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Es paciente oncológico, sufrió violencia conyugal y le desadjudicaron su casa

Gabriel Ahumada contó que había cancelado las cuotas de su vivienda y que él era víctima de violencia. Sin embargo, se la dieron a su ex, en medio de una polémica situación "malinterpretada". 

Por redacción
| Hace 12 horas
Según contó Ahumada, referentes de Vivienda están al tanto de la situación, pero no quieren darle respuestas. Foto: internet.

Gabriel Ahumada es un hombre de Villa Mercedes. Con gran valentía, compartió su caso en diálogo con El Diario de la República. Se trata de una historia signada por dolores profundos, pero también por la indiferencia estatal. Pese a haber cancelado las cuotas de su vivienda, lo desadjudicaron y le dieron la casa a su expareja, denunciada por violencia. El hombre es paciente oncológico, tiene carné de discapacidad y solo quiere lo justo: que le devuelvan su hogar.

 


Un contexto de salud y familiar gravísimo, para entender la injusticia del presente

 


Según detalló Ahumada, fue operado en el año 2015. Trabajaba en mantenimiento de una reconocida entidad bancaria. Sufrió un fuerte golpe en la cabeza, que le provocó un tumor. Lo operaron en Córdoba, en una intervención muy compleja y riesgosa. Salió bien de la cirugía y tuvo que afrontar un durísimo tratamiento de quimioterapia.

 


En medio de esas circunstancias, él vivía en una casa de barrio que le entregaron en el año 2012, durante la gestión de Claudio Poggi. Sin embargo, una serie de situaciones de violencia que asegura haber sufrido por parte de su expareja, lo obligaron a irse de su hogar. Aseveró que todo está documentado: hizo exposiciones policiales, denuncias y hasta le habían dado una restricción de acercamiento a su favor (que fue incumplida por la mujer en cuestión).

 


Mientras él sufría los fuertes golpes de su enfermedad, tenía que andar con el "corazón en la boca" por las "increíbles" situaciones de violencia que generaba su ahora expareja. "No me interesaba nada, ni mi casa, ni mi auto, solo quería vivir, quería mis remedios oncológicos. No sabía si iba a vivir o morir", remarcó.

 


Ahumada aseguró que la mujer se había quedado con documentos importantes, como su historia clínica. Contar toda esta situación le provoca una conmoción notable. Lo cierto es que en medio de todo su dolor, "judicializó" todo lo que afrontó.

 


Un presente sin respuestas

 


Ahumada, un tanto recuperado, tuvo que irse a vivir a la casa de una hermana y efectuar denuncia tras denuncia porque su expareja "aparecía y hacía problemas". Ya con su mente menos ocupada y con más claridad para analizar los hechos, optó por ponerse al día con la situación de su casa, que estaba a su nombre. Un detalle importante es que luego de lo que ocurrió, el hombre se divorció.

 


Averiguó y, aunque la mujer vivió por años en el lugar, no había pagado una sola cuota. Con lo cual, Ahumada sacó un préstamo y saldó la totalidad del valor de la vivienda. En el Gobierno le recibieron el dinero, bajo promesa de que los papeles correspondientes saldrían en 25 a 30 días. Sin embargo, pasaron los meses y no tenía novedades.

 


Un día, conversando con su hermano, se enteró de que su expareja había pasado a recibir la documentación de su casa en un acto oficial del Gobierno. Ahumada no entendía nada.

 


Mencionó que de su caso, estaba al tanto Hugo "Pipo" Rossi, y destacó que envió incontables comunicaciones al Gobierno vía correo electrónico, pero nunca tuvo soluciones. Incluso llegó a buscar al propio Gobernador en un acto oficial. "Ya te vamos a responder, ya te lo vamos a solucionar", era la única respuesta que le devolvían.

 


¿Error administrativo?

 


Luego de idas y vueltas a las oficinas de Vivienda, le confirmaron algo que no pudo comprender: lo habían desadjudicado "por un caso de violencia" y le dieron la casa a su ex mujer. El detalle, para nada menor, es que, según el relato, la víctima de violencia es el propio Ahumada, no su expareja.

 


"Me desadjudicaron en diciembre del año pasado. Había pagado la casa en junio", precisó indignado.

 


El hombre, sumamente cansado de las injusticias, contrató una abogada, para lo cual se endeudó con otro préstamo. Sin embargo, por más gestiones y cuestiones administrativas, no tiene novedades favorables.

 


Todo indica que un simple análisis de los hechos podría darle una respuesta más precisa, o al menos se entendería que él no es victimario, sino víctima. Pero al parecer, al menos por cómo se han desarrollado las cuestiones, "nadie está interesado en admitir el error".

 


"Me desadjudicaron por el caso de violencia y yo no era el violento, es al revés. Y es muy difícil que te crean, cuando el hombre es la víctima es muy complicado. Pero una cosa es decirlo, yo tengo todas las pruebas de lo que digo", aseveró.

 


Habrá que ver cómo sigue el caso. Por lo pronto, Ahumada está en una situación absolutamente compleja: con secuelas de una gravísima enfermedad, el daño por los hechos de violencia y la impotencia por la "injusticia" con su casa.
 

 

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