El pragmatismo estadounidense quedó de manifiesto cuando aún no ha pasado un mes de la asunción de Joe Biden: en tres semanas el nuevo mandatario impulsó un juicio político contra su antecesor Donald Trump, quien fue absuelto por el Senado.
La realidad práctica empuja a dar vuelta la página de los cuatro años de Trump y enfocarse con celeridad en restablecer la seguridad sanitaria respecto de la COVID-19 en el país con más contagios y muertes en todo el planeta. Sin embargo, la sombra de Trump y su concepción de la democracia republicana quedará flotando durante bastante tiempo.
El líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, señaló que el expresidente “inspiró, dirigió y propulsó a una turba para evitar violentamente la transferencia pacífica del poder”, mientras indicó que “no hay nada más antiestadounidense que eso”.
Schumer publicó una serie de mensajes en su cuenta oficial de Twitter luego de que Trump fue absuelto por el Senado de los Estados Unidos en la acusación de incitar a la violencia por los serios incidentes ocurridos en el Capitolio el 6 de enero pasado, al no lograr reunirse los votos suficientes para inculparlo.
Escribió luego: “El acto más despreciable que haya cometido un presidente y la mayoría de los republicanos no pudieron reunir el coraje o la moralidad para condenarlo. Este juicio no se trataba de elegir país sobre partido, ni siquiera eso. Se trataba de elegir país sobre Donald Trump. Y 43 miembros republicanos eligieron a Trump”.
“Hace cinco años, los senadores republicanos advirtieron qué sería de su partido si Trump se convertía en su candidato. Cinco años después, Trump intentó revocar los resultados de una elección y provocó un asalto a nuestro gobierno. Y más de la mitad de los republicanos del Senado decidieron aprobarlo”, aseveró.
“Mis conciudadanos: si esta nación va a perdurar por mucho tiempo, nosotros, como pueblo, no podemos condonar la conducta de Trump. Si mentir sobre las elecciones es aceptable, si fomentar la violencia política se convierte en la norma, será temporada abierta para quien tenga los clubes más grandes, las armas más poderosas”.
“Mis compatriotas: recuerden el 6 de enero. El pánico y los disparos, la bandera confederada odiosa y racista en el Capitolio, los gritos de un oficial ensangrentado, los oficiales de Policía del Capitolio que perdieron la vida. Dejalo vivir en la infamia: el terrible legado final de Trump”, culminó Schumer.
Al ser absuelto, el exmandatario republicano se salvó de su segundo “impeachment”, que en este caso hubiera significado “inhabilitación para el ejercicio de cualquier posición de representación, honor, confianza o remuneración de y por Estados Unidos”.
La acusación reunió el voto de 57 senadores, diez menos de los requeridos para arribar a una condena, mientras que 43 senadores se inclinaron por la absolución.
La votación tuvo la particularidad de incluir el sufragio a favor de la condena de cuatro senadores republicanos, lo que implica una victoria a medias para Trump, ya que nunca antes había ocurrido esa circunstancia.
Tras su absolución, Trump volvió con bríos para arengar a sus seguidores: “Nuestro magnífico, histórico y patriótico movimiento, Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos grande de nuevo), acaba de empezar. Pronto emergeremos con una visión de un futuro americano brillante, radiante y sin límites. Juntos no hay nada que no podamos lograr”, dijo.
Pragmatismo estadounidense. Algunas veces demasiado pragmático.


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