El Día del Sobregiro de la Tierra fue concebido por la New de Gran Bretaña y es medido desde 1970 por la red Global Footprint Network (GFN), dedicada al análisis de la huella ecológica, un indicador para conocer y marcar el impacto de la sociedad sobre el ambiente.
La huella ecológica, por el lado de la oferta, evalúa la biocapacidad de una ciudad o una nación, su área de tierra y mar biológicamente productiva, incluidas las tierras forestales, las de pastoreo, cultivo, las zonas de pesca y las tierras edificadas.
Por el lado de la demanda, la huella mide el consumo que una población hace de alimentos y productos de fibra de origen vegetal, ganaderos y pesqueros, madera y otros productos forestales, espacio para infraestructura urbana y bosques para absorber sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los combustibles fósiles.
Este año el Día del Sobregiro llegó el miércoles 2 de agosto, lo que significa que la humanidad agotó, en apenas siete meses, los recursos y servicios ecológicos que el planeta puede regenerar en un año, recordó la organización Greenpeace en un nuevo llamado a frenar el consumo y el derroche.
“En los últimos 50 años el Día del Sobregiro ha llegado cada vez más temprano”, aunque “todavía tenemos la oportunidad de cambiar el sistema económico quebrado que antepone las ganancias y el consumo excesivo a las personas y la naturaleza”, dijo Greenpeace.
Si la demanda de activos ecológicos de una población excede la oferta, esa región tiene un déficit ecológico. Una región en déficit ecológico satisface la demanda importando, liquidando sus propios activos ecológicos (como la sobrepesca) o emitiendo dióxido de carbono a la atmósfera.
Pero a nivel mundial el déficit y el sobregiro ecológicos son lo mismo, ya que no hay importación neta de recursos al planeta.
Según las clasificaciones de GFN, más de una cuarta parte de los países del mundo no exceden sus recursos, pero “el problema de reducir nuestra huella ecológica no es que no tengamos modelos de vida sostenible, es que la mayoría de estos países son pobres”, remarcó Greenpeace.
Para determinar la fecha del Día del Sobregiro de la Tierra para cada año, GFN calcula la cantidad de días de ese año en que la biocapacidad de la Tierra es suficiente para proporcionar la huella ecológica de la humanidad, y el resto del año corresponde al sobregiro mundial.
Greenpeace indicó en su mensaje que el exceso no es inevitable y propone reducir la huella ecológica acentuando los trabajos en cinco áreas de la vida en sociedad.
En primer lugar, el consumo responsable: en la ciudadanía, comprar menos y hacerlo durar, elegir productos y servicios que sean ecológicamente sostenibles y producidos de manera ética. Comer más plantas y menos animales.
“El mundo produce suficiente, lo que está mal es la distribución desigual y el derroche que nadie frena. También el hecho de sostener un ritmo de consumo acelerado (comprar-tirar-comprar) que no tiene que ver con necesidades reales, sino con alimentar las ganancias de los grupos económicos”, según Greenpeace.
En cuanto a eficiencia energética, reducir el consumo de energía en hogares y lugares de trabajo. Si a nivel global creciera el uso de fuentes de electricidad bajas en carbono, de 39% a 75%, el sobregiro llegaría 26 días más tarde.
Reducir el desperdicio de alimentos —actualmente un tercio de la producción mundial de alimentos se pierde o desperdicia— retrasaría en 13 días el sobregiro.
Otra opción paralela es trabajar por la movilidad sostenible: crear ciudades con transportes eficientes y accesibles, más aptas para caminar y seguras para los ciclistas.
Y luego, la acción climática, con la exigencia a los gobiernos y empresas de que lideren acciones para reducir las emisiones, restaurar bosques y mejorar la prevención de incendios forestales, para lograr una conservación efectiva de las áreas protegidas.
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