"Vivo con miedo": una víctima exige la detención de su agresor sexual

Fernanda Damico, víctima de un brutal ataque en octubre de 2023, enfrenta un doble tormento: las secuelas de aquella noche y el temor de que su agresor, Luis Maximiliano Ojeda Díaz, siga libre y pueda escapar antes de enfrentar el juicio.

Ojeda Díaz, acusado de robo, privación ilegítima de la libertad y abuso sexual gravemente ultrajante, está prófugo desde el año pasado. Su abogado solicitó que se emita una orden de detención, pero Damico no puede evitar sentirse desprotegida mientras el principal acusado de su calvario continúa sin ser localizado por la Justicia.

El ataque ocurrió el 16 de octubre de 2023, en la vivienda de la mujer, ubicada en Caseros al 1400, en la ciudad de San Luis. Según el relato de Damico, el hombre irrumpió en su casa, la golpeó, ató y sometió a tres horas de tortura psicológica y física. Aunque Ojeda huyó con varios objetos de valor, fue interceptado esa misma noche cerca del lugar, pero las irregularidades en el procedimiento policial permitieron su libertad. Desde entonces, permanece prófugo.

“Lo que me hicieron fue matarme en vida. Ahora vivo con miedo, porque no sé si va a escaparse del todo o si puede volver a buscarme”, confesó Damico, visiblemente afectada. La mujer, de 48 años, asegura que su mayor preocupación es que Ojeda no enfrente el juicio que la Justicia ya ha elevado.

Desde el ámbito judicial se ha señalado que la captura de Ojeda Díaz es fundamental para el desarrollo del proceso. Sin embargo, Damico teme que la demora en la emisión de la orden de detención le dé tiempo al agresor para evadir definitivamente a las autoridades.

“Si sigue libre, nunca voy a estar tranquila. Necesito que lo encuentren y que enfrente el juicio estando detenido”, reclamó la mujer.

Ojeda Díaz tiene antecedentes por otros delitos violentos y su situación procesal es grave. La pena que podría recibir supera los 15 años de prisión, lo que incrementa el riesgo de que intente huir del país.

Mientras tanto, Fernanda Damico enfrenta el día a día con el peso del miedo constante. Su única esperanza es que la Justicia actúe con rapidez para garantizar que su agresor no quede impune.