14°SAN LUIS - Viernes 17 de Mayo de 2024

14°SAN LUIS - Viernes 17 de Mayo de 2024

EN VIVO

Humedad en las construcciones: un problema que llegó para quedarse

Según especialistas consultados, las fallas de cálculos, la falta de impermeabilización y la calidad de los materiales son las causas principales.

Por Matías García Elorrio
| 15 de marzo de 2020

Unos nuevos habitantes se han sumado al paisaje de la ciudad y ya es posible verlos en los frentes de varias casas y edificios: las manchas de humedad y los revoques caídos. Al circular por las calles de la capital, nuevas y viejas construcciones dejan ver cómo sus fachadas ya acusan un importante deterioro de los materiales que, según la opinión de tres especialistas, se deben a múltiples factores.

 

 

 

El ingeniero civil Juan Carlos Martí señaló que “antiguamente no existía el problema de la humedad que sí tienen hoy las construcciones porque hace cincuenta años no caían tantas lluvias, por lo tanto se construía de una forma más 'liviana'. No se le ponía tanta atención a la impermeabilización, porque era el común denominador que no hubiese problemas. Se hacían cimientos con ladrillos, normalmente con argamasa que era una mezcla de cal, grasa y arena. No se usaba el cemento y además era más caro traer arenas finas de las canteras y se trabajaba con ladrillos cocidos”. También dijo que “nunca se les hicieron capas aisladoras, que son las que cortan el ascenso de la humedad, con un material de distinta calidad, más fino y preparado especialmente para que corte ese ascenso”.

 

Martí detalló que en las construcciones modernas se cambió el sistema de cimientos: “Ya no es más con ladrillos, porque es más cara la mano de obra. Ahora son más pesadas, con vigas de fundación, pozos romanos, pilotaje en algunos casos, zapatas o plateas. Se han desarrollado una cantidad de sistemas de fundación distintos que incluso son mejores en cuanto al aislamiento, respecto de la humedad. Ahora se basan en hormigones puros que son mucho más compactos y no tienen el problema de la higroscopía que afecta a los ladrillos”.

 

 

Revoques. Las que más sufren son las fachadas que reciben lluvia del sur.

 

 

Según explicó el integrante del Colegio de Ingenieros, “el ascenso del agua por los cimientos se denomina higroscopía, que es la propiedad que tiene el agua de vencer la resistencia de la gravedad y así subir a través de las microfisuras que se generan en una construcción. Esos agujeros se autogeneran por la elección desacertada de la granulometría de las arenas gruesas de baja calidad”.

 

Daniel Sales, director del Departamento de Geología de la UNSL, consideró que “hay distintos móviles: unos pueden ser de origen natural y otros por acción del hombre. De los primeros podríamos decir que dentro de las cuatro avenidas de la ciudad de San Luis hay más influencia de movimientos sísmicos leves donde las lozas de las viviendas continúan trabajando aunque nosotros no lo percibamos”. También señaló que “puede ser que no se haya estudiado el suelo previamente al comenzar la construcción para así conocer cuál es su capacidad de resistencia. Y desde el punto de vista de la influencia del hombre podría ser una mala construcción por cálculo estructural fallido o lo más común, que es el estancamiento de agua subterránea por la pérdida de alguna cañería, generado por la acción de las raíces de los árboles”.

 

Sin embargo descartó que tuviera una notable influencia la humedad subterránea: “En general, en el subsuelo de la ciudad la humedad es muy baja. Más bien diría que es seco. Por eso es fácil reconocer si hay un nivel de humedad diferente que hace que se asiente el agua en algún lugar y eso provoque que el suelo pierda resistencia y en consecuencia el cimiento ceda”.

 

Otro de los convocados para dar su opinión fue el experimentado maestro mayor de obra, Esteban Lucero, quien según su análisis, los problemas constructivos que hoy se ven en muchas casas del centro están asociados a que “los materiales ya no vienen tan buenos como antes y que algunos jóvenes albañiles no le ponen las cantidades necesarias para hacer una buena mezcla”. Lucero sentenció: “El problema que yo noto es que el cemento ya no viene como antes, porque con un balde se podía armar una buena mezcla, en cambio ahora con tres de ripio y cuatro de arena se necesita más de un balde de portland. No sé cómo lo hacen ahora al cemento, pero no es tan fuerte, ni sólido como antes”. Y sobre todo dijo que “se nota mucho más cuando hacemos los revoques”.

 

 

Argamasa. Las antiguas casas tenían los revoques de cal, arena y grasa.

 

 

El ingeniero Martí introdujo otra variante en el análisis: el crecimiento constructivo que tuvo la ciudad, que no estuvo acompañado de los desagües pluviales. “Sin ir más lejos, San Juan y Mendoza tienen una red de acequias que se usaban para regar los sembradíos, porque ellos no usan agua de lluvia, sino del deshielo de la cordillera, que luego llena los diques y después se aprovecha para el riego por canales, que además sirven de desagües”. Pero lamentó que “en el caso de San Luis nunca las tuvimos, porque no se regaba de esa forma y siempre la lluvia fue la generadora del agua que se necesita para los cultivos. Creo que nunca se tuvo presente el problema de la impermeabilización que le estamos haciendo a la ciudad sin los desagües pluviales correspondientes”. Y recordó que “los únicos que existían, como el de la Aristóbulo del Valle y la avenida Sucre, se taparon en el momento en que las pavimentaron”.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo