La humanidad está hoy en ebullición”, dijo a los periodistas el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, mientras el mundo asimilaba los datos oficiales que confirman que julio es el mes más caluroso jamás documentado.
Esto incluye el período de tres semanas más caluroso jamás registrado, los tres días más calurosos jamás registrados y las temperaturas oceánicas más altas de la historia para esta época del año. Trabajadores, niños y familias de todo el mundo han sentido el efecto abrasador del cruel verano boreal mientras luchan por respirar y soportar el calor.
Las consecuencias son claras y trágicas y aceleran la necesidad de que los humanos y sus líderes tomen en serio la urgencia de atender la crisis climática.
Para los científicos, es inequívoco que la culpa es del ser humano. Todo esto es totalmente coherente con las predicciones y repetidas advertencias. La única sorpresa es la velocidad del cambio, tal como lo remarcó el máximo responsable de la ONU.
“La era del calentamiento global ha terminado. La era de la ebullición global ha llegado”, puntualizó Guterres con dramatismo, y enfatizó que la inacción y las excusas “son inaceptables”, ante un planeta que abrasa. Para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados, es necesario acelerar la acción para la contención climática. “Esto es especialmente cierto para las mayores economías del mundo”, dijo.
Los líderes, y en particular los países del G20 (Grupo de los 20) responsables del 80% de las emisiones mundiales, deben dar un paso al frente en favor de la acción climática y la justicia climática.
Para alcanzar este objetivo, la ONU les solicitó a los países del norte industrial que aspiren a cero emisiones para 2040. Las economías emergentes deberían alcanzar el mismo objetivo para 2050 con el apoyo de los países desarrollados.
También instó a empresas, ciudades, regiones e instituciones financieras a crear planes creíbles para la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables.
“No más lavado verde, no más engaños, y no más distorsión abusiva de las leyes antimonopolio para sabotear las alianzas cero neto”, dijo Guterres.
La ONU decidió responsabilizar a los países de la acción por el clima, y solo podrán acudir a la Cumbre de Acción por el Clima, el 20 de septiembre en Nueva York, aquellos que hayan asumido compromisos claros.
Mientras, los países que protejan a su población de los fenómenos meteorológicos extremos están convirtiéndose en la norma. Esta carga recae especialmente sobre los países en desarrollo y las pequeñas naciones insulares.
Los países que están en la primera línea del riesgo son los que menos han contribuido a provocar la crisis y los que menos recursos tienen para hacerle frente, por ello deben contar con el apoyo necesario.
La financiación de los esfuerzos de protección del ambiente también sigue siendo insuficiente, y genera preocupación el hecho de que solo dos países del Grupo de los 7 (G7) países más ricos, Canadá y Alemania, se hayan comprometido a reponer sus Fondos Verdes para el Clima.
En este punto, la ONU pidió cambios drásticos en el sistema de financiación mundial en favor de la acción por el clima, para convertir un año de calor abrasador, en un año de ambiciones abrasadoras que aceleren ya la acción por el clima.
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