pinheiro Machado, quien incorporó múltiples avances tecnológicos a la creación del francés.

 

El objetivo del PRV es conocer el funcionamiento de los múltiples procesos biológicos del conjunto que componen el suelo, las pasturas y el animal, maximizando todas las entradas de energía y minimizando todas las salidas, para canalizar esa energía hacia la producción. Algunas de sus claves más importantes son: no roturar los suelos, maximizar la fotosíntesis, minimizar las pérdidas de carbohidratos por respiración de las plantas (con el pastoreo rasante y el corte de las reservas por la tarde), aumentar  la materia seca por hectárea, favoreciendo la dominación de las especies forrajeras deseadas de acuerdo al clima y el suelo del lugar, pastorear con altas cargas y tiempos de reposo siempre variables y mantener la vida saludable del suelo.

 

El resultado es un aumento de la capacidad de la tierra, de su materia orgánica, de su estructura y su porosidad y de su capacidad para retener el agua que recibe. Además, favorece la transmutación de los elementos, el ciclo del etileno y la trofobiosis, procesos biológicos profundamente estudiados por Pinheiro y sus colegas. Todo esto determina un aumento de la fertilidad global del suelo.

 

 

Mano a mano. El productor y la revista El Campo durante la recorrida por el campo.

 

 

Punto Óptimo de Reposo (POR)

 

La clave es utilizar el pasto en el Punto Óptimo de Reposo (POR), que es cuando la planta ya consiguió completar sus reservas de raíz, por lo que consigue un posterior rebrote vigoroso. Además es el momento de máxima cosecha de materia orgánica por unidad de suelo y año, la planta tiene los nutrientes en equilibrio para alimentar correctamente al ganado y, en consecuencia, se aumenta la capacidad de carga del espacio, llegando a la máxima producción animal por unidad de suelo.

 

Esta técnica solo puede aplicarse mediante el desarrollo de un diseño específico y adaptado a una finca con un mínimo de 60 parcelas, con un planteo similar al que tiene el productor de Las Barranquitas. También debe incluir, si es posible, una adecuada división del área, arbolado, un sistema hidráulico, un centro de manejo, las reservas de agua sufiencientes, la sala de ordeñe en caso de ser necesaria y hasta un almacén.

 

Este diseño es imprescindible, pues cumple diversas funciones: el bienestar animal, la economía, la perennidad, la funcionalidad, la higiene, la orientación, la modulación, la localización, la estética y el bienestar humano.

 

Este diseño también es imprescindible porque los animales pastorean cada día en la parcela que está en el POR (y casi nunca será la adyacente a aquella en la que estaban). A eso se le denomina “el arte de saber saltar”, que no es más que poner los animales en la parcela correcta, aunque esté al otro lado del campo.

 

Cuando el productor practica un manejo correcto en PRV, se maximiza la oferta forrajera, lo cual permite aumentar la carga ganadera. De esta manera, se aportará más materia orgánica al suelo, estimulando su biocenosis y, por consiguiente, aumentará la fertilidad.

 

 

Sistema holístico. En Las Barranquitas, hay 15 hectáreas dedicadas al sistema PRV.

 

 

En resumen, con una óptima aplicación del PRV la vida del suelo y su materia orgánica siempre irán en aumento, instaurándose la ley de fertilidad creciente, con límites que hoy todavía son desconocidos, por lo que el potencial es enorme. La aplicación del PRV es universal, para todos los ambientes y climas. Hasta hoy se han desarrollado más de 240 proyectos con una superficie que supera las 100.000 hectáreas. En la Argentina, además del de Adelia María, hay en desarrollo otro muy importante en Rufino, Santa Fe, que ya tiene 23 años de antigüedad y logró multiplicar por cuatro la carga ganadera en la zona.

 

Lamentablemente, Voisin nunca fue reconocido en Francia, su país de origen. Murió de forma prematura en Cuba, en 1964, pero profesor Pinheiro recogió el testigo y a él le siguieron su hijo, que dirige el núcleo de investigación y extensión de la Universidad Federal de Santa Catalina en Florianápolis (considerada la 4ª mejor de Latinoamérica), y muchos profesionales que aprendieron a su lado.

 

Tras más de medio siglo, Pinheiro volvió a Europa para mostrar los resultados obtenidos con PRV en el continente americano en ese tiempo. En sus cursos, charlas y asesorías en España, este energético y entrañable académico y productor de 87 años de edad, capacita, inspira y guía a ganaderos que quieran ser pioneros en la aplicación del PRV en el Viejo Continente.

 

 

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