Intercolegiales Culturales: el programa que premia al saber

Por fin llegó un lunes escolar recibido con alegría. La semana comenzó con la premiación de los primeros "Intercolegiales culturales" a las escuelas sanluiseñas. Más de diez mil alumnos del primario y secundario, portadores de talentos escondidos, salieron a la luz de los reflectores en toda la competencia.

En la entrada del club Aseba se repartieron remeras y manoplas, que decoraron las tribunas, copadas de alumnos que tuvieron empatía entre ellos, porque aplaudieron las participaciones en vivo.

En la entrada del club Aseba se repartieron remeras y manoplas, que decoraron las tribunas, copadas de alumnos que tuvieron empatía entre ellos, porque aplaudieron las participaciones en vivo. Los sonidistas corrieron por el efecto mariposa generado por ese murmullo, que devino en un estruendo y no permitió escuchar los recitados, los animadores pedían silencio pero fue difícil controlar las hormonas adolescentes. Eso sí, los aplausos se amplificaban en el gimnasio.

Con la animación jovial de dos conductores que incentivaban al público con la clásica arenga de gritar por cada localidad presente, un clip con el resumen de aquellas jornadas de competencia dio comienzo al acto.

Al igual que los otros 25 jurados, el saxofonista Fabio González vio un excelente nivel, sobre todo en el área musical, con chicos muy desinhibidos. “Es difícil pararse en un escenario frente a tanta gente”, dijo y no fue exagerado su comentario, ya que los chicos demostraron un gran potencial cultural para explotar.

Los del grupo (sin nombre) del Colegio Nº25 de Nueva Galia, rockearon con “Vamos a cantar”, mientras que el famoso Enzo “Huesito” Flores fue más romántico con “Te voy a amar”, de Axel, un tema que arrancó con palmas y manoplas arriba.

El alma de una vocalista negra vive en el cuerpo de María Accorneru, que cantó “Something got a hold on me”, de Etta James. De Villa Mercedes vinieron María Luz Sosa Vecino con Luis Cuello, que tras interpretar “Corazón de oro” fue invitada al festival de tango en ese mismo instante. “Con 8 años tiene un talento innato”, dijo Cuello, el bandoneonista de “Los inmortales del tango”, de 73.

Sasha García, de La Punta, entonó “Don’t cry for me Argentina” con un falsete sorprendente. Lo que el público aplaudió pero no vio, es que detrás de la serenidad que tuvo en su performance, al bajar, la pequeña de 8 años lloró emocionada, abrazada con su madre. Todos estos jóvenes coincidieron sobre su futuro: en sus sueños infantiles desean ser grandes cantantes.

En la categoría Literatura Nadine, del colegio Houssay recitó “Memoria”; Sebastián del San Marcos hizo lo propio con “La sirena de los martes”, y atento a las nuevas tecnologías, Emilio, de la Escuela Cristiana Evangélica,  usó el celular para leer.

A pesar de los refrigerios para todos, la ansiedad en camarines era muy evidente, una mezcla de risas nerviosas con caminadas rápidas por la carpa.

En el Día de la Tradición, las obras de teatro y las danzas folclóricas de los colegios de Tilisarao, La Toma, Villa Mercedes y la capital terminaban al grito popular de “Viva la Patria”.

A cada participante, tras demostrar por qué fueron elegidos, los premiaban con un diploma y estampillas, mientras que sus establecimientos educativos recibían la Colección del Bicentenario (de San Luis Libro), instrumentos y equipamiento cultural. Los ganadores de Artes Visuales también recibieron banners para exhibir en sus escuelas.

Con la presencia de autoridades gubernamentales, se premió a las escuelas que alentaron las expresiones artísticas y demostraron compromiso con la cultura provincial. La que más puntaje obtuvo en la etapa regional y provincial fue el instituto San José, de Quines, con 1.500 puntos. La institución recibió 200 mil pesos en equipamiento cultural.

Tras la lluvia de papelitos, se bajó el telón hasta la próxima función. El fin del acto fue el comienzo de la fiesta: un dj musicalizó hasta que el último abandonó el salón.