Honor desconocido

Por: Guillermo Genini

Sobre los homenajes que recibió Juan Pascual Pringles, tanto en vida como póstumos, se ha escrito mucho. Algunos, tal como "Apoteosis de Pringles", de Juan W. Gez de 1896, tuvieron auspicios oficiales. Sin embargo, otros homenajes son poco conocidos, tal como el poema que le dedicó Leandro Alem en 1869.

¿De qué manera se vincularon estos dos personajes del siglo XIX que no compartieron ni tiempos ni acciones en común? Alem nació en Buenos Aires en 1842, más de una década después de la trágica muerte de Pringles ocurrida en 1831. El origen del poema encierra una historia llamativa que vale rescatar en momentos que está por cumplirse el Bicentenario del Combate de Pescadores.

Alem, quien ha sido reconocido como un notable político y parlamentario en la historia argentina y fundador de la Unión Cívica Radical, tuvo una gran actividad como poeta en sus años de juventud. Esta actividad es poco conocida, pero lo acompañó en su vida cotidiana como estudiante de Derecho, en los campamentos militares cuando participó en la Guerra del Paraguay y durante su corta etapa como diplomático.

Después de protagonizar una agitada vida llena de privaciones, éxitos y fracasos en sus luchas partidarias, y agrios conflictos personales y familiares, Alem se suicidó el 1º de julio de 1896. Como parte de los homenajes póstumos que recibió, en 1897 se publicaron sus poesías escritas entre 1859 y 1869, compiladas por José Arturo Scotto. En esa obra no aparece el poema "Pringles".

El poema en cuestión apareció en algunas publicaciones literarias y era conocido por las élites letradas y los educadores argentinos a fines del siglo XIX. La versión de "Pringles", publicada en esta página es de 1955, en el tomo IV de la obra "Mensaje y destino", que compiló los escritos poéticos, políticos y parlamentarios producidos por Alem a lo largo de su vida.

Siendo que el poema fue escrito en Río de Janeiro cabe preguntarse sobre este singular lugar de creación para un homenaje a Pringles. Según sus principales biógrafos, Alem no estuvo en San Luis ni tenía vínculos con la familia Pringles. La clave para dilucidar esta incógnita hay que buscarla en otro personaje que hace de enlace entre la vida de Pringles y Alem: el General Wenceslao Paunero.

En 1869 por medio de gestiones del senador nacional Juan Barbeito, exgobernador de San Luis, se encargó al publicista Ángel Justiniano Carranza escribir la vida de Juan Pascual Pringles. Para ello Carranza comenzó a reunir los documentos que atestiguaban los principales hechos de la vida de Pringles y solicitó a aquellos compañeros de armas que aún sobrevivían, el envío de sus testimonios. De entre las numerosas cartas que recibió Carranza se encontraba la que envió Paunero. En ella dio cuenta de unas conversaciones que sobre el Combate de Pescadores le había transmitido el propio Pringles en persona cuando sirvieron juntos en la Guerra contra el Brasil hacia 1826.

Esta carta está fechada en Río de Janeiro en octubre de 1869, es decir tiene la misma data que el poema de Alem, pues por ese tiempo Paunero era Ministro Penitenciario (Embajador) de Argentina ante el Imperio de Brasil. Su secretario en Río de Janeiro era Leandro Alem.

La vinculación entre Alem y Paunero provenía de algunos años atrás, cuando el joven Alem se alistó para combatir en la Guerra del Paraguay. En la campaña para recuperar Corrientes del dominio paraguayo, el radical actuó como ayudante de Paunero, que comandaba a la división argentina en tierras correntinas. Tras ser herido en combate, Alem poco después regresó a Buenos Aires, donde culminaría sus estudios de abogado. La vinculación con Paunero debió continuar, pues cuando el presidente Sarmiento lo nombró como representante de la Argentina ante el Imperio de Brasil, este le ofreció el cargo de secretario de la Delegación.

Así se puede comprender que estando juntos Paunero y Alem en Río de Janeiro en octubre de 1869, cuando llegó la requisitoria de Carranza, el primero la haya relatado al segundo sobre la figura de Pringles y sus actos heroicos, lo que originó el poema "Pringles" que ha permanecido casi desconocido para la posteridad y que rescatamos como una forma diferente de rendirle homenaje.

Un poema al prócer puntano

Pringles

Que la enlutada lira de mis quejas
Rasgue hoy el velo que el dolor formara,
Y en vigorosas notas lance al mundo
Un himno que al profano haga inflamar...

Ángeles de las horas silenciosas,
Si hasta allí del inmortal llega
Y es cierto que poesías a la luz del cielo,
¡Hacedla aquí en mi frente reflejar!

Digno es el héroe que mis cantos pide
De una armonía eterna – que en los mundos
Y en los tiempos que vengan, sus virtudes
Brillen en un recuerdo perennal.

Digno es el mártir de una grande idea,
De grabar a través de los profundos
Abismos de la muerte, su renombre
¡De la historia en la página inmortal!

Entre las rojas nubes del combate,
Allí donde el incendio era terrible,
Y el fragor de las armas que chocaban,
Y el trueno repetido del cañón,

¿No habéis visto elevarse una figura
Gentil, gallarda, hermosa e impasible
Ante el peligro que la muerte enseña
¿Conmoviendo el más fuerte corazón?

¡Ese es Pringles! – el héroe romancesco
Cuyas hazañas celebrar quisiera,
Con hermosos cantares que en mi Pueblo
Las gentes repitieran con afán.

Pringles es – el ardiente caballero,
Que como el rayo del combate hiciera,
Temblar esas legiones poderosas
¡Que ante su arrojo amedrentadas van!

¡Pringles!... El solo con sus hechos forma
Un poema inmortal: - chispa del cielo
Templó sin duda esa alma tan virtuosa,
Vino a inflamar tan noble corazón.

¡Oh! Quién como él en el desastre mismo
Escribe – no una página de duelo,
Sino el rasgo más grande de la historia
¡Del pueblo que hoy le rinde su ovación!

Río de Janeiro, octubre de 1869