La carta de los padres: "Nada es como antes"

Que veinte años no es nada” dice el tango, pero te aseguro que no es tan así y te diré por qué… Corría el año 2004… Los ecos de la primavera todavía retumbaban en el cielo puntano… El miércoles 22, a las 23 horas, una vecina te vio cuando entrabas el auto a la cochera… El jueves 24 ya nadie te vio y esa actitud ya causó una alarma entre tus allegados, más aún cuando no fuiste a retirar a tu hijo al jardín.

Pero ya cuando el viernes 25 a las 8 de la mañana no llegaste a nuestra casa, en Córdoba, como lo hacías todos los viernes para asistir al posgrado que estabas cursando, el mundo se nos desplomó… Será porque sabíamos de tu responsabilidad… Ahí empezó nuestro calvario… Las horas siguientes fueron incesantes llamadas telefónicas con amigos y compañeros, pero todo fue en vano o quizás no se animaban a decirnos lo que pensaban, a tal punto que decidimos, con tu madre y tu hermana, viajar a San Luis.

Ya en la madrugada del sábado, cuando llegamos, nos dirigimos a la comisaría donde se había hecho la denuncia por desaparición de persona… Para qué recordar lo que fueron esos tres o cuatro días que estuvimos allí… Una desaprensión total, hasta que la investigación tomó otro carril, con un juez, un fiscal y un equipo competentes, con un intensivo trabajo, y nos tenían permanentemente informados… Eso fue hasta el nefasto 8 de octubre, que buzos del cuerpo de Bomberos de San Luis encontraron tu cuerpo, hijo querido… Todo era dolor, incertidumbre, angustia, desconsuelo… Una información (vaya uno a saber a cambio de qué) dio el dato exacto donde se encontraba el cuerpo, a 10 metros de profundidad en el dique La Florida… Si no hubiese sido por ese preciso dato, quizás nunca te hubiéramos encontrado.

Al día siguiente, se efectuó la autopsia y el lunes 11 de octubre, nos volvimos detrás de la ambulancia morguera, junto a todos los parientes y amigos que permanentemente nos estuvieron acompañando.

Nuestro calvario siguió y sigue… Ni siquiera cuando el 30 de noviembre de 2008 se leyó la sentencia a prisión perpetua de los imputados nos trajo un poco de alivio o de paz… Darío, hace 20 años que trucaron tu vida, tus ilusiones y las nuestras también...
“Ya nada es como antes”. Tus familiares y amigos te llevamos siempre en nuestros corazones.