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Caso Romina Aguilar: los alegatos

La fiscal solicitó prisión perpetua para los acusados: Diego Lorenzetti, Edivaldo De Oliveira Pereira y Leandro Vílchez. Mientras que todos los abogados defensores pidieron la absolución.

Por redacción
| 17 de julio de 2020
Comenzó la serie de alegatos en el juicio por el homicidio de Romina Aguilar. Foto: Martín Gómez.

Este viernes, por la mañana comenzaron los alegatos del juicio por el crimen de Romina Aguilar,  la mujer asesinada en enero de 2016. La primera en exponer fue la fiscal de Cámara N° 1 (nueva integrante del Superior Tribunal de Justicia de San Luis), Carolina Monte Riso, quien pidió la prisión perpetua para los implicados, ya que los consideró, de una manera u otra, como  los partícipes del homicidio de la expareja del exintendente de La Calera.

 

 

“No tengo ninguna duda entre las conductas de los tres para cobrar un precio, para pagar un precio. Entiendo que los tres tienen que ser considerados autores, porque hay una autoría funcional. Cada autor cumple una función en el hecho. Pido la prisión perpetua para los tres implicados”, argumentó en su alocución.

 

Monte Riso expuso que la relación entre la pareja era mala y se evidenciaba en los mensajes que Romina le enviaba a Lorenzetti, donde le reclamaba la falta de cariño. “Te juro que no sé en qué momento hablar, porque estás ocupado. Y a mí no me hablás. Estabas cansado para venir a casa, pero no para ir a Nogolí. Harta estoy de que me mientas”, leyó sobre uno de los 118 mensajes que envió la víctima.

 

“La descripción física de los testigos sobre el hombre petisito que iba en la moto, coincide con la de Vílchez”, aclaró. Y resaltó que Lorenzetti y el brasilero se conocían: “Lorenzetti dijo que tenía relación con De Oliveira. Sostuvo que corría con sus caballos, comían asados, se juntaban y hay mensajes que aseguran que compartían más. Se comunicaban con dos teléfonos de De Oliveira”.

 

Monte Riso advirtió que “no hay prueba directa en la contratación de los sicarios, pero si hay hechos que nos dan por acreditada la participación en la organización, planificación y ejecución del hecho delictivo”. Además, aclaró que durante la investigación, “la conducta de Lorenzetti era fría, distante, no colaborativa”.

 

 

Alegato del abogado defensor Marcos Juárez

 

Marcos Juárez, abogado defensor de Lorenzetti, fue el segundo en brindar sus alegatos y adelantó que pedirá la absolución de su defendido.

 

“El análisis que hace la fiscal de las pruebas es fragmentado y parcializado. Pretende que el Tribunal tenga por acreditada la responsabilidad penal de Diego Lorenzetti como presunto coautor del crimen de Romina Aguilar”.

 

“Esta defensa va a solicitar la absolución de Lorenzetti toda vez que un análisis integral, conjunto y desapasionado de todas las pruebas legalmente incorporadas al debate, no se puede derribar el principio de inocencia que goza todo ciudadano de nuestro país”, expuso. Y solicitó la absolución "porque ha prestado declaración en el debate, en varias oportunidades”.

 

“En una primera oportunidad nos dijo que jamás mataría a su sostén. Agregó que se habían reencontrado con su pareja, que estaban buscando un hijo y que él estaba arrepentido de haberle sido infiel. Recordó que se habían conocido desde niños, desde los 17 años, y, como toda relación, habían tenido altibajos”.

 

Con respecto a los acusados, Lorenzetti dijo que a Vílchez lo había conocido en el penal, que De Oliveira Pereira le montaba uno de sus caballos y que cuidaba a su mejor amigo Rubén Arce. Y aclaró que De Oliveira conocía perfectamente a Romina Aguilar y a su hijo. Que Romina se encargaba de la casa y de los trámites bancarios, y que ayudaba en las acciones sociales que ambos realizaban. Además contó que siempre salía a las 8 de la mañana, pero que ese día salió más temprano para ir a la escuela en La Calera.

 

Fundamentó que el día lunes siguiente iban a salir de vacaciones a la ciudad de Córdoba y que Aguilar se había encargado adónde iban a ir, y que él estaba convencido que ya estaba embarazada. También recordó que ella le reprochaba a Lorenzetti la falta de presencia en el hogar.

 

Aclaró que hizo ocho (8) viviendas en La Calera, que recurrió al préstamo y que puso plata de su bolsillo "para cumplir con esa vocación social" y que del último préstamo que solicitó a su amigo (o conocido) Jorge Adorno, el destino era señar a los conjuntos musicales que iban a tocar -y tocaron- en febrero en el Festival de la Piedra Caliza, en La Calera. Agregó que parte del préstamo fue destinado al pago de una prótesis de una niña de Nogolí y aclaró por qué le mintió a Adorno cuando fue a pedirle el préstamo.

 

En relación con "Gallo" o "Gallina", dijo que era un entrenador de fútbol que ya había trabajado para él y que trató "de retenerlo de mil maneras".

 

Con respecto a la parte política, Juárez dijo que él ("y esto es un término mío", aclaró el abogado) fue "gerenciador" del Partido PUL  y había acompañado al candidato Héctor Cacace para que ganara las elecciones -y así fue- en la localidad de Nogolí. Pero como Nación a través de un Decreto dio como ganador al segundo, José Luis Amieva, comenzó una disputa que es la que está plasmada en ese intercambio de mensajes, porque en definitiva  ninguno de los dos partidos pudo asumir a la Intendencia, ya que fue intervenida.

 

Respecto de Daisi Caravaca, reconoció que la conoció en su carrera política y que tuvo una relación sentimental, pero "sabía que su familia era Romina".

 

En relación a las amenazas, dijo que las comenzó a sufrir cuando empezó en la política "pero que no les daba importancia".  En la primera declaración expresó la Policía lo investigaba directamente a él tratando de involucrarlo, y que preguntaban a todos los testigos si él estaba mal con Romina.

 

Juárez destacó que su defendido siempre se manejó con la jueza (Virginia Palacios), que  le facilitó todo lo que le pedía, incluso la clave de su teléfono y que cuando se compró un móvil nuevo, a la primera que le dio su número fue a la jueza.

 

Antes de finalizar, el abogado defensor expresó que estaba "convencido que a Romina le iban a robar, que le habían dado mal el dato porque no había terminado el recorrido".

 

En su última exposición al tribunal, Juárez terminó diciendo que Lorenzetti le contó que "nunca mandó a ofrecer dinero y amenazar a nadie", obviamente contestando las presuntas acusaciones de la señora Sandra Becerra. "Solo le dijo a sus compañeros de encierro y a los guardiacárceles que quería que se supiera la verdad".

 

"Mi cliente perdió a la mujer que amaba y también ver crecer a su hijo. Tuvo que soportar que su hijo -mientras él estaba encerrado- fuera robado, asaltado, golpeado y que le quitaran hasta el último centavo". Agregó que al hijo le diagnosticaron Parkinson, taquicardia, "y como si esto fuera poco, perdió su libertad", contó el letrado.

 

"Explicó lo que todos conocemos -los que caminamos las cárceles- que cuando una persona declara en contra de otra, vive mal, que comúnmente en la jerga se conoce 'batir la cana'. Esto lo aclaró el propio De Oliveira Pereira cuando expuso en el tribunal, y voy a tomar una palabra de su boca, que hasta ese momento yo no conocía, 'que viven mal los mataconcha'. Que se tuvo que pelear, esta situación es igual a que ingrese un violador a un pabellón donde solamente permitan ladrones. Y que lo pasó mal", expuso el abogado.

 

Reconoció que a Vílchez lo conoció en el penal. "Que Vílches con 'ese' (S), tal cual figura en su teléfono, es Hugo Vílches, un puntero político de la localidad de El Chañar a quien le tuvo que pagar por su servicio, que en principio Rosa Calderón (otra política de la ciudad) se comprometió a pagar, pero no lo hizo y él terminó haciéndolo".

 

El abogado determinó en relación a los 100.000 pesos y a las personas a quienes su cliente les estaba requiriendo el préstamo "eran opositores del gobierno y que por eso mintió", porque iba a hacer quedar mal a gente de su propio partido, y a gente del Departamento Belgrano que él lideraba.

 

A su vez, dijo que no pudo ver las fotos de Romina ("por obvias razones") pero que él "tenía grabada la foto real en su mente y que nadie le iba a borrar la imagen de Romina Aguilar".

 

A la División Homicidios también le dedicó un párrafo  "(Lorenzetti) no les guardaba rencor, pero que le arruinaron la vida". Y no solo la División de Homicidios, sino a personas puntuales. El abogado repitió lo que manifestó el exintendente en aquella oportunidad: "Se burlaban de él Muñoz, Cornejo y Rosales".

 

Luego indicó que todas la declaraciones de su defendido fueron corroboradas “por pruebas objetivas legalmente incorporadas” a la causa. Refiriéndose a esto, Juárez dijo que quedó comprobada la relación que mantenían Aguilar y Lorenzetti al momento de los hechos. “Hemos escuchado cómo la señora fiscal hace referencia a una presunta mala relación entre ambos, haciendo un extracto de la lectura del análisis de los teléfonos”, expuso. Y aseguró que se omitieron varios mensajes de texto donde la afirmación de la fiscal queda sin fundamentos, dio como ejemplos tres mensajes de texto donde "Romina daba a entender que estaba bien con Lorenzetti".

 

Además hizo referencia al trabajo que realizó la División de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Policía de Buenos Aires, quienes se encargaron rescatar los mensajes de WhatsApp borrados y que demostrarían la relación de empleado y empleador con Edivaldo De Oliveira Pereira, únicamente, y que no habría ningún vinculo con Vílchez.

 

En referencia a por qué su defendido se demoró en salir esa mañana dijo: “Él mismo refirió que hace 15 años que tomaba clonazepam, y esto está confirmado con la falta, que se encuentra en autos, la falta disciplinaria por tratar de ingresar clonazepam al servicio penitenciario”.

 

El letrado también reseñó que "desde el primer día su defendido sufrió una persecución policial y que se lo puso en la mira de sospechosos, porque era la solución más simplista que tenía la Policía para ubicarlo en ese lugar".

 

En otra parte de su alegato, el abogado de Lorenzetti señaló que “tampoco se tuvo en cuenta”,  que su defendido contrató a un grupo de investigadores de Buenos Aires, a quienes Juárez trató de “presuntos investigadores”, porque indicó que engañaron a su defendido y eso lo dejó expuesto en el juicio a través de distintas gráficas que mostró al Tribunal. El abogado dijo que por esta “estafa”, Lorenzetti "pagó mucho dinero para saber quién mató a su mujer".

 

Llegado a este punto, Juárez hizo hincapié en las declaraciones de María Eugenia Muñoz, en referencia a la descripción que hizo del supuesto asesino de Romina. Cuestionó todo lo expresado por la testigo y puso en duda sus dichos.

 

También desacreditó a los policías que llegaron al lugar “minutos” después de producirse el crimen.

 

 

Alegato de Jorge Sosa, abogado de Leandro el “Bocón” o “Boconeta” Vílchez

 

Tras la pausa del cuarto intermedio en el juicio, el abogado defensor de "Bocón" Vílchez, Jorge Sosa, pidió la absolución de culpa y cargo para su defendido.

 

"Lo que se necesita para reconstruir el pasado es tener pruebas, y teniendo en cuenta eso, nunca se encontrará, a pesar de las suposiciones, una sola prueba que se pueda utilizar para responsabilizar a mi pupilo, por los hechos que se le quieren imputar, ni siquiera indicios ni suposiciones", haciendo referencia a lo declarado por los profesionales bonaerenses y los testigos en la zona.

 

Tampoco avaló la declaración "que no tendría validez" cuando lo describieron con las ropas que usó aquel día o la moto, y aseguró que todos los dichos fueron apuntados hacia "El Bocón" para comprometerlo. "Todo tiene un solo fin: es una maniobra conspirativa en contra de mi defendido para adjudicarle la autoría del suceso".

 

También desestimó los mensajes, llamadas y transcripciones analizados durante el juicio.

 

Antes de finalizar, recalcó que ante el sospechoso, "no hay una sola prueba directa o indirecta, indicio o presunción que pueda aunarse con la declaración, ni las escuchas o testimonios que lo incriminen", ni siquiera las de María Núñez, la testigo vecina que estaba despierta desde su casa, "que no condicen con la realidad porque describen a otra persona".

 

 

Alegato de Olga Allende, abogada de Edivaldo De Oliveira Pereira

 

Allende hizo un perfil de su defendido: “Edivaldo es un padre de una hija de 10 años que lo está esperando, también lo espera su compañera. Tiene a su madre y dos hermanas en Brasil, que aguardan una condena absolutoria vía YouTube”.

 

Contó que "El Brasilero" tuvo asistencia psicológica, porque siente temor por su integridad física y la de su familia. "Las dificultades más significativas que presenta están relacionadas a sus niveles de ansiedad y angustia. Sufre acoso psicológico", detalló. 

 

La abogada se refirió a los motivos por los que su cliente mintió sobre Lorenzetti y sobre sí mismo. "¿Por qué? Mintió por instinto de supervivencia, por miedo a morir, por eso firmó una declaración", sostuvo.

 

"Esta defensa pide la invalidez de la solicitud de prisión perpetua de la Fiscalía, la inconstitucionalidad de la prisión perpetua para este caso". afirmó Allende. "Es una pena cruel y desproporcionada. Es solicitar morir en la cárcel a nuestros detenidos, por la edad que tienen. Si sobreviven en la cárcel, saldrían en libertad a los 70, 75 años", explicó.

 

Allende recordó lo que dijo su defendido cuando pidió ampliar su declaración, ante el Tribunal. De Oliveira aseguró que el 29 de febrero de 2016 vio que lo seguía un auto Corolla gris, que luego lo interceptó con tres personas mostrándole armas: “Lo obligaron a subir y lo llevaron hasta la División Homicidios. Se negó a declarar, por lo que lo hicieron subir al auto, lo llevaron unos 40 minutos, lo golpearon, torturaron y amenazaron de muerte” y por eso finalmente declaró.

 

La defensora puntualizó que “la autoincriminación únicamente se da cuando hay peligro de muerte. (Al principio) mintió porque tenía miedo de morir”. Y pidió “la exclusión de esa prueba por ser ilícita”.

 

Iván Coria abogado defensor de Edivaldo De Oliveira Pereira

 

Iván Coria, el otro abogado defensor de Edivaldo De Oliveira Pereira, solicitó la absolución de su defendido. Remarcó que en caso de que “el Tribunal tuviera dudas sobre el acusado deberá resolver a favor del mismo con la absolución”.

 

Durante su alegato, Coria aseguró que ninguno de los testigos presenciales pudo situar ni reconocer a De Oliveira en la escena del crimen. Destacó que tampoco lograron identificar el acento característico , ya que es brasilero y que no realizaron pericias de la voz, algo que consideró hubiera sido útil. También enfatizó que no hay pruebas de un pacto entre Lorenzetti, Vílchez y Edivaldo.

 

 

 

 

 

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