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Una buena chance para mejorar explotaciones ovinas y caprinas

Hasta el 1º de junio los productores pueden anotarse para recibir fondos para aplicar a obras de infraestructura, compra de animales o de equipos e implantación de pasturas.

Por Marcelo Dettoni
| 26 de abril de 2020

Pocos días atrás, los funcionarios del Ministerio de Producción que están encargados de gestionar año tras año los fondos que envía Nación para hacer cumplir las leyes de fomento de la actividad ovina y la caprina eran sumamente escépticos con lo que podría ocurrir este año con ese dinero.

 

Con la pandemia del coronavirus metiendo presión en una economía que ya estaba en derrumbe antes de la crisis sanitaria, más una inflación que no afloja y un índice de pobreza que trepa con la misma agilidad, parecía posible que el gobierno nacional destinara ese dinero hacia otros horizontes. A fin de cuentas, el campo siempre es lo primero que se les representa a los habitantes de la Casa Rosada a la hora de pegar un manotazo en forma de impuesto o retenciones; pero sus productores, y más aún los pequeños como los que son objeto de estas leyes, siempre están en el último puesto de sus preocupaciones.

 

Sin embargo, para sorpresa de más de uno, algo de plata apareció para cumplir con la norma y entonces los criadores ovinos de San Luis, al igual que los del resto del país, tendrán algo para repartirse en busca de mejorar sus condiciones de producción. No es para 'tirar manteca al techo', pero al menos habrá un dinero para aquellos que formulen proyectos interesantes, que apunten a los objetivos que les va a plantear la Unidad Ejecutora Provincial (UEP), que es la encargada en cada distrito de distribuir los fondos.

 

Por eso el Ministerio de Producción, organismo que por ley preside las unidades ejecutoras provinciales para la aplicación de las leyes nacionales ovina y caprina, abrió el miércoles pasado el llamado a presentación de proyectos que posibilitarán el acceso a aportes reintegrables y no reintegrables para las producciones ovinas y caprinas por el período 2020.

 

Esta vez, producto de la pandemia, los funcionarios puntanos no debieron viajar a Buenos Aires como todos los años para participar de las reuniones que organiza la Comisión Asesora Técnica (CAT), que es la que en definitiva determina los fondos del Plan Operativo Anual (POA) con que contará cada provincia para los proyectos presentados este año.

 

 

La devolución tiene dos años de gracia y luego 5 cuotas anuales. En el caso de los aportes ovinos, lleva 10% de interés. Los caprinos, nada.

 

 

Acorde a los tiempos que corren, todo se resolvió en una teleconferencia de la que participaron los funcionarios encargados del tema de parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, con los responsables de las UEP provinciales. Entonces no hubo necesidad de 'afilar las garras' en encuentros maratónicos y en pasillos cargados de rumores para tratar de hacerse de una partida mayor a la de otras provincias, que por esos dos días son verdaderos rivales en busca del mismo botín.

 

La pantalla no permitió negociación alguna. “Directamente nos dijeron cuánto le correspondía a cada provincia para el sector ovino y cuánto por el caprino, sin derecho a réplica”, comentó un funcionario que participó de la teleconferencia.

 

Entonces, ya con el dinero asignado, llega el momento de comenzar a preparar los proyectos. Habrá tiempo hasta el 1º de junio, justo un mes y medio desde la apertura de la inscripción. Deberán ser presentados por un formulador, que tendrá que ser un veterinario o un ingeniero agrónomo matriculado en San Luis. Este profesional, que asiduamente participa de capacitaciones que brinda la UEP, está más empapado que el productor en las cuestiones administrativas, sabe hacia dónde apuntar el pedido y tiene manejo por la experiencia acumulada en los últimos años. Entre los formuladores hay asesores privados, productores con título habilitante, gente de Senasa, INTA y Agricultura Familiar, organismos que participan de las reuniones de la UEP y aportan sus conocimientos técnicos.

 

En cuanto a los aportes, algunos son reintegrables y otros no. Se trata de una herramienta de financiación que apunta a generar mejoras en el sector, a la que incluso pueden acceder quienes deseen iniciarse en la actividad, ya que es un empujón indispensable para lanzarse a la aventura de producir.

 

San Luis tiene una buena dupla de profesionales, que siempre juega a favor de los criadores y no es un obstáculo, todo lo contrario, intenta que la plata alcance para todos, así haya que resignar algo en lo individual. Juan Manuel Celi Preti, jefe del Subprograma Mejoramiento Genético Animal, es el presidente de la UEP en representación del Ministerio de Producción; mientras que Gabriela Delgado, veterinaria al igual que su colega, es la coordinadora del organismo, el nexo indispensable con las autoridades nacionales y quien ayuda a guiar los proyectos para evitar que sean rechazados.

 

“Invitamos a todos los productores de San Luis que deseen desarrollar o mejorar la actividad a contactarse con un formulador que plasme su proyecto en los formularios autorizados y los envíe por mail para ser evaluados por la UEP para su aprobación”, pidió Celi Preti, quien reconoce las dificultades que implica el aislamiento social: “Recomendamos a los productores no juntarse físicamente y efectuar todos los trámites necesarios a distancia como indica el protocolo para el resguardo de la COVID-19”, agregó.

 

San Luis recibió $3.786.058 para repartir entre los productores de ovejas que presenten proyectos que sean aprobados, primero por la UEP y luego por el Ministerio de Agricultura de la Nación. Es un 2% de los 180 millones de pesos que dispuso el gobierno para respetar la Ley Nº 25.422, que apunta a la recuperación de la ganadería ovina.

 

En general, San Luis representa el 1% de la población argentina y muchas veces su participación responde a ese número, por lo que el monto obtenido marca que la actividad está creciendo en la provincia. Las que se llevan la mejor tajada son las patagónicas y Buenos Aires, que tienen el mayor número de cabezas y de unidades productivas.

 

En cierta forma, la Comisión Técnica reconoce con el dinero otorgado el buen porcentaje de recupero de créditos que tiene San Luis, que se acerca al 90%. Esto quiere decir que quienes recibieron aportes en años anteriores están cumpliendo con la devolución. La recaudación por ese concepto fue en 2019 de $375.072, una cifra que ahora ayuda a percibir beneficios para los que se inscriban este año.

 

En materia de caprinos, el dinero es muy inferior en líneas generales. Es una actividad menos desarrollada que la ovina, pero dentro de ese contexto pequeño, San Luis pisa fuerte y se quedó con el 4% de los casi 10 millones que destinó la Nación. Serán $342.189 a repartir entre los proyectos que se presenten, que ojalá sean más que el año pasado, cuando hubo poca recepción de los productores al ofrecimiento de la UEP. La Ley Nº 26.141 es la que facilita estos aportes, que deben ser destinados a la recuperación, fomento y desarrollo de la actividad caprina en el país.

 

Es importante mencionar que los aportes pueden ser reintegrables o no, eso va a depender del proyecto. Y tienen facilidades para la devolución, ya que cuentan con hasta dos años de gracia y luego hay que pagar cinco cuotas anuales. Los proyectos caprinos no tienen interés a lo largo de ese lustro, y los ovinos pagan un 10% a partir de este año, fruto de la inestabilidad económica de la Argentina y su persistente inflación.

 

“No hay ni piso ni tope para los proyectos, la única limitación es que la inscripción cierra el 1º de junio”, indicó Delgado, la coordinadora de la UEP en la provincia, quien agregó que “los fondos pueden ser aplicados a la compra  de vientres o de reproductores para mejorar la genética de los rebaños; a la implantación de pasturas para tener más reservas de forraje; a infraestructura en general, como puede ser la construcción de refugios o el levantamiento de alambrados; a la compra de equipos de esquila, bombas o boyeros; o cualquier otra inversión necesaria para producir más y mejor”.

 

“El requisito fundamental es que el proyecto debe estar orientado a la producción o a la comercialización ovina. En cuanto a la producción caprina, si bien los objetivos son similares, se privilegian aspectos comunitarios o asociativos”, sostuvo Delgado, quien dejó algunas pistas por dónde deberían ir los proyectos para llegar a buen puerto:  “Para su validación, se requiere que tengan un sentido integral  lógico, con impacto en la actividad en su zona, y sean elaborados con asesoramiento y la rúbrica de un técnico habilitado”.

 

Los profesionales de la actividad privada cobran un arancel por el diseño del proyecto, la factibilidad y el acompañamiento posterior, cuando hay que defenderlo ante las autoridades y hacer las correcciones que hagan falta. El formulador es, en definitiva, corresponsable de desarrollo.

 

Pero aquellos que tengan poco resto para intentar hacerse de un aporte, pueden contar con los profesionales que forman parte de instituciones u organismos públicos (INTA, Agricultura Familiar), que lo realizan sin costo, como parte de su trabajo institucional.

 

La UEP tiene un listado de profesionales, al que se puede acceder en la misma dirección de correo electrónico en la que se reciben los proyectos: uepsanluisovinocaprino@gmail.com. También están habilitados los teléfonos del Ministerio de Producción, hay que llamar a la Autopista de la Información (2664-452000), internos 3228 y 3188.

 

La UEP siempre está en la búsqueda de nuevos formuladores, por lo que está abierta la invitación a todos los profesionales de la provincia matriculados que deseen participar. Deben enviar sus datos, mail, teléfonos y zona de trabajo para ser incluidos en la nómina de contactos.

 

 

“El requisito clave es que el proyecto debe estar orientado a la producción o bien a la comercialización ovina", Gabriela Delgado.

 

 

El segundo paso, muy importante, se da una vez que la UEP provincial aprueba los proyectos y los envía a la coordinación nacional. Si esta también da el visto bueno, se abre un período de firmas de Mutuos y Pagarés con el productor; y una vez realizado este trámite el beneficiario dispone de 12 meses para ejecutar el aporte.

 

Ni la provincia ni el productor reciben los fondos, la operación se realiza directamente contrafactura. El productor elige los proveedores a los que les va a destinar el dinero recibido y estos comercios deben enviar la factura electrónica al organismo nacional, que le va a transferir directamente el importe.

 

El año pasado, el tiempo desde la aprobación del proyecto  hasta  la firma de Mutuos y Pagarés, es decir, la disponibilidad de fondos,  varió entre 30 a 60 días, un plazo más que aceptable para cerrar operaciones comerciales.

 

También en 2019, en San Luis se distribuyeron los fondos recibidos ($2,5 millones) para proyectos ovinos que insumieron desde $180.000 hasta  $500.000, aproximadamente, de acuerdo a la envergadura de cada uno. En caprinos se presentó un solo proyecto, comunitario, que se alzó con $676.458. Fue un aporte no reintegrable que tuvo como destino una asociación caprina del Departamento Junín.

 

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