La alimentación saludable: un factor clave para una mejor calidad de vida

A raíz de que este sábado se celebra el Día Mundial de la Alimentación Saludable, El Diario de la República habló con dos especialistas para conocer de qué manera se puede lograr una dieta equilibrada para mejorar la calidad de vida de las personas, como también de la importancia de cambiar los hábitos alimentarios adquiridos durante la pandemia.

El aislamiento estricto obligó a los ciudadanos a cambiar sus rutinas diarias, ya sean de escuela, trabajo o universidad, comentó la licenciada en Nutrición Natalia Belzunce. Esto impactó a la hora de ingerir los alimentos, dado que ya no se respetaban los horarios de las comidas, y también se comenzó a incorporar algunos que antes no consumían en su día a día, como las bebidas alcohólicas y el chocolate, entre otras. También explicó que otro factor que se sumó fue el sedentarismo, pero resaltó que gracias al buen estatus sanitario que tiene la provincia, de a poco se vuelve a la normalidad.

“Esta nueva etapa nos debería encontrar nuevamente organizados”, precisó. Explicó que esta estructura nos da la posibilidad de comer de una forma más ordenada, variada y equilibrada. “Esto es lo que representan las leyes de la alimentación saludable provistas por el doctor Pedro Escudero, quien impulsó la creación del Instituto Nacional de la Nutrición en nuestro país”, manifestó.

Otra modificación en el ámbito de la nutrición es la pirámide alimenticia. Según Belzunce, anteriormente estaba basada en la cultura de Estados Unidos, por lo que con el tiempo se modificó y en Argentina se desarrolló una representación con forma de óvalo. La anterior contenía productos como el pan, los cereales y las pastas, y actualmente en ese mismo espacio figuran en mayor proporción frutas y hortalizas, luego incluye cereales integrales, lácteos descremados, agua, un menor consumo de sal, actividad física y da como opcionales las grasas y los dulces.

Belzunce recomendó, para llevar una dieta balanceada, consumir cinco porciones diarias de frutas y verduras, y reducir el consumo de sal. Sobre este último punto precisó que se puede reemplazar por el limón o condimentos como las aromáticas. También aconsejó hacer actividad física por lo menos 30 minutos todos los días y consumir ocho vasos de agua diarios. Algo positivo es que la gente tomó conciencia de lo importante que es moverse todo el año y no empezar los últimos meses para llegar bien al verano, afirmó.

“Los gimnasios están llenos todo el año. Tenemos una población muy activa”, detalló la nutricionista, quien expresó que la decisión de cambiar la alimentación lleva tiempo. “Son procesos que cada uno tiene que asimilar. Lo mejor es siempre hacerlo con un profesional y no buscar soluciones mágicas y rápidas, ya que generalmente lo que proporcionan es un efecto rebote, junto con frustración. Las consecuencias de buscar un caminó fácil pueden ser costosas y muy difíciles de revertir”, concluyó.

Etiquetado frontal

La licenciada en Nutrición Luisina Capone destacó la utilidad del etiquetado frontal, un sistema gráfico por el que las personas pueden identificar, a través de figuras geométricas, si un alimento presenta algún exceso de grasas saturadas, sal, edulcorante u otras. “Muchos están caracterizados como saludables, pero al analizar la lista de nutrientes te das cuenta que no lo son. Sucede que muchos no saben interpretarla, por eso la importancia del etiquetado frontal”, precisó.

Resaltó que esa medida aislada no alcanza, sino que se debería acompañar con campañas educativas. Por ejemplo, incorporar la materia de nutrición en las escuelas, para que en un futuro los alumnos sepan qué alimentos elegir.

En Argentina, la Ley de Etiquetado Frontal ya tiene media sanción en Senadores. Se espera que sea aprobada por la Cámara de Diputados.

Redacción / NTV