La "10" de Victoria hizo del potrero su fábrica de goles

María Miranda, la “10” de Sporting Victoria, corre por sus sueños. Lo hace literalmente. Cada mañana sale a trotar y por las tardes, cuando no entrena en el club —como ahora, que están de vacaciones—, hace un poco de fútbol. “Quiero mantener el estado físico porque ahora voy a jugar en la Primera”, cuenta la jugadora que anotó 23 goles para el “Albinegro” y logró con su equipo el título Clausura 2019 en la categoría Reserva de fútbol femenino, de la competencia organizada por la Liga Sanluiseña de Fútbol.

A los 16 años María solo tiene una idea fija entre ceja y ceja: quiere llegar a ser jugadora profesional. Arribó a Victoria a mitad del año pasado. Un torneo le alcanzó para mostrar su magia a base de potrero. Llevó al equipo dirigido por Rafael Rodríguez, con el auxilio de Pablo Gómez y Javier Ledesma, a ganar el campeonato en forma invicta, después de dos segundos puestos. Miranda rompió la valla de casi todos los equipos que enfrentó: Defensores del Oeste, Fusión, GEPU, El Lince, Independiente de Beazley, Defensores de Potrero, Unión Femenina (La Punta), Unión San Luis, Pringles y Serranías Puntanas. Solo Juventud (campeón del Apertura 2019 y el Clausura 2018) logró cerrarle el arco, con un empate 0 a 0. Por los 23 tantos que convirtió, ganó el premio a la goleadora del campeonato. Pero no vive solo de festejos individuales. La adolescente, que aprendió a domesticar la pelota en la calle y en las canchitas del barrio Eva Perón, juega con dos delanteras por delante, a las que abastece en el ataque.

—¿Cuál fue el gol que más te gustó de los 23?

—Uno que anoté en la cancha de Victoria a GEPU. Le hice un sombrerito a una jugadora, le pegué y entró.

—¿Dónde jugabas antes de llegar a Sporting Victoria?

—En Escuela Olímpica, un equipo que compite en la Asociación Civil Fútbol Femenino y Demás Disciplinas San Luis. Siempre jugué en Reserva. Con Escuela Olímpica salimos campeonas dos veces y también fui goleadora. Empecé a jugar en Victoria en el último torneo. Conocía a Zoe Rodríguez (la capitana) de los Juegos Evita y decidí sumarme. Con los Evita ya viajé tres veces representando a la provincia y el año pasado participé por primera vez en los Binacionales. Es muy lindo representar a San Luis.

—¿Hace mucho que jugás?

—Sí. Empecé cuando era chiquita, a los 5 años más o menos. Veía jugar a mis hermanos y arranqué con ellos. Después seguí a la vuelta de mi casa con los varones. Jugábamos en la calle o en alguna canchita.

—¿Qué objetivos tenés para el 2020?

—Me gustaría irme a probar a un equipo fuera de la provincia. Estaría muy bueno.

—¿Y si tuvieras que soñar con un futuro más lejano?

—Mi sueño es jugar en España. Siempre quise conocer ese país. Me gustaría ser futbolista profesional.

Quienes conocen a María Miranda aseguran que es muy profesional, respetuosa, por momentos tímida y que habla poco. Sin dudas, lo suyo es un monólogo ininterrumpido con los pies. Ahí hace la diferencia.

Corre la diez, a puro sombrero y gambeta en el potrero. La futbolista, que este año retomará el secundario para seguir saltando obstáculos, avanza a paso firme: adelante están sus sueños.